EDIFICACIÓN ESPIRITUAL CRISTIANA EN GRACIA Y VERDAD

Quienes son los "espirituales" en Gálatas 6:1 (H. C. Anstey)

INICIO / AUTORES y SECCIONES
Escritos de H. C. ANSTEY
Escritos de J. G. BELLETT
Escritos de J. N. DARBY
Escritos de EDWARD DENNETT
Escritos de W. W. FEREDAY
Escritos de F. W. GRANT
Escritos de F. B. HOLE
Escritos de WILLIAM KELLY
Escritos de C. H. MACKINTOSH
Escritos de J. T MAWSON
Escritos de F. G. PATTERSON
Escritos de SAMUEL RIDOUT
Escritos de H. H. SNELL
Escritos de G. V. WIGRAM
Escritos de G. C. WILLIS
Escritos de W. T. P. WOLSTON
Escritos de otros Autores: A.E.BOUTER, E.N.CROSS, A.C. GAEBELEIN, F.WALLACE, N. NOEL...
ENLACES/LINKS

MOBI

EPUB

Para oír o descargar pulse este botón

Quienes son los "Espirituales" en Gálatas 6:1

 

Herbert C. Anstey

 

Todas las citas bíblicas se encierran entre comillas dobles ("") y han sido tomadas de la Versión Reina-Valera Revisada en 1960 (RVR60) excepto en los lugares en que, además de las comillas dobles ("") se indican otras versiones mediante abreviaciones que pueden ser consultadas al final del escrito.

 

De la Revista " The Christian's Friend": 1884.

 

¿Acaso no arroja gran luz sobre su significado el lugar en el que se encuentra esta Escritura? Yo pienso que lo hace y llamaría a que presten su atención a uno o dos puntos que me parecen importantes.

 

No se supone que sea una condición correcta en una asamblea local, ya sea compuesta de muchos o de pocos, el hecho de que haya una clase de creyentes que son los "espirituales", mientras que el resto no ha alcanzado esa posición; y sin embargo, esta es a menudo la interpretación que es presentada a lo que se dice de ello. Admitir que este es el significado, y que el apóstol sólo está permitiendo una condición común bien conocida entre los santos en todas partes, así como en las varias asambleas de Galacia, es sumamente desastroso para toda la comunión y para la comunión de los santos en cada asamblea local. Ello introduce de inmediato dos grupos distintos donde un solo espíritu debe animar el todo, del cual los que asumen ser los "espirituales" son ciertamente los más culpables, aunque se suponga que la inteligencia de ellos está por encima de la de los demás. El apóstol está corrigiendo un mal, no está permitiendo su continuidad. El escritor, y quizás también el lector, a menudo han escuchado que este motivo es presentado para no visitar personalmente a un hermano endeble y que yerra, «Oh, yo no soy espiritual; ese no es mi trabajo, así que yo llevo este asunto ante el hermano tal o cual», refiriéndose, al hablar así, a la palabra 'espiritual' en el pasaje que está ante nosotros.

 

Ahora bien, cualquiera que lea cuidadosamente la epístola observará que lo que se condena en ella es un espíritu duro, legalista. Es evidente que la ley exige y espera de un hombre, y que es lo opuesto al Espíritu de gracia que trae todo para él y que ha de operar ahora en nuestros tratos de los unos con los otros.

 

Las asambleas de Galacia a las que se hace referencia aquí estaban alimentando ese espíritu legalista. Ello no es del Espíritu de Dios y es totalmente condenado por el apóstol. Hacer eso es caer de la gracia. Ello tiende a excluir de nuestras mentes ese ministerio de amor que debería fluir y surgiría espontáneamente entre nosotros. Porque el amor actúa (cuando es divino) con independencia de cuán merecedores son sus objetos.

 

Los espirituales son aquellos que están controlados y guiados por el Espíritu de Dios y están en contraste con los otros que son legalistas en esta epístola. Pero cualquier cosa excepto la gracia y el control del Espíritu está mal. Es muy importante sopesar bien la firmeza con que habla el apóstol. Él dice, "Estoy perplejo en cuanto a vosotros" (Gálatas 4: 20). El Cristianismo mismo de los que fomentan este espíritu legalista en sus asambleas fue virtualmente cuestionado por él, así que dicho espíritu legalista está completamente separado de la guía del Espíritu de Dios. Al comienzo él lo llama "un evangelio diferente", el cual no es diferente (Gálatas 1: 6), y en este último capítulo él muestra que ello tiende a excluir todas las manifestaciones para con un hermano que yerra. Ello fomenta el orgullo religioso. (Gálatas 6: 12, 13). El legalismo dice, «Cuando él haya hecho algo que merezca mi confianza, entonces yo lo restauraré al lugar que una vez ocupó en mi estima y afectos». La espiritualidad dice, «Cuando él está caído no es el momento de esperar que él haga mucho (excepto mostrar una voluntad de ser ayudado). Yo iré a él con mansedumbre para hacer algo por él, porque yo me considero a mí mismo en él, y yo estoy expuesto a una tentación similar mientras estoy en el cuerpo». ¡Qué diferente!

 

Pero una palabra más con referencia a "sorprendido". Ello significa que yo lo sorprendo, o que la falta lo sorprende a él, porque todos estamos andando en nuestro curso Cristiano. En ambos casos él se ha detenido en su curso hacia el cielo. El legalismo aún reconoce a la carne y la carne detiene a un hombre en su carrera. Yo no debiese haberlo sorprendido y la falta no lo habría sorprendido a él si él hubiese continuado andando. Pero aquí él está indefenso. ¿Debo yo pasar de largo en mi angustia? Como el espíritu legalista del Levita y del sacerdote, ¿voy yo a pasar por el otro lado del camino? No; permítanme imitar al así llamado 'buen Samaritano', el cual "acercándose, le vendó sus heridas, derramando aceite y vino sobre ellas". (Lucas 10: 25 al 37 – LBLA). Nuestro bendito Señor mismo está aquí ante nosotros, el cual dirige Su atención a cada uno de nosotros individualmente con Su propio comentario afable acerca de toda la historia: "¿Quién de estos tres te parece haber sido prójimo de aquel que cayó en manos de los ladrones?" y añade esa maravillosa exhortación, tan breve, y sin embargo tan plena y directa, " Ve y haz tú lo mismo". Tal es la guía del Espíritu en oposición al legalismo.

 

Bien se puede dudar del Cristianismo de los que asumen el terreno de no ser "espirituales" y que actúan entre sus hermanos en otro espíritu — en el terreno de la ley y no de la gracia. Ellos admiten que son legalistas; es decir, que ellos mismos están aún en esclavitud. Los Corintios no eran legalistas sino "carnales". (1ª. Corintios 3: 1 a 3). Por lo tanto, tenemos ahora un hombre en una de cuatro condiciones. O él es natural, muerto en delitos y pecados; o es carnal, permitiendo la carne; o él es legalista, como los Gálatas, aún en esclavitud y no en la libertad del Hijo; o él es espiritual, bajo el control del bendito Espíritu de Dios, {*}, y si es así, en todo el disfrute de la filiación consciente, como un hijo con el Padre. Esto último es la única condición Cristiana apropiada y Pablo insiste en ello, y por tanto, no se hace ningún tipo de concesión para que en alguna asamblea una clase de creyentes asuma el terreno de no ser "espirituales". Nada puede ser más solemne que la manera firme en que el apóstol les habla en esta epístola. Por mucho que pueda haber una apariencia de humildad en uno que dice «Yo no soy 'espiritual'», aun así, no ser guiado por el Espíritu es una negación de Cristo, y es subvertir el Cristianismo  

 

{*} Espiritual es puesto en contraste con natural en 1ª. Corintios 2, y con legalista en Gálatas 6: 1.  

 

H. C. Anstey

 

Traducido del Inglés por: B.R.C.O. – Marzo 2019.-

 

Otras versiones de La Biblia usadas en esta traducción:

 

LBLA = La Biblia de las Américas, Copyright 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, Usada con permiso.

Título original en inglés:
Who are the "Spiritual" in Galatians 6:1, by H. C. Anstey
Traducido con permiso
Publicado por:

Versión Inglesa
Versión Inglesa