LAS GRANDES PROFECÍAS DE DANIEL (William Kelly)

DANIEL- Capítulo 8














ÍNDICE | PREFACIO - Las grandes profecías de Daniel (W. Kelly) | Introducción | Capítulo 1 | Capítulo 2 | Capítulo 3 | Capítulo 4 | Capítulo 5 | Capítulo 6 | Capítulo 7 | Capítulo 8 | Capítulo 9 | Capítulos 10 y 11 | Capítulo 12





Todas las citas bíblicas se encierran entre comillas dobles ("") y  han sido tomadas de la Versión Reina-Valera Revisada en 1960 (RVR60) excepto en los lugares en que, además de las comillas dobles (""), se indican otras versiones, tales como:

 

BJ = Biblia de Jerusalén

LBLA = La Biblia de las Américas, Copyright 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, Usada con permiso

NBLH = Nueva Biblia de los Hispanos, Copyright 2005 by The Lockman Foundation, Usada con permiso

NC = Biblia Nácar-Colunga

RVA = Versión Reina-Valera 1909 Actualizada en 1989 (Publicada por Editorial Mundo Hispano; conocida también como Santa Biblia "Vida Abundante")

RVR1977 = Versión Reina-Valera Revisión 1977 (Publicada por Editorial Clie)

SPTE = Versión de la Septuaginta en Español

VM = Versión Moderna, traducción de 1893 de H.B.Pratt, Revisión 1929 (Publicada por Ediciones Bíblicas - 1166 PERROY, Suiza)

LAS GRANDES PROFECÍAS DE DANIEL

Una serie de conferencias sobre

Las Profecías y Principios del Libro de Daniel

 

por William Kelly

 

 

Capítulo 8.

 

VISIONES CONCERNIENTES A LOS JUDÍOS

 

         Hay un cambio notable que tiene lugar en el punto donde hemos llegado ahora, y es posible que no todos los lectores del Libro de Daniel lo conozcan. El idioma en el cual el Espíritu de Dios revela esta visión, y las que siguen a continuación, es un idioma distinto de aquel en el cual Él había transmitido las porciones anteriores del libro. A partir de la primera parte de Daniel 2 hasta el final de Daniel 7 el idioma fue el del monarca Babilonio - el Caldeo; mientras que desde Daniel 8 hasta el final, es el Hebreo - el idioma común del Antiguo Testamento. Ahora bien, esto no fue sin un propósito. Y yo pienso que la clara deducción que debemos sacar de ello es esta: que lo que concernía particularmente a las monarquías Gentiles fue presentado en el lenguaje del primer gran Imperio Gentil. Ellos estaban inmediatamente interesados en ello: y, de hecho, tal como lo sabemos, la primera visión (de la imagen) fue vista por el propio rey Gentil - Nabucodonosor. Desde eso hasta el final de Daniel 7 está en su propio idioma.

 

La Porción Hebrea del Libro

 

         Pero estamos ahora a punto de entrar en las visiones que conciernen especialmente a los Judíos. Daniel 8, por ejemplo, alude al santuario, al pueblo santo, al continuo sacrificio, y a un número de otros detalles, que difícilmente habrían sido inteligibles para un Gentil, y que no tenían ninguna clase de interés para él. Pero aunque estos detalles puedan ser pequeños a nuestros ojos, aunque puedan parecer sólo algo del pasado, con respecto a un pueblo prácticamente atomizado, dispersado sobre la faz de la tierra, con todo, no obstante, tiene un interés real y perdurable en la mente del Espíritu. Porque no se ha acabado aún con los Judíos. Lejos de ello. Los Judíos han conocido, a lo largo de toda su historia, la miseria de procurar merecer las promesas que fueron dadas a los padres; y se les ha permitido desarrollar el terrible experimento de la locura y ruina que sigue necesariamente al intento del hombre por adquirir lo que sólo la gracia de Dios puede conceder. Ese ha sido, y es, todo el secreto de su historia pasada y presente. Ellos fueron sacados de Egipto por el poder de Dios; pero en Sinaí se comprometieron a hacer todo lo que Jehová les había dicho (Éxodo 24:3). No dijeron ni una palabra acerca de lo que Dios había prometido. El Señor aludió a ello. Pero en modo alguno ellos le recordaron a Él que eran una nación de dura cerviz - un pueblo rebelde, incrédulo. Y cuando Dios propuso que le obedecieran a Él, ellos, en lugar de reconocer su absoluta incapacidad, en vez de depender sólo de Su misericordia, por el contrario, ellos responden con palabras que delatan esa audacia que caracteriza siempre al hombre en su estado natural. "Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho," ellos dicen, "y obedeceremos." (Éxodo 24:7). El resultado fue que ellos no hicieron nada de lo que Jehová había dicho. Fueron desobedientes a cada instante, y Dios se vio obligado a tratar con ellos del modo que lo merecieron. Sin duda hubo una bondad divina en todo ello; y cada paso, incluso de su fracaso, sólo sacó a la luz, por medio de la gracia de Dios, algún tipo o sombra de las bendiciones que Dios les dará dentro de poco tiempo, cuando, curados por Su misericordia de este error fatal de la carne, y siendo disciplinados en sufrimiento y prueba, y en esa terrible tribulación a través de la cual están todavía destinados a pasar, ellos recurrirán entonces al Bendito a quien sus padres despreciaron y crucificaron, y reconocerán que sólo la misericordia de Dios puede darles cualquier bendición, y que es Su fidelidad la que consumará todo lo que Él había dicho a sus padres. Esto lo vimos comenzando a clarear en una manera particular en las profecías de Daniel. Pues aunque en las partes anteriores hubiera habido tipos de ello - el propio Daniel en el foso de los leones - o como intérprete para el rey - los tres jóvenes Hebreos que rehusaron adorar ídolos - todas estas cosas anunciaban de antemano que Dios obrará en el día postrero para Israel, en una pequeña simiente que Él reservará para Sí mismo. Pero no son tipos tan claros, independientemente que muchos Cristianos pensarían ahora que sería algo fantasioso considerarlos como tales en absoluto. Estamos a punto de encontrar ahora lo que ninguno debería contradecir ni siquiera por un momento. Con todo, existen muchos Cristianos verdaderos que toman estas profecías como encontrando en ellas su única respuesta en lo que se refiere a la Iglesia Cristiana. Los tales suponen que el cuerno pequeño de Daniel 7 es el catolicismo. Y en este capítulo muchos han estado dispuestos a hallar el Islamismo, el azote del mundo occidental, así como el catolicismo es del oriente. Independientemente de las que puedan ser las analogías que se le podrían ocurrir fácilmente a cualquier mente reflexiva, y que yo de ningún modo negué en cuanto al cuerno pequeño de Daniel 7, admito que existen las mismas analogías con respecto a la religión Musulmana en el este. Pero lo que desearía presentar claramente es la intención directa del Espíritu de Dios en estas Escrituras. Está muy bien encontrar que hay semillas de mal germinando en el mundo, y que los horrores del postrer día tienen sus heraldos - señales de advertencia que surgen de vez en cuando sobre la superficie de la tierra, para mostrarnos lo que viene. Pero al considerar la Palabra de Dios, es importante ser despojados de cualquier deseo de encontrar la respuesta a la profecía en el pasado o en el presente. La gran cosa es ir a ella con una mente no sesgada, deseando nada más que entender lo que Dios nos está enseñando. Por lo tanto, si ello es acerca del pasado o del futuro, así como acerca del presente, el requisito principal es que nosotros tenemos que estar sometidos a Dios y a la Palabra de Su gracia. Yo deseo, en este espíritu, intentar, en la medida que el Señor me lo permita, explicar el significado de nuestro capítulo.

         Tal como en Daniel 7, igualmente aquí, la visión fue durante el reino de Belsasar; mientras que las visiones posteriores fueron después que el poder de Babilonia fue derrocado. Pero hasta este momento no había ningún juicio de Babilonia. Sin embargo, el lugar mismo donde la visión fue vista nos prepara para un cierto cambio. Fue en el este (oriente) - aún más al este (oriente) - "en la ciudadela de Susa, que está en la provincia de Elam." (Daniel 8:2 - LBLA). Elam es el nombre Hebreo para designar a Persia, o uno de los nombres, de todos modos. "Vi, pues, en visión, estando junto al río Ulai." Yo sólo menciono esto para demostrar que tenemos ciertos indicios en cuanto a la conexión de la profecía que sigue a continuación. Él alza sus ojos y ve un carnero - un símbolo bien conocido, utilizado en la propia Persia, y muy familiar en sus monumentos y documentos públicos. "He aquí un carnero que estaba delante del río, y tenía dos cuernos; y aunque los cuernos eran altos, uno era más alto que el otro; y el más alto creció después." (Daniel 8:3). Claramente la alusión es al carácter compuesto del Imperio Persia. Hubo dos elementos en ese imperio, a diferencia de los demás - el Medo, el cual fue el primero, y el Persa, el cual fue el elemento más joven de los dos. Pero, en el transcurso del tiempo, el más joven llega a ser el mayor. Por lo tanto, dice que un cuerno era más alto que el otro, y que el más alto creció después (o, posteriormente). Aunque Darío el Medo toma el reino cuando Babilonia cae, sin embargo, Ciro el Persa es aquel que adquiere la supremacía a su debido tiempo y, después de eso, siempre es el Persa el que es mencionado más particularmente. Pero incluso más tempranamente, en el lenguaje de los nobles dirigiéndose a Darío, les hallamos diciendo, "la ley de Media y de Persia." (Daniel 6: 8, 12, 15). El carnero tenía dos cuernos.

 

La Palabra Divina y la Historia Profana

 

         "Ví que el carnero daba cornadas hacia el poniente y hacia el norte, y hacía el sur" (Daniel 8:4 - VM) - es decir, la dirección de las varias conquistas del Imperio Persa - "sin que bestia alguna pudiera resistirle y sin que nadie pudiera librarse de él. Hacía cuanto quería y se engrandeció." (Daniel 8:4; N-C). Encontramos, en cuanto a esto, cuán enteramente toda la historia profana está obligada a inclinarse ante la Palabra de Dios. Pero nosotros no necesitamos ir más allá de la propia Escritura. Que cualquiera lea los libros de Esdras, Nehemías, etc., y él verá cuán amplio e indiscutido era ese dominio. Incluso en la historia profana, este era el término utilizado acerca de ellos - 'el gran rey' - enfáticamente acerca de la monarquía Persa. Es manifiesto cuán enteramente esto está de acuerdo con el relato dado de ellos aquí. "Hacía conforme a su voluntad, y se engrandecía. (Daniel 8:4).

 

Un Adversario Occidental - los Griegos

 

         "Mientras yo consideraba esto, he aquí un macho cabrío venía del lado del poniente." (Daniel 8:5). Ahora bien, esta fue la primera incursión que el occidente había hecho alguna vez sobre el mundo oriental. Y nada parecía más improbable, porque el oriente fue cuna de la raza humana. Fue en el este (oriente) donde el hombre fue puesto cuando fue creado al principio. Fue en el este (oriente) donde él comenzó su segunda historia en el mundo - quiero decir en el mundo después del diluvio. Fue desde este centro desde donde las varias razas de hombres, después que el Señor confundió sus lenguajes en Babel, se dispersaron por todo el mundo. Fue también solamente en el este (oriente) donde hubo cualquier desarrollo considerable de civilización, por cientos de años antes de que el oeste (occidente) emergiera de la barbarie. Con todo, encontramos aquí, a partir de esta asombrosa figura profética, que cuando el reino Persa estaba aún sin rival, no en decadencia, sino en la plenitud misma de su poder, viene repentinamente, desde absolutamente otra parte, un poder representado en la visión como un macho cabrío - un adversario occidental. Y este poder avanza con la mayor rapidez posible; tal como se dice aquí, él "ni siquiera tocaba la tierra." (Daniel 8:5 - VM). Ninguna persona que tenga la menor imparcialidad de convicción podría cuestionar, ni por un momento, lo que se da a entender, aun suponiendo que no tuviera una interpretación divina de ello en el capítulo. Había sólo un imperio antiguo del que se podía concebir que avanzara - el Imperio Griego - y el cuerno notable en su cabeza era claramente su primer jefe, Alejandro. "Y vino hasta el carnero de dos cuernos, que yo había visto en la ribera del río, y corrió contra él con la furia de su fuerza. Y lo vi que llegó junto al carnero, y se levantó contra él y lo hirió, y le quebró sus dos cuernos." (Daniel 8: 6, 7). Tenemos aquí al Espíritu de Dios presentando, en unas pocas palabras, lo que toda la historia confirma. Un nuevo imperio se levantaría después de la caída del Babilónico, simbolizado por el carnero, que fue peculiar en el sentido de que tuvo dos pueblos distintos que componían su fuerza. Este imperio podría continuar en plenitud de poder por un cierto tiempo; pero entonces, desde otra parte, desde donde no se había conocido anteriormente ningún reino que tuviera importancia, viene un poder de asombrosa rapidez en su progreso, conducido por un rey de coraje y ambición extraordinarios. Y este personaje hiere tan completamente el Imperio Persa que "el carnero no tenía fuerzas para pararse delante de él; lo derribó, por tanto, en tierra, y lo pisoteó, y no hubo quien librase al carnero de su poder." (Daniel 8:7). "Enfurecido contra él, hirió al carnero y le rompió los dos cuernos," etc. (Daniel 8:7 - LBLA). La expresión "enfurecido" (Daniel 8:7 - en las versiones BJ, LBLA, NBLH, RVA, SPTE, o "exasperado" en la versión VM), se dice más particularmente acerca del Imperio Griego y Alejandro. Los Griegos tenían un motivo de odio contra los Persas, lo cual no fue el caso con los otros imperios. Hubo mucho de sentimiento personal en ello, y está admirablemente expresado aquí por las palabras "enfurecido" o "exasperado." ¿Por qué? Nosotros no leemos acerca de esto en los ataques de los Persas contra los Babilonios, feroces como pudieran ser, o en los de los Romanos contra los Griegos; pero fue peculiarmente verdad acerca de esta incursión Griega sobre el Imperio Persa. Los Persas habían invadido Grecia anteriormente, y habían despertado así el más fuerte sentimiento contra ellos. Este tradicional resentimiento se transmitió de padre a hijo, de modo que los Griegos se consideraban los enemigos naturales de los Persas. Esa fue la provocación que los Persas habían presentado a los Griegos, quienes no eran más que una pequeña nación en esa época, y que no habían procurado, en absoluto, extender sus confines más allá de su propio país de origen. Había llegado ahora el momento cuando este golpe iba a ser devuelto, y los Persas iban a ser atacados en su propia tierra: y el macho cabrío, con este cuerno notable en su cabeza, viene enfurecido (lit, "movido por la ira"), y hiere el carnero y quiebra sus dos cuernos, lo derriba en tierra y lo pisotea. Nada puede ser más claro, nada más exactamente descriptivo para dar una idea de la posición relativa que estos poderes tenían el uno contra el otro. Si ustedes tuvieran que leer historia durante todas sus vidas, no podrían tener un cuadro más vivo de la caída Persa, que el del cuadro que el Espíritu de Dios ha suministrado en unas pocas líneas.

         En este caso fueron bastante menos de trescientos años desde la época de Daniel hasta que estos grandes acontecimientos ocurrieron - un tiempo suficientemente largo para demostrar la maravilla de la perfecta sabiduría de Dios y la manera en que Él desvela el futuro a Su pueblo, pero un tiempo comparativamente corto en la historia del mundo; sin embargo, este no es Su gran objetivo. El Espíritu mira siempre hacia el futuro, hacia el final. Él puede introducir lo que se ha de cumplir en un tiempo comparativamente breve, pero Su atención principal está dirigida al fin del siglo (o, fin de la edad), y no a aquellos acontecimientos que, en realidad, rodean a los individuos del mundo. Dios tiene un pueblo sobre el cual está puesto Su corazón: ciertamente que se trata de un pueblo que, mediante su propia locura y al no apoyarse en Dios, ha sido muy débil y ha fracasado, y quienes son, hasta el día de hoy, "refrán y escarnio entre todos los pueblos", conforme a la Palabra de Dios (1 Reyes 9:7 - LBLA). Pero, independientemente de cual sea al poderío aparente de Persia, por no hablar del de Grecia, y la importancia de sus controversias llenando la historia del mundo, Dios piensa poco en ellos. Él dispone los registros de siglos en unas pocas palabras. El punto al cual Dios se apresura podría ser pequeño, en ese entonces, a los ojos del mundo, pero estando conectados con los intereses de Su rey, y Su pueblo, Él avanza a los grandes acontecimientos relacionados con ellos en los días postreros. Esto proporciona la llave a los versículos que siguen a continuación. La importancia de ellos se debe a su conexión con la historia Judía, y a que ellos reflejan lo que ha de acontecer antes que llegue el gran día del Señor.

         "Y el macho cabrío se engrandeció sobremanera; pero estando en su mayor fuerza, aquel gran cuerno fue quebrado." (Daniel 8:8). Este fue exactamente el caso con Alejandro. Él fue cortado, siendo bastante joven, en medio de sus victorias. "Y en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo." Hubo un cierto período de tiempo que  transcurrió después de la muerte de Alejandro, cuando sus generales riñeron entre ellos, y trataron de establecer varios reinos; pero el resultado final de todo esto fue que hubo cuatro reinos formados de los dominios apropiados de Grecia. Así que yo no pongo en duda que la alusión aquí es a la bien conocida división del imperio de Alejandro en cuatro reinos, división que tuvo lugar alrededor de trescientos años antes de Cristo.

         "Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño," (Daniel 8:9) a quien la Escritura, de otra manera, llama "el rey del norte." Estando en el norte, él extiende sus dominios "hacia el sur, y hacía el oriente, y hacia la más hermosa de las tierras." (Daniel 8:9 - VM). Mis razones para pensar así, más allá de la dirección de sus conquistas (lo que demuestra donde yacía su propio poder, y el punto desde donde él comenzó), aparecerán más particularmente cuando lleguemos al versículo 11. Lo que tenemos aquí es la sucesión de estos dos imperios - Persia en primer lugar, y luego Grecia. Pues de uno de los fragmentos del Imperio Griego surgió un rey que iba a jugar, después, un rol muy importante en conexión con la tierra y el pueblo de los Judíos. Este es el gran punto del capítulo.

 

"El Ejército del Cielo"

 

         Encontramos aquí, entonces, que este cuerno pequeño "se engrandeció hasta el ejército del cielo; y parte del ejército y de las estrellas echó por tierra, y las pisoteó." (Daniel 8:10). Mediante estas palabras se hace referencia, yo lo entiendo así, a aquellos que estaban en una posición de honor y gloria ante el pueblo Judío. De este modo, se utilizan las estrellas, en el Nuevo Testamento, como el símbolo de quienes están situados en un lugar de autoridad en la Iglesia. Justamente así, yo entiendo, la expresión "ejército del cielo" alude aquí a personas que ocupaban un lugar de autoridad en el sistema de gobierno Judío. Se trata de la tónica de toda esta parte de la profecía. La importancia de todo lo que afecta a Israel aparece ahora cada vez más ante nuestro ojos. De ahí que ustedes encuentran que se utiliza una expresión que puede parecer fuerte - "el ejército del cielo." Pero no debemos sorprendernos ante esto. Dios toma sumo interés en Su pueblo. Tengan en mente que esto no implica que Su pueblo estaba en un buen estado. Por el contrario, al juzgar el fracaso, nosotros tenemos que tener en consideración la posición que el pueblo ocupaba, y por la cual ellos son responsables. Si ustedes consideran la Cristiandad, tienen que recordar que todos los que profesan el nombre de Cristo, sea verdadera o falsamente - toda persona bautizada - toda persona que ha venido a estar bajo el reconocimiento exterior del nombre de Cristo, está en la casa de Dios. Las personas se imaginan que sólo aquellos que son realmente convertidos tienen alguna responsabilidad moral. Esto es un error total. Una nueva clase de responsabilidad, sin duda, fluye del hecho de la conversión y las relaciones de la gracia.

         Pero existe una responsabilidad que involucra una vasto incremento de culpabilidad cuando los hombres están en cualquier lugar de privilegio. Esta es una verdad muy solemne, y Dios le asigna importancia. Consideren la Segunda Epístola a Timoteo. La casa de Dios es comparada allí a una casa grande entre los hombres, y en ella hay vasos para deshonra así como para honra (" Empero en una casa grande, hay no solamente vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro: y algunos son para honra, y otros para deshonra." 2 Timoteo 2:20 - VM). Los primeros no se han convertido en absoluto; ellos quizás sean personas enteramente malas, pero todavía se dice que ellos son vasos en la casa de Dios. La Iglesia, aquello que lleva el nombre de Cristo en la tierra, es siempre responsable de andar como la esposa de Cristo. Sin embargo, ustedes no pueden aludir a un privilegio y una responsabilidad semejantes como esos, sin ver la ruina, y el fracaso, y la decadencia totales de lo que lleva Su nombre. Y esta es la importancia práctica de tener en cuenta la posición que Dios nos ha asignado. Nosotros nunca podemos juzgar cuán bajo hemos llegado hasta que primero veamos el lugar en que Cristo nos ha colocado. Suponiendo que yo tengo que juzgar mis modos de obrar como Cristiano, yo tengo que tener en mente que un Cristiano es un hombre cuyos pecados están borrados; que él es un miembro del cuerpo de Cristo, y que es amado con el mismo amor con el cual el Padre amó al Hijo. Algunos están acostumbrados a pensar que si un hombre no es Judío o Turco, o pagano, él debe ser Cristiano. Pero cuando un creyente oye que un Cristiano es uno que es hecho rey y sacerdote para Dios - un adorador limpio, no teniendo ya más conciencia de pecado (Hebreos 10:2) - se llena de ansiedad, y siente que él no tiene ni siquiera una idea correcta o plena de su propio llamamiento y responsabilidad. Él comienza, entonces, a buscar una norma diferente de juicio en Cristo, para medir de qué manera él se debería sentir, y obrar, y caminar para Dios.

 

Israel - Primero sobre la Tierra

 

         La misma cosa es aplicable a Israel aquí. Se menciona aquí a los que ocupan este lugar de autoridad responsable en Israel aludiendo a ellos como al ejército del cielo y las estrellas del cielo. Ellos habían sido colocados en un lugar de autoridad por Dios. Pues debemos recordar, en conexión con Israel, que ellos son el pueblo que, en la mente de Dios, tiene el primer lugar en la tierra. Ellos son la cabeza, y los Gentiles la cola (Deuteronomio 28:13). Esto, soy consciente de ello, es un pensamiento nuevo para personas que suelen considerar a los Judíos con un aire de despectiva compasión, juzgándolos solamente por su presente condición degradada. Pero, para juzgar correctamente, nosotros debemos considerar las cosas con Dios, debemos sentir con Dios; y Dios utiliza este lenguaje fuerte con respecto a personas colocadas, desde tiempos antiguos, en una posición de autoridad externa entre los Judíos. Hay comentadores que han supuesto que, debido a que se habla de algunas de estas personas en términos tan exaltados, se ha querido dar a entender que se trata de Cristianos. Pero, como nación de Dios, Israel ocupaba el primer lugar en Su mente en el gobierno del mundo. Ese es el llamado de ellos; porque "irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios." (Romanos 11:29). Dios nunca renunciará al gran pensamiento de que Él ha llamado a Israel a este lugar; y ellos son juzgados conforme a este llamado. Esta visión se produce mientras el poder de Babilonia no es juzgado aún. Ella les da un panorama de lo que será realizado en los postreros días con respecto a Israel, antes de que el poder que comenzó con Babilonia haya sido desechado completamente.

         Este cuerno pequeño se engrandeció, y echó por tierra a parte del ejército y de las estrellas del cielo, y las pisoteó. Es decir, son derrocados ciertos gobernantes Judíos que estaban en este lugar de gran autoridad; tratándolos con suma crueldad, y degradándolos. "Aun se engrandeció contra el príncipe de los ejércitos," lo cual, supongo, significa el propio Señor. La nota marginal es correcta en la cláusula siguiente. "Y por él le fue quitado el continuo sacrificio." (Daniel 8:11 - RVR1977). Esto inmediatamente deja todo claro. Contrariamente, tomar la expresión "por él" para dar a entender que la referencia es al cuerno pequeño (N. del T.: por ejemplo el texto de la RVR1960, y otras versionas en Castellano), y tomar luego la expresión "el lugar de su santuario" para dar a entender que se trata de aquel del príncipe de los ejércitos, estas dos cosas introducen suma confusión. La persona que estaba representada por este cuerno pequeño se iba a engrandecer aun contra el príncipe de los ejércitos. "Y por él le fue quitado el continuo sacrificio, y el lugar de su santuario fue echado por tierra. Y a causa de la iniquidad le fue entregado el ejército." (Daniel 8: 11, 12 - RVR1977). Y luego regresamos nuevamente al cuerno pequeño. "Y [él] echó por tierra la verdad, e hizo cuanto quiso, y le acompañó el éxito." (Daniel 8:12 - RVR1977). En otras palabras, el versículo 11 y la primera mitad del versículo 12 forman un paréntesis. Luego, en la última parte del versículo 12 tenemos nuevamente "[él] echó....., y le acompañó el éxito," que designan al cuerno pequeño del versículo 10. El pronombre sobrentendido "[él]" corresponde al cuerno que iba a aparecer e iba a tratar de una manera cruel al pueblo Judío, y a sus gobernantes en una forma agravada.

         Tenemos luego, como dice el profeta, "a un santo que hablaba; y otro de los santos preguntó a aquel que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados? Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado." (Daniel 8: 13, 14). Tengo la firme sospecha de que lo que tenemos aquí, en lo principal, excepto la porción que es marcada en forma de paréntesis (como expuse en el párrafo anterior), ha tenido un cumplimiento parcial en el pasado. Leeremos acerca de un personaje en Daniel 11 donde las características a las que se aluden aquí, como caracterizando este cuerno pequeño, son aún más minuciosamente indicadas. Él es llamado, en la historia profana, Antíoco Epífanes, y era un hombre particularmente muy malo. Si ustedes han leído los Libros de los Macabeos (los cuales, aunque no pertenecen a la Escritura, son, en lo medular, históricamente verdaderos, a lo menos dos de ellos), sabrán que estos libros describen a este rey Siro-Macedonio, y muestran el terrible sentimiento que él abrigó contra Israel. Él intentó imponerles la adoración pagana, especialmente la adoración a Júpiter Olimpo; y mató a todos los Judíos que resistieron sus designios, hasta que por fin, en parte por los Romanos y en parte por la fuerza y el coraje de los propios Macabeos, él fue reprimido y derrotado, y el templo nuevamente fue purificado una vez más, y la adoración Judía fue reanudada. Sin duda, esta era la persona representada, históricamente, por el cuerno pequeño. Pero él muestra la misma clase de rasgos que reaparecerán en otro gran líder de los postreros días, y yo creo que esto se hará evidente a partir de la lectura de la última parte de este capítulo. Pues cuando el ángel Gabriel habla al profeta, él dice, "Entiende, hijo de hombre, porque la visión es para el tiempo del fin." (Daniel 8:17).

         La declaración denota que lo que él va a explicar más particularmente mira hacia adelante a aquel tiempo. Pero me da la oportunidad de repetir una observación que ha sido hecha anteriormente - y es que nosotros no hemos de suponer jamás que las explicaciones de una visión en la Escritura son meramente una repetición de lo que ha precedido. Ellas aluden al pasado, pero agregan rasgos nuevos no presentados anteriormente. Esto es particularmente claro en el presente caso. La porción pasada de la visión (la que ya había sido vista por el profeta) se ha cumplido en lo principal; mientras que la parte explicativa añade nueva información que mira adelante hacia los postreros días. No obstante, hay una explicación a la medida de lo que ha sido antes. Pero es observable con cuánta frecuencia, en las explicaciones del ángel, los postreros días son traídos ante nosotros.

         "Entonces dijo:" (versículo 19), "He aquí que te voy a enseñar lo que ha de ser en el fin de la indignación; porque eso es para el tiempo del fin." No puede haber ninguna duda, si estamos de algún modo familiarizados con los profetas, lo que esto significa. Tomen el primero de ellos. Yo encuentro allí esta misma expresión, "indignación." Al final de Isaías 5, y luego en Isaías 9, Isaías 10, esta palabra "indignación" (N. del T.: traducida en algunos casos como "ira" en la RVR1960), se repite una y otra vez. El profeta muestra que, a consecuencia de la idolatría de Israel, y especialmente de sus reyes, la indignación de Dios fue excitada contra Su pueblo. Él les envía un castigo. Pero, independientemente de lo que pudieran ser los primeros efectos del castigo, el mal brotó nuevamente con nueva furia, tal como el mal lo hace siempre, a menos que sea quitado. Por consiguiente, esa terrible palabra resuena, "¡Con todo esto no se aparta su ira, sino que su mano está aún extendida!" (Isaías 5:25 - VM). Su ira arde una y otra vez. Luego, en Isaías 10:25, encontramos al Señor diciendo que Su "indignación. . .terminará." (Isaías 10:25 - LBLA). Pero, ¿dónde? Hay un personaje que es presentado aquí, llamado el Asirio ("¡Llega el Asirio a Ayat; pasa a Migrón; en Micmás deposita su bagaje…!" Isaías 10:28 - VM); y este azote de Israel se presentó, en parte, mediante Senaquerib (Isaías 36:1), quien era, por aquel entonces, rey de Asiria. Él fue el primero que se mezcló, particularmente, en los asuntos de Israel, o más bien de Judá. Y, ¿qué aprendemos nosotros de esto? El Asirio iba a ser utilizado allí como la vara del furor de Dios; pero cuando Dios haya acabado toda Su obra en el monte de Sion, y en Jerusalén - cuando Él haya permitido, por decirlo así, que la indignación abrase, ella cesará en la destrucción del propio Asirio, porque él olvidó que era meramente una vara en las manos del Señor. (Isaías 10:12). Él se halagó a sí mismo diciendo que todo se debió a su propia sabiduría y poder; pero el Señor dice que él se ocupará de la vara misma, y la destruirá. Por consiguiente, ese mismo capítulo nos muestra la indignación del Señor cesando en Su destrucción. La indignación está relacionada únicamente con Su pueblo Israel.

 

La Última Indignación Contra Israel

 

         Para mí es evidente que esto confirma lo que se dijo antes, de que estamos sobre terreno Judío. No se trata de lo que los papas o los Musulmanes puedan hacer, ni sobre las incursiones de la apostasía oriental u occidental.  Se refiere a Israel - la última indignación de Dios contra Israel. Pero se puede preguntar, ¿Por qué el cuarto imperio no es introducido aquí? La razón es esta: aunque el dominio de estos imperios es quitado, sobre lo cual tenemos el surgimiento sucesivo de un nuevo imperio, con todo, el cuerpo se mantiene en existencia. Porque es del tercer imperio, y no del cuarto, que iba a levantarse este poder que juega una parte tan importante en los postreros días. Así que tenemos que recordar que el cuerno pequeño de Daniel 8 es un poder enteramente distinto del cuerno pequeño de Daniel 7. El de Daniel 7 es el último líder del Imperio Romano, quien surge del cuarto imperio cuando este imperio es dividido en diez reinos; mientras que este poder surge del tercer imperio, donde hubo una división en cuatro partes - no en diez partes. Nada puede ser más distinto. Aunque el dominio principal del mundo ha pasado desde el tercero al cuarto imperio, y aunque hemos tenido en Senaquerib un representante del tercer imperio, con todo, en los postreros días habrá también un heredero del tercer imperio, quien se entremeterá con Israel de una manera particular. Así como habrá un gran líder en el occidente (en el oeste), así también habrá uno en el oriente (en el este), surgido del Imperio Griego. Además, debemos recordar que, aunque se trataba del Imperio Griego, este era considerado como siendo el occidente (oeste) en comparación con Babilonia y Palestina, pero era oriente (este) en comparación con Roma. Veremos más de este cuerno pequeño después.

         En Daniel 8:20, se explica que el carnero con dos cuernos representa a los reyes de Media y Persia; y, en el versículo 21, "El macho cabrío es el rey de Grecia, y el cuerno grande que tenía entre sus ojos es el rey primero." Luego, en el versículo 22, tenemos la disolución del Imperio Griego; y en el versículo 23 se añade, "Mas hacia el fin del imperio de éstos, cuando los transgresores llegaren al colmo de la maldad, se levantará un rey de rostro fiero, y que entiende de tretas enredadas." (Daniel 8:23 - VM). Esto, yo pienso, no se refiere a Antíoco Epífanes. sino a la persona a quien Antíoco tipificaba. Pongan atención nuevamente, "Mas hacia el fin del imperio de éstos, cuando los transgresores llegaren al colmo de la maldad." "Su poder será grande, pero no por su propio poder" (Daniel 8:24 - LBLA): una palabra notable, que no es dicha, en absoluto, acerca del cuerno pequeño de Daniel 7. Yo entiendo que allí, fue por su propio poder. Satanás podría darle poder a él, también; pero él ejerció en su propia persona la fuerza del Imperio Romano. Pero, en el caso de este gobernante, aunque su poder será grande, no será su propio poder. Él depende de la fuerza que otros le han dado. Él será el instrumento de política exterior y poder, no de su propio poder. "Destruirá en forma extraordinaria, prosperará y hará su voluntad; destruirá a los poderosos y al pueblo santo." (Daniel 8:24 - LBLA). Es decir, encontramos que él es principalmente y expresamente mencionado en conexión con los Judíos como pueblo. Observen aquí, que ustedes no tienen a los santos del Altísimo (como en Daniel 7). Lo que encontramos ahora es meramente una expresión figurativa de los grandes hombres del pueblo Judío, y esto, como contraste con los Gentiles. No hay ninguna alusión al carácter personal de ellos; eso no aparece en el capítulo 8.

         Este rey se entrometerá con ellos, y destruirá a los poderosos y al pueblo santo. "Y por su astucia hará que el engaño prospere por su influencia; él se engrandecerá en su corazón, y destruirá a muchos que están confiados." (Daniel 8:25 - LBLA). Es decir, él se aprovechará del hecho de que ellos están en un estado relajado y desprevenidos para sus astutos abusos. "Y se levantará contra el Príncipe de los príncipes, pero será quebrantado, aunque no por mano humana." (Daniel 8:25). Él estará totalmente impotente en esta última lucha; tal como se dice en otra Escritura, "mas llegará a su fin, y no tendrá quien le ayude." (Daniel 11:45).

         Permitan ustedes que les indique Escrituras que harán que la importancia de esto sea más clara aparte del hecho de limitarnos a Daniel 8. ¿Hay luz en otros pasajes en cuanto a lo que este personaje es y lo que él hará? Yo respondo: Si, la hay. Él es la misma persona de la que se habla en varias partes de la Palabra de Dios, como el "Asirio", o "rey del norte." Él es descrito siempre como el gran enemigo de los Judíos en los postreros días. Los Judíos, en aquel tiempo, estarán expuestos a dos males. Tendrán un mal dentro de su propia tierra - el Anticristo estableciéndose como Dios en Su templo; y tendrán otro mal proveniente desde el exterior - el Asirio. Él viene como un enemigo contra ellos; y es uno que también se caracteriza por una política sutil. Él no se distingue meramente por el poder bélico. Él es, sin duda, "de rostro fiero", pero entiende "de tretas enredadas." (Daniel 8:23 - VM). Tomará el lugar de un gran maestro, que tendría, naturalmente, mucha influencia sobre la mente Judía; pues ellos han sido siempre un pueblo dado a la investigación y a las especulaciones intelectuales de todo tipo. En los últimos años, la mayoría de ellos han estado demasiado ocupados obteniendo dinero como para poner atención a estas cosas; pero siempre han existido constantes representantes de la clase intelectual entre el pueblo Judío. Y sobre tales personas la influencia de este rey será inmensa, cuando sean restablecidos en su propia tierra, y vuelvan a ser importantes nuevamente, como los objetos de los tratos de Dios a modo de juicio. Porque la indignación no habrá cesado. Por ello es que estos dos males afligirán a los Judíos. El Anticristo, o el rey altivo, tomará el lugar del Mesías verdadero en la tierra de Israel. Porque, es claro, que si alguno asume ser el Mesías, debe ser en medio del pueblo Judío, y en la tierra de los Judíos, mientras que el Asirio es uno que se opone a ellos como un enemigo declarado. Este es el rey que, a mi entender, es aludido por los otros profetas como el rey del norte.

         Me referiré ahora a unas pruebas que ofrece la Escritura de que el Asirio y el Anticristo son poderes totalmente distintos y opuestos. El Asirio será el enemigo del Anticristo: uno será el gran hombre que echará mano a la auto-exaltación en el interior, y el otro será el líder de los enemigos de  afuera. Isaías 10 nos entrega la primera insinuación clara que tenemos de él en los profetas. "Pero acontecerá que después que el Señor haya acabado toda su obra en el monte de Sion y en Jerusalén, castigará el fruto de la soberbia del corazón del rey de Asiria, y la gloria de la altivez de sus ojos." (Isaías 10:12). Muchas personas me dirán que todos los Asirios han desaparecido; que ya no existe una nación semejante. Pero yo pregunto, ¿ha acabado el Señor toda Su obra en el monte de Sion y en Jerusalén? ¡No! Entonces el Asirio no ha desaparecido del todo. El Señor me dice aquí que cuando Él haya acabado toda Su obra, Él castigará el fruto de la soberbia del corazón del rey de Asiria. Pero los Judíos no están en su tierra, y Jerusalén es aún hollada por los Gentiles. ¿Quién no lo sabe?* Pero, ¿prueba esto que los Judíos no van a estar en su tierra nuevamente, y que Jerusalén no va a ser liberada de la servidumbre Gentil? Cuando el poder de Dios reúna a los Judíos de regreso a su propia tierra, esa misma providencia pondrá de manifiesto al representante del Asirio en los postreros días. Y de la misma manera que el Asirio fue el primer gran enemigo de Israel, asimismo él es el principal enemigo al final. Él es quien vendrá para su juicio, cuando el Señor haya acabado toda Su obra en Sion y en Jerusalén. Dios no ha acabado toda la obra. Él ha acabado parte de ella, pero Su indignación aún continúa contra Israel. Esta es la razón por la cual ellos no están en su tierra.* Aun cuando ellos regresen, la indignación aún prorrumpirá. Habrá un regreso de los Judíos en incredulidad; y entonces sobrevendrá esta gran crisis; y Dios reunirá a los dispersos que queden, y los establecerá en su propia tierra; y el Asirio será juzgado. Hay un cierto gran personaje, tipificado por el Asirio en el pasado, que reaparecerá en los postreros días. Se habla de él como de este rey temible. Él gobernará en la misma área donde este cuerno pequeño tuvo su poder - Turquía en Asia. Yo no pretendo decir si el actual Sultán* será el poseedor de esos dominios en aquel entonces; pero, quienquiera que él pueda ser, él es la persona a la que refiere nuestro profeta (Daniel 11) como el rey del norte. Él descenderá hacia la tierra gloriosa y atacará a los Judíos; pero después será desmenuzado. "Llegará a su fin, y no tendrá quien le ayude." (Daniel 11:45).

 

{* N. del T.: Recuerde el lector que este comentario fue escrito por el autor a mediados del siglo 19, alrededor de 1857.}

 

         Miren otra vez Isaías 14. Y lo que lo hace notable es esto: y es que, en el comienzo de aquel capítulo, ustedes encuentran que se habla del rey de Babilonia. "Pronunciarás este proverbio contra el rey de Babilonia, y dirás: ¡Cómo paró el opresor, cómo acabó la ciudad codiciosa de oro!" (Isaías 14:4). El rey de Babilonia no representa al Asirio. Babilonia y Asiria fueron dos poderes distintos. Babilonia era sólo una pequeña provincia  cuando Asiria era un gran imperio. Y cuando Asiria estuvo en ruinas, Babilonia se elevó a un rango enteramente nuevo, como un poder imperial.

         Isaías 14 comienza mostrando que "Jehová tendrá piedad de Jacob, y todavía escogerá a Israel, y lo hará reposar en su tierra; y a ellos se unirán extranjeros, y se juntarán a la familia de Jacob. Y los tomarán los pueblos, y los traerán a su lugar," etc. Ello demuestra el intenso interés que Dios dará a los pueblos del mundo para que ellos los vean regresar a su lugar. "Y la casa de Israel los poseerá por siervos y criadas en la tierra de Jehová." Los Gentiles, en lugar de ser amos, se alegrarán de ser siervos en aquellos días. "Así tomarán cautivos a los que los habían tomado cautivos, y se enseñorearán de sus opresores. Y sucederá que el día en que Jehovah te dé tregua de tu dolor, de tu desesperación y de la dura servidumbre a la que fuiste sometido, pronunciarás esta sentencia contra el rey de Babilonia, y dirás: "¡Cómo ha cesado el opresor; cómo ha cesado la prepotencia! Jehovah ha roto la vara de los impíos, el cetro de los gobernantes." (Isaías 14: 2-5; RVA). Ustedes tienen allí, evidentemente, lo que nunca se ha cumplido aún. Ninguna persona con conocimiento de la Escritura puede suponer que alguna vez, desde los tiempos de la supremacía de Babilonia, Israel haya estado en una posición tal como para hacer suya una sentencia (o un proverbio) semejante a esa. El "tiempo de los Gentiles" comenzó cuando el poder Caldeo fue establecido sobre los Judíos. Y Jerusalén es, hasta el presente, hollada por los Gentiles. Un poder tras otro ha tomado posesión de la ciudad. Ahora bien, en estos postreros días de los que se habla aquí, tenemos a los Judíos colocando a los Gentiles bajo ellos - haciéndolos sus siervos. Y cuando ese tiempo llegue, y no hasta entonces, ellos harán suyo esta sentencia (o este proverbio), "Cómo ha cesado el opresor," etc. Y este tenor profético considera al rey de Babilonia, de quien Nabucodonosor fue el tipo - el último sustentador del mismo poder que entró con Babilonia. ¿Quién es este? La bestia - el último heredero del poder que comenzó con el rey de Babilonia, cuya extraña destrucción da lugar al gozo y al triunfo de Israel. Cuando el rey de Babilonia obtuvo este poder, ¿dónde estaba el Asirio? Ya no estaba - había sido quebrantado. El imperio de Babilonia, que había sido un poder pequeño, se levantó sobre las ruinas del Asirio. Pero observen en este capítulo 14 de Isaías, el versículo 24, "Jehová de los ejércitos juró diciendo: Ciertamente se hará de la manera que lo he pensado, y será confirmado como lo he determinado; que quebrantaré al asirio en mi tierra, y en mis montes lo hollaré; y su yugo será apartado de ellos, y su carga será quitada de su hombro. Este es el consejo que está acordado sobre toda la tierra." (Isaías 14: 24-26). Allí, evidentemente, tenemos el hecho de que cuando llegue el día de la restauración de Israel, ellos no sólo triunfarán en el destino del rey de Babilonia, sino que Jehová derribará al Asirio. ¿Y se puede referir esto al mero Asirio histórico del pasado? Él ya no estaba cuando Babilonia llegó al poder: de modo que él pudo ser solamente un tipo de un poder aún por venir. Esto demuestra que habrá dos grandes poderes en el día postrero - la bestia, representada por el rey de Babilonia, quien en aquel tiempo será el enemigo de los Judíos leales, aunque él pretende ser amigo de la nación, es decir, de la masa impía; así como el Asirio, por el contrario, será el líder de la abiertamente adversa coalición de los Gentiles contra Israel.

         Otras Escrituras demuestran la misma cosa. Así, en Isaías 30, ustedes hallarán los mismos dos poderes apareciendo de nuevo. En Isaías 30:27 se dice, "He aquí que el nombre de Jehová viene de lejos; su rostro encendido, y con llamas de fuego devorador . . . . Y Jehová hará oír su potente voz, y hará ver el descenso de su brazo . . . . Porque Asiria que hirió con vara, con la voz de Jehová será quebrantada" - (aludiendo, evidentemente, al hecho de ser instrumento de Jehová castigando a Su pueblo, como en Isaías 10:5); "Y cada golpe de la vara justiciera que asiente Jehová sobre él, será con panderos y con arpas; y en batalla tumultuosa peleará contra ellos. Porque Tofet ya de tiempo está dispuesto y preparado para el rey, profundo y ancho, cuya pira es de fuego, y mucha leña; el soplo de Jehová, como torrente de azufre, lo enciende." (Isaías 30: 27-33). Esto muestra que no se trata meramente de un juicio de la tierra, sino una cosa más profunda. Tofet, o el abismo, está dispuesto desde tiempos antiguos. En el versículo 33, en la cláusula donde se lee "y preparado para el rey", el verdadero significado es "preparado también para el rey." Tofet no es meramente para el Asirio, sino también "para el rey." La referencia es a dos personajes distintos, tal como vimos también en Isaías 14. "El rey" estará en la tierra de Israel, y reinará allí bajo los auspicios del heredero del poder de Babilonia en aquel día. Él asumirá allí ser el Mesías verdadero. Tofet está preparado para él - pero para el Asirio también. Ambos serán entregados al juicio divino. No necesito referirme a todos los pasajes que se refieren a ellos; pero ustedes hallarán, en Isaías y en otros profetas, una gran cantidad de pasajes que son profundamente interesantes en cuanto al "rey."

         Pero está tan lejos de ser verdad el hecho de que el Anticristo, o "el rey" ocupe los pensamientos de Dios, que, por el contrario, los profetas hablan mucho más del Asirio. Los Cristianos no están generalmente conscientes del amplio alcance de la profecía. Raramente ellos piensan en uno de los más importantes poderes en ella. Si ustedes miran a los profetas menores - Miqueas 5, por ejemplo - hallarán una alusión al mismo gobernante, la cual es muy clara. El capítulo comienza con un llamamiento. "¡Reúne ahora tus tropas, ciudad de tropas! ¡Nos han sitiado! ¡Con vara herirán en la mejilla al juez de Israel!" (Miqueas 5:1 - RVA). Allí está el rechazo del Mesías. Luego, el segundo versículo es un paréntesis que nos muestra quién es el Juez de Israel. "Pero tú, oh Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será el gobernante de Israel." (Miqueas 5:2 - RVA). Ellos pueden herirle en la mejilla; pero, después de todo, Él no sólo ha de ser el Gobernante, sino que Él es el eterno Dios, cuyas "salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad." (Miqueas 5:2). Luego él reanuda, en conexión con el versículo 1, "Sin embargo, Dios los abandonará hasta el tiempo en que dé a luz la que ha de dar a luz" (Miqueas 5:3 - RVA): es decir, hasta que ocurra el gran propósito de Dios acerca de Su pueblo. "Entonces el resto [el remanente] de sus hermanos volverá a los hijos de Israel. Y El se afirmará y pastoreará su rebaño con el poder del SEÑOR . . . .Y El será nuestra paz. Cuando el asirio invada nuestra tierra." (Miqueas 5: 3-5; RVA). Pongan atención a eso - "Cuando el asirio invada," y, "cuando hollare nuestros palacios" (Miqueas 5:5 - RVR1960): una cosa que jamás se ha cumplido todavía. Cuando el Asirio vino a la tierra en tiempos pasados, es evidente que no hubo un hecho semejante a un Juez de Israel allí, ni Israel había sido abandonado en aquel tiempo; sino que el Asirio de aquel día fue sólo el tipo del gran heredero del mismo nombre y poder de los postreros días. Y entonces el Juez de Israel saldrá a favor de Su pueblo. El Juez, que una vez fue herido en la mejilla, será recibido por Su pueblo, cuando los grandes propósitos de Dios se cumplan. "Y él mismo será nuestra paz. Cuando el Asirio entrare en nuestra tierra." (Miqueas 5:5 - VM). Luego encontramos, "El nos librará del asirio cuando invada nuestra tierra y huelle nuestro territorio. Entonces el remanente de Jacob, en medio de muchos pueblos, será como rocío que viene del SEÑOR . . . . Y será el remanente de Jacob entre las naciones, en medio de muchos pueblos, como león entre las fieras de la selva, como leoncillo entre los rebaños de ovejas, que si pasa, huella y desgarra, y no hay quien libre." (Miqueas 5: 6-8; RVA). Así que es muy claro que nosotros tenemos la intrusión del Asirio y su derrocamiento final en conexión con la liberación final de Israel.

         He intentado demostrar que, si bien Antíoco Epífanes fue el tipo de este Asirio, sin embargo, después de todo, fue sólo en una parte muy pequeña que él cumple, realmente, los requerimientos de la profecía; la cual, si bien lo utiliza como un tipo, mira hacia adelante a los últimos tiempos de la indignación de Dios contra Israel, cuando el enemigo de ellos viene para recibir su juicio de parte de Dios.  Ustedes verán cuán importante es mantener claramente en mente, que Dios tiene estos grandes propósitos acerca de Israel, y que aquello que el hombre considera de tan grande importancia - el episodio del Catolicismo ahora o la religión Mahometana - es pasado por encima, de hecho,  muy ligeramente. Yo reconozco, que nosotros encontramos una cierta medida de cumplimiento en ambos casos, pero Dios nunca permite a la Iglesia ser un pueblo terrenal. Cuando los Judíos aparecen nuevamente, entonces tenemos la importancia de lo que los toca, y el Asirio descenderá desde afuera, al mismo tiempo que existirá "el rey" en el interior: y ambos caerán bajo el severo juicio de Dios quien abatirá a todos los enemigos. Y Su pueblo, purificado mediante sus pruebas, y mirando a Jehová-Jesús, será hecho, de esta manera, apto para los propósitos de Dios en misericordia, y bondad, y gloria, a través de todo el mundo venidero.

         Que el Señor otorgue que podamos conocer Sus propósitos acerca de nosotros. Nosotros no tenemos nada que ver con este mundo, siendo extranjeros en él. Estamos habilitados para leer todas estas visiones en la luz del cielo. No se dice que Daniel no las entendió: los demás no las comprendieron. Pero, independientemente de cuál haya sido el caso en ese entonces, nosotros, por el Espíritu Santo, estamos habilitados para entender ahora estas cosas. Y que el Señor otorgue que nuestras mentes puedan estar atentas a lo que Él pone ante nosotros en cuanto a nuestra propia senda.

 

William Kelly

 

Traducido del Inglés por: B.R.C.O. - Septiembre 2008.-

REGRESAR A SITIO PRINCIPAL DE "EDIFICACIÓN CRISTIANA EN GRACIA Y VERDAD"































Título original en Inglés:
THE GREAT PROPHECIES OF DANIEL, A Series of Lectures on The Prophecies and Principles of the Book of Daniel, by William Kelly
Publicado en Inglés por:
Pickering & Inglis, London, England