Todas las citas bíblicas se encierran entre comillas dobles
("") y estas han sido tomadas de la Versión Reina-Valera Revisada en 1960 excepto en los lugares en que, además de las comillas
dobles (""), se indican otras versiones, tales como:
LBLA (La Biblia de las Américas, Copyright 1986, 1995,
1997 by The Lockman Foundation, Usada con permiso)
Versión Reina-Valera 1909 Actualizada (Publicada por Editorial
Mundo Hispano).
Versión Moderna, traducción de 1893 de H.B.Pratt, Revisión
1929 (Publicada por Ediciones Bíblicas - 1166 PERROY, Suiza)
TERCERA CONFERENCIA
ESMIRNA. En nuestra conferencia anterior vimos que el carácter de juicio está en el libro completo del Apocalipsis
-antes de todo entre las iglesias y después en el mundo. Así que tenemos al Señor caminando en medio de los candeleros, ejerciendo
juicio, tomando nota de todo lo que está sucediendo y diciendo, "y os daré a cada uno de vosotros según vuestras obras." Y
vimos también la importancia de recordar la diferencia entre la iglesia como vista en el cielo en Cristo y vista en la tierra
como representando a Cristo. Nosotros somos partícipes de Su vida y unidos a Él en el cielo; pero es igualmente verdad que
Él ha puesto a la iglesia como un vaso para llevar Su nombre ante el mundo, "una epístola de Cristo...conocida y leída de
todos los hombres." (Versión Moderna). Comentamos también, que la responsabilidad
de la iglesia aquí abajo no toca de ningún modo la cuestión de la salvación; y también que la fidelidad de Dios para con los
individuos no toca el juicio del cuerpo corporativo que lleva Su nombre. Dios ha prometido en Su fidelidad llevarlos en la
plenitud de Su gloria; pero al mismo tiempo, Él debe juzgarlos por el fracaso en la responsabilidad en la que Él los había
puesto aquí abajo. No debemos confundir Su juicio del vaso puesto en testimonio en la tierra, y Su fidelidad a la iglesia
-la esposa, unida por el Espíritu Santo a Cristo en el cielo. Pero, es más, Dios juzga a sus santos individualmente para su
bien, ejercitando sus corazones y conciencias en advertencias; y ellos son bendecidos inclinándose bajo Sus juicios, mientras
"los simples pasan y reciben el daño" (Proverbios 22 : 3), y a la larga, como un cuerpo, son vomitados fuera de Su boca, mientras
todas las pruebas, disciplina y correcciones se vuelven en provecho de la iglesia en cuanto a su llamamiento celestial. En
el mensaje a cada iglesia se hace una revelación peculiar de Cristo, con la que se corresponde el juicio peculiar; y también
promesas especiales y garantías dadas al fiel, ajustadas a su necesidad especial, reuniéndose con el ejercicio del corazón
para sostenerlo.
Hemos visto que la primerísima cosa que caracterizaba a la iglesia, considerada en su responsabilidad
como es retratada por Éfeso, era que ella se había apartado del poder de su lugar original, "dejado su primer amor." Ahora
tampoco es el tema de la suministración de gracia desde la Cabeza; ya no es más "la cohesión que aportan todas las coyunturas"
(Efesios 4 : 16 Versión Reina-Valera 1909 Actualizada), sino la entrega de reprobaciones, advertencias y promesas, para que
actúen en los corazones y conciencias de cada uno de los santos en su responsabilidad aquí abajo.
Otra cosa que es bueno recordar aquí es que nosotros nunca encontraremos que el objeto del mensaje
sea el poder del Espíritu Santo obrando activamente para formar y reunir. Si de lo que se habla es de juicio, claramente no
puede ser, porque nunca se puede decir que Cristo juzgue la obra del Espíritu Santo. Si el Espíritu Santo obra, es el poder
obrando en la gracia. Cristo, al ejercer Su juicio, está dando a conocer Su estimación del uso práctico que ha sido hecho
de la obra del Espíritu después que ha sido dado. La primera gran verdad es que el Señor mira a la iglesia como responsable
por todo el amor del cual ella es el objeto, y espera una devolución; y si Él no la encuentra, sino que encuentra abandono
del primer amor, que es solamente el triste comienzo de un mayor fracaso, entonces Él dice, "arrepiéntete...pues si no...quitaré
tu candelero de su lugar."
Entonces, además, pongan atención a otra cosa. No son individuos los que son juzgados aquí, sino
iglesias (aunque los individuos pueden oír y sacar provecho de las advertencias). El Espíritu habla así a las iglesias; pero
no habiendo respuesta de la iglesia, ningún arrepentimiento, al no realizar las primeras obras, ningún regreso al primer amor,
el candelero debe ser quitado. Y entonces el mensaje viene individualmente a aquel que "tiene oído, oiga lo que el Espíritu
dice a las iglesias."
Pero aunque ella ha fallado como una iglesia y el candelero deba ser removido, aún hay alguna cosa
tal como energía individual para vencer. Y, pongan atención aquí, que es vencer en la condición en la que la iglesia se encuentra
en sí misma. La responsabilidad de los individuos es aquella de vencer donde ellos estaban. Esto era muy diferente del estado
de cosas cuando la plenitud de la bendición fue derramada por el Espíritu Santo. Aquello que debía ser vencido estaba ahora
al interior de la iglesia, no solamente en el mundo. "Y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe." Él reavivará
el corazón del fiel por medio de promesas para sostenerlo contra la trampa de Satanás en el mundo; pero cuando la decadencia
ha entrado, entonces la conciencia necesariamente llega a ser ejercitada con respecto al mantenimiento del lugar donde ellos
estaban. Han entrado trampas, dificultades y peligros; porque debemos recordar que cuando se le habló a Esmirna, la iglesia
había caído de su primer amor; y en el momento que el Espíritu se dirige a la iglesia como una iglesia caída, ella cesa de
ser en sí misma un lugar de seguridad para el santo; él no puede dar por hecho que al caminar con ella, él camina de acuerdo
al poder y a la voluntad de Dios. Una iglesia caída no me puede asegurar del error; estando ella misma bajo juicio, ella no
puede ser una garantía con respecto a nada. Verdaderamente ella nunca lo fue, sino el poder apostólico y la energía que la
sostenía y tenía cuidado de ella, mientras los apóstoles vivieron. (Ver Hechos 20 : 28, 29 y 2ª.Pedro 1 : 15.)
Entonces son distinguidos los individuos, porque la iglesia ya no me puede garantizar en esto o en
aquello. La iglesia puede estar correcta en esto o en aquello, pero yo tengo que afirmar mi seguridad en contra de, o de cualquier
modo independiente de la iglesia, según la palabra de Dios; porque debo discernir lo que puedo y lo que no puedo seguir por
la palabra de Dios aplicada por el Espíritu. Pero entonces este estado de cosas no significa de ninguna manera que no había
ninguna bendición, que no había quedado nada excelente en la iglesia; porque encontramos al Señor reconociendo y alabando
muchas cosas. Pero seguramente yo escasamente necesito decir cuan sorprendentemente importante es este principio, que una
iglesia que está fracasando cesa de ser una garantía; y, por consiguiente, yo tengo que juzgar en responsabilidad individual
lo que voy a recibir y lo que voy a rechazar. La iglesia ha sido, tal como fue formada por Dios, un lugar de bendición con
respecto al individuo, un guardián para Cristo del estado en el que ellos estaban, como siendo el vaso y la expresión del
poder del Espíritu Santo, el resultado apropiado de Su obra; pero esto no es así de ninguna manera ahora que ella ha dejado
su primer estado; y, como hemos comentado, de hecho solamente los apóstoles la mantuvieron siempre en ese estado, como en
el caso de Ananás y Safira, la iglesia de Corinto, etc. No obstante, nuestra responsabilidad nunca cambia; ni tampoco Cristo
puede fallar en la gracia necesaria para el estado en el cual se encuentra la iglesia.
Yo aprovecharía aquí la oportunidad para hacer un comentario acerca de la palabra 'desarrollo', que
Satanás ha introducido como una palabra muy favorita. Hay ahora una perfecta y total infidelidad envuelta en este pensamiento
de desarrollo en la iglesia del Dios viviente. No hay nada en Dios que se deba desarrollar; Él es el inalterable origen perfecto
de todo. A lo que Dios nos ha llamado ahora es a una revelación perfecta de Sí mismo en Cristo, tal como vimos en 1ª. Juan
1: 1, 2. Allí estaba la manifestación de esa vida eterna la cual estaba con el Padre; y está claro que no puede haber ningún
desarrollo de aquello que ha sido manifestado a no ser que nosotros podamos conseguir algo más allá de la perfección de Cristo,
en quién habita toda la plenitud. Dios es luz; Cristo era la luz verdadera; y esto resplandeció plenamente en la revelación
de la gloria de Su Persona, por el poder del Espíritu Santo. ¿Y podemos nosotros conseguir algo mejor o más pleno que esta
'Luz'? ¿Podemos agregar algo a esta revelación de la 'Verdad'? Hay mucho que se debe aprender acerca de Él; pero lo que aquí
se presenta es una Persona, y no una doctrina. Si fuera meramente una doctrina, podríamos conseguir que se agregara algo -otra
doctrina; pero no es meramente una cuestión de doctrina, sino de una Persona viva que ha sido revelada. Entonces bien, ¿si
es Cristo mismo, que más puede ser revelado? Nosotros no podemos agregar a lo que Dios ha forjado. ¡Ay! El hombre puede caer
de ello, como fue el caso en Éfeso. Ellos habían dejado su primer amor; ellos habían dejado algo: no hay ningún desarrollo
en esto. Por supuesto que nosotros siempre podemos aprender y deberíamos estar siempre aprendiendo más sobre aquello que fue
revelado al principio; pero Dios siempre presenta perfecta cada cosa en el principio. Porque Dios no puede crear nada sino
lo que es perfecto, nada que es inferior o contrario a Su mente.
Así el hombre en inocencia fue creado perfecto en esa inocencia, y Adán cayó. El sacerdocio de Aarón
fue perfecto en su tipo, pero hubo fracaso en Nadab y Abiú. Lo que Dios ha sembrado, Él ha sembrado una semilla totalmente
correcta de acuerdo con Su mente. Lo que viene de Dios debe ser perfecto, y no puede ser hecho más perfecto por ninguna otra
operación cualquiera. Esta es una verdad muy simple; pero es una verdad que corta de raíz y derriba un sistema completo de
pensamientos y sentimientos que podrían poner algo entre nuestras almas y Cristo. No es que Dios no pueda revelar en la criatura
más de lo que Él ya ha revelado, y lograr lo que es mejor de lo que fue antes. Él lo hace: el segundo Adán es clara e infinitamente
más excelente que el primero. Pero lo que Él crea es absolutamente perfecto, como la expresión de Su mente en ello. El hombre
no puede mejorar o agregar a ello. Lo establecido para nosotros es la manifestación perfecta de Dios en Cristo; aquí la noción
de desarrollo es rechazo del verdadero objeto, o blasfemia. Así lo dice Juan, "Lo que era desde el principio," cuando él guardaría
seguros a los santos. Pero incluso con respecto a la gloria, como en la responsabilidad del hombre, eso muere. Dios "te había
plantado vid escogidísima, toda ella de buen veduño; ¿cómo pues te me has convertido en sarmientos degenerados de una vid
extraña? (Jeremías 2: 21 - Versión Moderna). Por esta causa -eso: en cuanto se pone algo directamente en la mano de un hombre,
hay alejamiento.
Obtenemos entonces otro principio. Una vez que ha entrado
este alejamiento, Dios usa el poder de Satanás que actúa por medio de la hostilidad del mundo, para dos fines: primero, para
ejercitar la vida divina en un santo; en segundo lugar, para impedir un mayor alejamiento del Señor. Esta es la "tribulación"
que iban a tener; y, por consiguiente, cuando llegamos a Esmirna, oímos de persecuciones. Si ustedes toman la historia de
la vida de Cristo, ella fue un ejercicio de prueba y sufrimiento hasta que Él alcanzó la cruz; no fue que necesitara la cruz
para librarlo a Él de cualquier mal existente; ella solamente resaltó más plenamente Su perfección, que Él pudiera ser hecho
perfecto en el justo resultado, como un hombre en gloria, de lo que Él era moralmente. "Por lo que padeció aprendió la obediencia."
La manifestación de todo lo que estaba en Él fue presentada por medio de la oposición y el desprecio. Su senda se volvió más
oscura y más oscura hacia la cruz. Él tenía que vencer a Satanás, y dice para otros, "Al que venciere, le daré que se siente
conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono."
El segundo fin para el cual Dios usa el poder de Satanás, en persecuciones y pruebas para los santos,
es para evitar un mayor alejamiento de Él mismo. Hay una tendencia constante en el corazón de los santos a tomar un descanso
en las circunstancias prósperas, debido a que la carne se vuelve en forma natural hacia aquello que es agradable en el mundo
para descansar, cuyo resultado es un decaimiento de vitalidad interior; pero esto no sirve. Por consiguiente, Dios dice, "Levantaos
y marchad, porque no es éste vuestro descanso; por cuanto está contaminado." (Miqueas 2: 10 -
Versión Moderna) La persecución es la porción natural de la iglesia de Dios mientras esté aquí abajo, en un mundo de
pecado. Y cuando la iglesia empezó a descansar al comienzo, Dios se vio obligado muy pronto a introducir la persecución en
medio de ellos.
En el evangelio de Mateo, el Señor revela hermosamente el espíritu y carácter del reino en el sermón
del monte: "Bienaventurados los pobres en espíritu"; "Bienaventurados los mansos"; Bienaventurados los de limpio corazón,"
etc., etc. El bendecir es el carácter en el cual Él introduce el testimonio que Él estaba llevando. Dios estaba mostrando
lo que era bendito a Su vista. En aquel tiempo la gracia de Cristo estaba recién comenzando a ser manifestada, mostrando las
consecuencias naturales de los principios y del carácter moral de Su reino. Los milagros que Él ya había realizado habían
atraído la atención de multitudes de todo el país circundante, y Él aquí, por tanto, explica a los que oyeron el verdadero
espíritu y carácter del reino, que ellos en verdad estaban pensando absolutamente de otra manera, y dice quiénes son los bendecidos;
pero al final del evangelio, en el capítulo 23, es "¡Ay!, ¡ay!, ¡ay!" en vez de bendición. "He aquí vuestra casa es dejada
desierta. Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor." Esto
fue porque la oposición del hombre fue resaltada totalmente por la manifestación perfecta de lo que Cristo era. El comienzo
del evangelio de Mateo era el bendito flujo de lo que estaba en Su corazón, mientras que el curso de su vida resalta lo que
había en sus corazones, y por eso la palabra, "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!", etc.
Para volver al tema -Dios nos envía tribulación, oposición desde afuera, para resaltar la gracia
y para impedir la tendencia constante a la ruina; con Cristo esto fue siempre y solamente para resaltar la gracia. Así Dios
usa a Satanás como un instrumento para producir bendición incluso para la iglesia. Tomen a Job, por ejemplo. ¡Cuán maravillosamente
fue usado Satanás por Dios para bendición en el caso de Job! Es Dios quien comienza la conversación con Satanás y Él sabía
perfectamente bien todo lo que Él estaba haciendo al atraer la atención de Satanás hacia Job, y dice, "¿No has considerado
a mi siervo Job?" La malicia de Satanás estaba totalmente lista para infectar y perseguirlo; pero esta malignidad de Satanás
fue usada por Dios traer a Job a aquello que era necesario para su bendición -el conocimiento del mal que había en su corazón,
lo cual él no habría aprendido de ningún otro modo. Entonces, además, tomen a Pablo. Él fue arrebatado al tercer cielo, para
obtener allí tal sentido del poder de Dios, que lo capacitaría para su servicio peculiar a la iglesia y al mundo, y tal revelación
de la gloria de Jesús como era apropiado para sostenerlo bajo todas las pruebas a través de las cuales él tenía que pasar
inevitablemente. ¿Y cuál sería el uso que la carne haría de esto? De qué forma se habría envanecido y habría dicho, 'Ahora,
Pablo, tú has estado en el tercer cielo y nadie ha estado antes allí sino tú.' De manera que se le dio un aguijón en la carne,
el mensajero de Satanás para que lo abofeteara; y por esto él rogó tres veces al Señor, que lo quitara de él; pero no, no
puede ser quitado, para que Pablo no se pudiera enaltecer en forma desmedida. Pero él obtiene esta seguridad -"Bástate mi
gracia." Eso que llego a ser una fortaleza para Pablo, por lo que a él mismo le concernía, fue aquello a través de lo cual él aprendió su propia debilidad -el 'aguijón en la carne, el mensajero de Satanás para
abofetearlo'; porque eso llegó entonces a ser un asunto de la gracia y de la fortaleza de Cristo, y no de Pablo. "Por tanto,
de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo." (2a. Corintios 12:9).
Parece asombroso que Dios deba usar a Satanás como un instrumento con el cual probar a los santos,
y no interfiera para librar: pero Él lo hace así, tal como lo vemos aquí; porque Él no dice, 'Yo te echaré en la cárcel,'
sino "el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel"; ¿pero no podría el Señor haber impedido esto? Por supuesto que
Él pudo; pero como la prueba era necesaria, si Él hubiera impedido que el diablo actuara de esa forma, Él les habría impedido
a ellos las bendiciones que habrían resultado de una prueba tal. Tomen, además, el caso de Pedro. El Señor dijo, "Satanás
os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte;" ¿Qué? ¿Que Pedro no debía ser zarandeado?
No, no es así; porque Pedro necesitaba ser zarandeado, debido a que él tenía confianza en la carne. Pero el Señor oró para
que su "fe no falte"; es decir, que Pedro pudiera ser sostenido bajo su prueba -que su corazón no soltara su sostenimiento
en Cristo, sino estar asegurado de Su amor y obtener la bendición supuesta. Y Pedro alude a tales pruebas de la fe cuando
él dice, "para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego,
sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo." (1a. Pedro 1: 7).
Y cuando Satanás hubo cernido la paja del trigo, entonces el Señor lo usaría como Él dijo: "y tú, vuelto a mí, fortalece
a tus hermanos." (Lucas 22: 32 - Versión Moderna).
Cuando la iglesia cayó -cuando dejó su primer amor, ella tenía que ser puesta en el horno, para evitar
que el mundo, sus tentaciones y su maldad actuaran sobre sus propias tendencias perniciosas, mientras permanecía en un cuerpo
de pecado y muerte. Mientras la iglesia estuvo caminando en la frescura de su "primer amor", el mundo no tuvo ningún poder
sobre ella. Cristo era demasiado vívidamente el objeto delante de la iglesia, para que ella se sumergiera en otros afectos
los cuales dejan el corazón abierto al razonamiento de la incredulidad. Pero cuando se dejó el "primer amor", entonces la
iglesia llegó a ser la presa de su propia carne maligna, actuó según los males de alrededor, por consiguiente ella debe ser
puesta en el horno, el lugar donde Satanás perseguía, para impedir que ella fuera al lugar mucho más peligroso donde mora
Satanás, es decir, el mundo.
Versículo 9. "Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico)". Cuando la
iglesia fue creada al principio, los cristianos eran pobres y despreciables en apariencia. Al dejar su primer amor, ellos
estaban en peligro de caer dentro de la corriente de los razonamientos del mundo; y el Señor deja suelto al príncipe del mundo
contra ellos, los deja encontrar su sufrimiento donde ellos estaban en el peligro de encontrar un descanso y gozo falsos,
sino que el verdadero carácter de enemistad del mundo, en lugar de sus falsas tentaciones que los guió a entrar, y lejos del
amor del Padre; y ellos se sumergen en la insignificancia y pobreza dentro de las cuales la oposición del mundo pone a los
santos. "Pero tú eres rico," dice el Señor. Estos pocos pobres despreciados poseían una riqueza inagotable. Se multiplicaron
y aumentaron en el mundo y entonces había una tendencia a descansar en los efectos producidos y no en el Señor; y el Señor,
amándolos demasiado para permitir esto, debe ponerlos en el horno para hacer que se apoyen en Él mismo. Porque Él lanzará
a la iglesia en conjunto en su propia porción apropiada y por consiguiente Él usa la hostilidad del mundo para conducirla
de regreso hacia sus propias esperanzas y privilegios apropiados. Pero para esto parecería extraño que el Señor deba dejar
que ellos sean probados "diez días", si no fuera para enseñarles que su porción es el cielo y no la tierra; que ellos no van
a permanecer en la tierra, sino que van a pasar a través de ella como peregrinos y
extranjeros, para glorificarlo a Él, quién fue un extranjero cuando estuvo aquí abajo, y quién ahora en la gloria, es un extranjero
para el mundo, como el mundo. Pero entonces esto muestra también que la prueba es medida. Dios puede usar a Satanás como una
vara, pero él no puede tocar un pelo de nuestra cabeza más allá de lo que se permite.
Pero la iglesia debe ser traída a la conciencia profunda del estado desde donde ella ha caído tan
profundamente. Por esta razón, Cristo no sólo permitió al diablo a echar algunos de ellos en la prisión, sino también dice,
"Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida." Ellos pueden ser martirizados, ¿y entonces qué? Jesús les da
una corona de vida. La iglesia se había deslizado al interior del mundo; a pesar
de eso, dónde la fe viviente estaba en ejercicio, el efecto era darle a Cristo Su verdadero lugar, y para fortalecer todo.
Una vez llegada la cuestión de abandonar a Cristo, había mártires, quizás incluso entre los más mundanos. Esto se ve a menudo.
Tal como lo es ahora, en el día en el cual nosotros vivimos. Los cristianos están buscando lo que el mundo busca principalmente,
riqueza, poder e influencia: estas tres cosas son justo lo que el Señor no tenía. ¿Y puedo yo decir que soy un extranjero
donde tengo poder e influencia? No ciertamente; y si el Señor vuelve la corriente contra ellos, entonces deben atravesar el
horno. Si la iglesia se interesa en el mundo en cualquier sentido como su porción, debe dejar a un Cristo celestial y un Cristo
crucificado. La iglesia de Dios no se puede asociar al mundo y a la religión sin perder su verdadero carácter.
El objetivo del Judaísmo era asociar la religión con este mundo, con la tierra. Y así Dios probaba
si el hombre podía ser atraído al propio Dios a través de cosas terrenales que estaban asociadas con Él. Con este fin Dios
les dio un templo magnífico, vestidos vistosos, ceremonias espléndidas, la música y el canto, para que Él pudiese mezclar
los sabores y sentimientos de la naturaleza con Él. Pero noten que todo esto necesitaba un sacerdocio entre ellos y Dios;
porque no era la presencia de Dios, como luz, en el cielo, y la comunión pacífica con Él. Estas cosas terrenales no hacen
sino mantener el alma a una distancia de Dios. Porque, dondequiera que el mundo se conecta con la religión, el sacerdocio
debe entrar, porque, en el momento en que usted obtiene al hombre como él es, él no puede estar de pie ante Dios; él no puede
estar de pie en la luz y por consiguiente necesita un sacerdote.
Pero ahora nosotros somos hechos cercanos; podemos estar en la luz así como Dios está en la luz: somos sacerdotes; y con respecto a nuestro lugar en la presencia de Dios, no hay ninguna
necesidad de un sacerdocio entre Dios y nosotros. Cristo padeció fuera de la puerta; y en el momento que la sangre de Cristo,
con la cual somos santificados, es llevada dentro del lugar santo a la presencia de Dios, nuestra asociación es con los lugares
celestiales y nunca más con una ciudad terrenal (puesto que ahora no hay una ciudad santa); y somos llevados completamente
fuera del mundo (y el mundo, siendo religioso en una forma carnal, por eso, para nosotros es el campamento. "Salgamos, pues,
a él fuera del campamento") y dentro del velo con Él. Esto era exactamente lo que el apóstol estaba enseñando a los Hebreos.
Ellos no podrían continuar con una religión con un carácter mundano, con el Judaísmo, que era la religión terrenal de Dios.
También, por consiguiente, el apóstol dice que si él hubiese conocido a Cristo según la carne, él ya no lo conoce así. Él
era solamente un Cristo celestial para él.
Bajo el Judaísmo, las ordenanzas carnales conectaban al hombre con Dios; pero, siendo Cristo rechazado,
sus seguidores tienen Su lugar de aceptación en el cielo y el rechazo en la tierra. La cruz o el cielo. Ahora no hay punto
intermedio -Cristo es completamente celestial; y nosotros somos resucitados en Él para sentarnos en lugares celestiales. En
el momento que la iglesia pierde el sentido de su lugar celestial en Cristo, el Señor, en Su fiel amor, deja suelto el poder
de Satanás sobre nosotros, simplemente para que podamos aprender que el mismo mundo que estamos buscando adoctrinar religiosamente,
es el lugar del trono de Satanás. Por supuesto que en tal caso estaremos seguros de tener al mundo y sus pensamientos sobre
la religión, completamente opuesto a nosotros; pero entonces tendremos a Cristo y Sus pensamientos con nosotros, quién dice,
"No temas en nada lo que vas a padecer", porque "Yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto".
El carácter de Cristo en el mensaje a esta iglesia es como "muerto y vivo". Cristo no es meramente
divino -Dios- sino que Él es también Aquel que estuvo muerto y está vivo nuevamente para siempre. Mirado como un hombre, Él
ha sido rechazado y echado fuera; de tal manera que, como María Magdalena, debemos tener una tumba vacía (porque esto es todo
lo que el mundo es, si buscamos a Cristo) o a un Jesús resucitado. Si el corazón de ustedes está fijo en Cristo, todo lo que
ustedes encontrarán en este mundo es la tumba de Jesús, y nada en ella. Entonces no tenemos nada que hacer con este mundo,
porque si estamos en espíritu con nuestra Cabeza en el cielo, nosotros tenemos allá todas nuestras bendiciones. Pero entonces,
tener y mantener el corazón y el alma elevado hacia esto, es una constante dificultad en un mundo como este; pero esto debe
ser hecho. Porque de lo contrario, si no nos adherimos al mundo, el mundo por sí mismo se adherirá a nosotros; y si entra
el decaimiento y es dejado el primer amor, entonces debe venir la "tribulación", para que "no os conforméis a este siglo."
Este era el caso aquí con la iglesia. Ellos habían dejado su primer amor, por consiguiente tenían que ser puestos a través
de este curso de prueba, para mantenerlos en el recuerdo que ellos no eran del mundo. El Judaísmo entró sigilosamente -el
desarrollo, etc., etc.,- "entremetiéndose en cosas que nunca vió, hinchado vanamente por su ánimo carnal" (Colosenses 2: 18
- Versión Moderna), en vez de ser unos pocos despreciados, un rebaño pequeño. Ellos crecieron asombrosamente en número, así
que hicieron una considerable exhibición carnal. De hecho, ustedes se encuentran con que la cosa completa se conformó rápidamente
a semejanza con la jerarquía Judía. Entonces entra la persecución y sopla sobre todo ello; y si incluso hubo persecución hasta
la muerte, donde había una fe viviente en un Dios viviente, aunque una persona tal podía morir aquí, él no sufrirá daño de
la segunda muerte. La historia de estos tiempos prueba que el poder viviente y la verdad en la iglesia no estaban en sus doctores,
sino en sus mártires.
PÉRGAMO. "Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás." Aquí nosotros tenemos otro
y más sutil carácter de mal. El Señor reconoce el mérito a todo lo que Él puede. La iglesia había pasado por la persecución,
y había sido fiel. "Pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe," cuando Antipas, mi fiel mártir, fue muerto. Pero ahora
no era meramente persecución externa mundana (ESO asaltó, pero purificó la iglesia), sino corrupción doctrinal en su interior.
La iglesia de Dios tiene su lugar de responsabilidad en el mundo donde está el trono de Satanás. Si éste cesa de ser un mundo
perseguidor, debido a que la iglesia ha cesado de ser una iglesia testimonial celestial, a pesar de eso la iglesia está viviendo
allí; ese es el lugar donde ella aún está, con respecto a sus formas externas, y ha estado siempre desde la época referida
aquí. Aquí no es una cuestión de conducta individual, sino de posición corporativa de la iglesia.
Las personas tienen la noción de que Satanás cesó de ser el príncipe de este mundo cuando Cristo
fue crucificado. Ahora, yo diría simplemente, que fue en la cruz de Cristo donde Satanás llegó a ser enfáticamente el príncipe
de este mundo. Realmente él siempre lo fue, referente al corazón del hombre. Pero hasta que Cristo fue rechazado, se podría
haber esperado que algunos medios podrían encontrar, o causar que brotara, algún bien en el hombre; pero la cruz demostró
y determinó el sometimiento del corazón del hombre a Satanás, de tal forma que nada podría librarlo como tal. Por supuesto
que la cruz fue virtualmente la destrucción de su poder, porque allí Cristo destruyó a aquel que tenía el poder de la muerte,
es decir, el diablo. Entonces, en un sentido, referente al cumplimiento de la obra que debía efectuar esto, referente a la
justicia ante Dios, su poder cesó, su cabeza fue herida, aunque el fruto de esta obra cumplida aún no se ha presentado por
medio del poder. El hombre ha sido probado en todas las formas y, finalmente, en el sistema Judío, ha sido puesto bajo responsabilidad
por la ley, y examinado en el terreno de la obediencia. Allí él ha fallado, pero está preparado para pensar que, si él hubiese
hecho todo lo que a él le gustaba, él habría establecido todo en forma correcta. Él fue puesto a prueba en esto, por la entrega
de poder en sus manos, en la persona de Nabucodonosor. Él falló en ambas formas, es decir, en los Judíos, y en el representante
del poder imperial. Vino Cristo. Satanás arriesgó todo para deshacerse de Cristo, pero esto sólo terminó en su propia derrota;
a pesar de eso se le ha dejado conducir por un tiempo, el mundo fuera del cual Cristo ha sido echado, el cual, en sus formas
universales y variadas, es el instrumento de Satanás (tal como vemos en la crucifixión del Señor). Satanás, el príncipe de
este mundo, vino y no encontró nada en Cristo; pero los principales sacerdotes, los Fariseos, Poncio Pilato, los Judíos y
el poder Gentil, estaban todos guiados por él. E incluso Sus propios discípulos Lo abandonaron, a causa de su miedo del poder
de Satanás manifestado en el mundo. En una palabra, el mundo entero fue guiado por Satanás para rechazar a Cristo, y desde
ese momento Satanás es el príncipe manifiesto de este mundo: porque hasta que Cristo fue rechazado por el mundo, Satanás no
podía ser expuesto como el príncipe del mundo. Y el Señor lo tenía como tal, llamándolo "el príncipe de este mundo", diciendo,
"Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera." (Juan 12: 31). "Porque viene el príncipe
de este mundo, y él nada tiene en mí." (Juan 14: 30).
La iglesia de Dios ha sido sacada enteramente fuera del mundo para estar asociada con el Príncipe
de Dios en el cielo; por consiguiente los Cristianos no tienen nada por lo que estar morando, como su lugar de morada, su
hogar, donde está el trono de Satanás, viviendo en el mundo y como el mundo. Pero, ¡ay de mí! la iglesia prácticamente se
ha deslizado fuera de estar "asiéndose de la Cabeza," y ha tomado un carácter terrenal. Si "para mí el vivir es Cristo," no
es Cristo el estar en la religión mundana; porque el hombre en la carne debe tener algo entre él y la Cabeza. La diferencia
entre el cristiano y la religión del mundo es del carácter más absoluto. "Si pues moristeis con Cristo en cuanto a los rudimentos
mundanos, ¿por qué, como si vivieseis (es decir, vivos) aún en el mundo, os sujetáis a tales decretos,...?" (Colosenses 2:
20 - Versión Moderna). Un hombre en el mundo debe tener preceptos. ¿Cómo puede continuar religiosamente sin ellos? Pero los
preceptos no son Cristo; ellos han sido clavados en Su cruz. No hay posibilidad de escapar de la religión del mundo, preceptos,
y lo semejante, sino por el saber y el caminar en el poder de un Cristo muerto y resucitado. El hombre en la carne debe tener
una religión de preceptos entre él y Dios; pero si está unido a la Cabeza en el cielo, nada puede necesitar para traerlo más
cerca, porque él es uno con Cristo; y si él no es uno con la Cabeza, entonces está separado de Cristo. Pongan cualquier cosa
entre Cristo y las almas, y todos está perdido. Entonces la posición se vuelve una totalmente diferente.
Esta tendencia corrupta a la asociación con el mundo trajo la persecución al interior, pero con la
promesa apropiada, "Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida." Es bastante verídico que el Señor causa la
prueba, pero ustedes nunca encuentran que hay en Él cualquier consentimiento moral en el mal. Él no puede tentar según una
doctrina maligna. El Señor les ha enseñado la maldad de esta asociación corruptora con el mundo, convirtiéndolo en un mundo
perseguidor; pero Él no pudo haber enviado la enseñanza maligna de Balaam. Porque sería imposible hablar de Cristo enviando
la tentación moral como una vara para la corrección de los santos. Él puede permitirlo en Su sabiduría santa. Al esfuerzo
del enemigo en Pérgamo no le gustaría la tribulación de la cual se habla en Esmirna. Balaam los asociaría religiosamente a
ellos con el mundo - un mal más doloroso que el poder de Satanás persiguiendo abiertamente.
En Éfeso, nosotros tuvimos el primer punto de alejamiento, el dejar su "primer amor". En Esmirna
ellos fueron puestos en el horno. La persecución no había logrado los fines de Satanás -la fidelidad incluso hasta la muerte
había coronado a las víctimas con un honor de mártir: pero aquí se levanta un nuevo peligro. Ellos estaban morando donde está
el trono de Satanás. El mundo es el lugar del trono de Satanás; y ahora se enseña la corrupción, agradando a la carne, asociando
a la iglesia con el mundo. El enemigo está trabajando adentro. "TIENES AHÍ a los que retienen la doctrina de Balaam."
De este modo, hay una sorprendente y muy instructiva diferencia entre la persecución de Esmirna y
la seducción de Pérgamo. El Señor dice en Esmirna, "el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados...Sé
fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.". 'Yo he muerto por ti, y ahora sé tú fiel hasta la muerte por mí.'.
En Esmirna el Señor no daría un paso para impedir las consecuencias de la posición en la que ellos estaban, pero los vuelve
hacia el mantenimiento de la iglesia decadente en su propio verdadero carácter, dando la seguridad de la promesa eterna y
celestial, una corona para el fiel. Pero en Pérgamo, el hecho de estar morando en el lugar donde estaba el trono de Satanás
muestra a la iglesia en otra forma. Y el Señor no podía, sin juzgar al mundo, quitar la trampa actuando sobre el mundo mismo.
Ustedes han obtenido sutileza satánica actuando de concierto con el mundo, y por su espíritu en la iglesia -un falso profeta
que lleva a la asociación con el lugar del trono de Satanás dónde él mora- el mundo que había dejado de ser un perseguidor.
Ustedes tienen allí a Balaam; no todavía a Jezabel.
Un carácter muy terrible y espantoso es ese de Balaam. La cuestión ya se había planteado en el terreno
del fracaso de Israel, si Dios los llevaría a la tierra -si Satanás, a través de sus instrumentos, Balac y Balaam, podría
impedir la entrada de Israel en Canaán. El esfuerzo era conseguir que Jehová maldijera a Israel, pero ellos no pudieron. Porque,
como entre Él y el acusador, Dios no "ha visto perversidad en Israel," ni había allí alguna posibilidad de usar el poder de
Satanás contra el pueblo de Dios, como decía Balaam, "Que no hay hechizo contra Jacob, ni hay adivinación contra Israel."
(Números 23: 23 - Versión Moderna). Dios sostuvo los labios de Balaam y lo obligó a hablar bendiciones en vez de maldiciones,
a pesar de sí mismo. "Resistid al diablo, y huirá de vosotros." Cuando el diablo viene como un adversario, él no tiene poder;
el secreto de su poder radica en entrar como un tentador y seductor. Cuando Satanás no pudo prevalecer en conseguir que Jehová
maldijera a Israel, él los sedujo hacia la maldad, guiándolos "a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación."
¿Y entonces cómo podía el Dios santo hacerlos entrar? (Ver Números 25).
En Pérgamo, Satanás viene al interior de la iglesia como un Satanás seductor; mientras que en Esmirna,
Satanás se mantiene fuera de la iglesia como el Satanás perseguidor. Por consiguiente en Esmirna ellos son exhortados, "No
temas en nada lo que vas a padecer." La debilidad está en 'el miedo'; el peligro está en temer. Cuando el santo está fuera
de la persecución, él a menudo tiembla mientras la mira y se asusta. Pero cuando una vez que él está completamente en ella,
si él tiene fe, él saca su vista de ella y mira arriba a Dios y encuentra que él nunca fue tan feliz. De esta forma él es
separado del mundo y preparado para percibir cuál es su propia porción apropiada. Pero como la iglesia de Dios está morando
en territorio de Satanás, si él no tiene este carácter persecutorio, entonces él le da a ella tanto del mundo cuanto él puede
(porque, como dice Satanás, "A ti daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien
quiero la doy" Lucas 4: 6); y si se puede decir del mundo que 'tú has enriquecido a la iglesia', entonces el mundo va a poseer
el corazón de la iglesia, en vez de su Cabeza resucitada, "Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón."
Balaam fue un profeta, aunque uno falso, y pudo usar el nombre de Jehová y declarar que él debía hablar solamente por Su palabra;
y nosotros encontramos aquí su espíritu viniendo al interior de la iglesia para hacerla estar a gusto en el mundo. El siervo
malo (quien dijo en su corazón, "Mi señor tarda en venir; y comenzaré...a comer y a beber con los borrachos."), con todo,
fue tratado como un siervo, aunque uno malo. Si Satanás puede hacer que un solo Cristiano esté cómodo en el mundo, ha logrado
su fin. Entonces ellos podían ir y comer en el templo del ídolo, etc...
En los nicolaítas tenemos a la carne actuando en la iglesia de Dios; y en Balaam es el espíritu del
mundo, introducido por el falso profeta, entrando, y de una manera seductora, para llevar a la iglesia a unirse con el mundo,
para hacer que la iglesia esté tranquila y cómoda en el mundo que mató a Cristo.
Tenemos aquí a un maestro, un tipo de instructor religioso; como dice, "los que retienen la doctrina
de Balaam, que ENSEÑABA a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel." "Y también tienes a los que retienen la doctrina
de los nicolaítas, la que yo aborrezco." En el caso anterior, en Éfeso, fueron "las obras de los nicolaítas", pero aquí hay
una doctrina que permite obras malignas -el antinomianismo y aún peor - que no sólo estaba contra la ley, sino contra Cristo,
la corrupción interior conectada con, y estimulada por, la asociación con el mundo de afuera. Es muy triste (y nuestros corazones
debieran llevar la carga de lo que sucede al interior de la iglesia) ver cómo la iglesia decayó a pesar de eso, después de
que la tribulación la había iluminado hacia Dios luego de comenzar a fracasar en Éfeso (porque la raíz de mal estaba allí),
y volviéndose cómoda la hizo estar satisfecha de morar donde estaba el trono de Satanás, y entonces, claro, se abrió la puerta
para la doctrina maligna, la enseñanza falsa, conectando la carnalidad con la espiritualidad, lo que es antinomianismo. Satanás
no deseaba perseguir donde él pudo corromper; porque las persecuciones de Satanás solamente iluminan al alma hacia Dios, mientras
que las corrupciones seductoras de Satanás separan imperceptiblemente al alma de Dios. No había aún la plena madurez de maldad
como en la época de Jezabel, sino solamente la enseñanza de la doctrina que permitía estas obras malignas; pero en la próxima
iglesia nosotros vemos que hay hijos nacidos de este mal, siendo el mal su lugar de nacimiento moral.
Vemos que el ojo y el corazón del Señor los ha seguido hacia donde ellos moran, cerca del trono de
Satanás, como Él dice, "Yo conozco...dónde moras"; y desde allí (es decir, del espíritu de asociación con esto) Él los llamaría
con su palabra de advertencia, "Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada
de mi boca." Aquí se habla de la palabra en forma judicial como de una espada saliendo de la boca de Cristo. En tal estado
de cosas la palabra de Dios es la fuente hacia la cual el santo es atraído. Ahora la promesa se vuelve mucho más individual:
"Al que venciere, daré a comer del maná escondido." Era la fidelidad escondida que iba a ser sostenida por la promesa de este
maná escondido (visto, de hecho, en un sentido, porque los frutos serían manifestados a todo alrededor). La iglesia como un
cuerpo estaba morando en el mundo; entonces, como una consecuencia necesaria, viene la vida secreta del corazón del alma fiel
con Dios en el poder de la palabra. Esto es el vínculo interior con eso que nunca cambia en su carácter, sosteniendo la fidelidad
secreta a Dios. ¡Y que diferente es esto del uso judicial de la palabra -el ser combatido por la espada de la boca de Cristo
(los miembros vivientes siendo asociados con el Cristo que sufrió en la tierra, pero que ahora está en el cielo)!
El maná indica al Hijo de Dios que se encarnó para dar vida a nuestras almas, Su entrada en humillación
dentro de todas nuestras circunstancias, y es la provisión para el caminar diario a través del desierto: porque encontramos
que se habla del maná en relación con Jesús como el pan de vida enviado desde el cielo. "Este es el pan que descendió del
cielo," Juan 6. Pero entonces, ¿qué es el maná ESCONDIDO? El maná para Israel fue esparcido alrededor del campamento; y ellos
debían recogerlo diariamente para su comida. Y así es igualmente Cristo para ser la provisión diaria del alma mientras está
en el desierto de este mundo; pero este no es el maná escondido. Tenía que haber una vasija dorada de maná puesta ante Dios,
y cuando los Israelitas se habían instalado dentro de la tierra, ellos tenían que tener el memorial de lo que habían disfrutado
en el desierto. Este maná escondido es el recuerdo de un Cristo sufriente aquí abajo -el recuerdo de lo que Cristo ha sido
en el desierto, como un hombre, un hombre sufriente y humillado, y quien es el eterno deleite de Dios en el cielo; y en nuestro
estado eterno, el que ha vencido, el que ha sido fiel en separación del mundo con Cristo, tendrá el goce eterno de la comunión
con Dios en Su deleite en un Cristo que fue una vez humillado -la misma clase de deleite, aunque en una medida diferente.
Si estamos caminando fielmente con un Cristo rechazado, en vez de dejar que Balaam entre a nuestros corazones, gozaremos así
de Cristo aquí abajo en espíritu; pero no podemos gozar de Cristo en nuestras almas, si estamos mezclados con la impiedad
en el mundo: si pretendemos esto, entonces se vuelve Nicolaísmo. Pero a medida que alcanzamos y aprendemos en nuestras almas
el secreto de lo que Cristo fue en el mundo, nos alimentaremos de Él; pero esto no puede ser, si estamos caminando en el espíritu
del mundo. Incluso no podemos gozar de la presentación de Cristo en los evangelios, a menos que sea una comida para el alma.
Un hombre puede decir que la verdad es muy hermosa; pero si ésta alimenta solamente la imaginación, no le hace a él ningún
bien. Dios no dio a Su Hijo para que sufriera aquí abajo, y para que después se juegue con Él, sino para alimentarse.
La "piedrecita blanca" da la idea general de un voto a favor de alguien; es la marca secreta de aprobación
de una persona a otra. Hay gozos públicos en el cielo comunes a todos, miles y miles de voces en comunión y alabanza, haciendo
eco de la canción de alabanza. Y aquí hay gozos que compartimos juntos en Cristo;
pero Él debe tener nuestros afectos individuales tanto como nuestros afectos en común. Ustedes nunca pueden conocer mi propio
gozo especial en Cristo, ni yo nunca puedo experimentar el de ustedes; y esto es verdad de los más altos afectos. "Escrito
un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe." El nombre no tendría ningún significado para nadie más
excepto para aquel a quien es dado. Cristo se revela a Sí mismo al alma de tal manera que un extraño no se interpondrá con
su gozo. El gozo individual, la comunión personal, aunque lo mejora, es distinto del gozo universal; y ese gozo individual
que conocemos aquí abajo nunca será interrumpido. Esta promesa, así como todas aquellas a las iglesias, se relaciona con el
tiempo futuro de bendición celestial; pero ahora también es la fuente de gozo y fuerza. El Espíritu de Dios hace que anticipemos
el día. Podemos recibir ahora de Cristo en espíritu esta "piedrecita blanca", esta expresión secreta de Su gracia y amor,
que otros no pueden recibir para mí, ni que yo puedo recibir para ellos. ¡De qué manera
esto hace a esta "piedrecita blanca" digna de todo lo demás! ¡Aunque todo el mundo piense que estoy equivocado, qué
fuente secreta de fuerza es esta, si yo tengo la piedrecita blanca de la aprobación
de Cristo, adquirida siguiendo la palabra, pero conocida en el corazón! Pero, reitero, yo tengo que juzgar todo por la palabra,
esa espada de Su boca que desarma y purga todas las obras de Balaam. Entonces a mí no me importa -que el mundo hable acerca
de cosas como le agrade, Cristo me ha hablado, y en el día de gloria venidero reconocerá todo lo que Él me ha dicho a mí.
Es bastante doloroso lo que un Balaam está enseñando en la iglesia; pero entonces, noten, no puede
haber ningún problema entre los santos que no ponga en evidencia la fidelidad de Aquel que espera para bendecir "al que venciere",
y traer de esta forma al alma a la comunión con Cristo de una forma en que ninguna otra cosa podría. Porque nada da el conocimiento
bendito de la aprobación de Cristo entre el alma y Él mismo, como la fidelidad dónde el mal empieza a corromper. Si hay falsa
enseñanza al interior, la palabra (como en la persecución, y con todo lo demás) es 'Vencer'. El que tiene oído para oír lo
que el Espíritu dice a la iglesia va a estar venciendo ese mal que asalta a la iglesia, cualquiera que este mal sea.
TIATIRA. Lo avanzado de la hora no me permite hacer más que mirar por un momento a Tiatira. Ustedes obtienen
esta diferencia cuando entra Jezabel; a pesar de todo es una profetisa, pero ella por sí misma llega a ser la madre de hijos;
una clase completa de personas nace de esta corrupción. De personas que estaban perdiendo el tiempo con esta corrupción y
este mal (así como almas simplemente extraviadas), Él dice que las arrojará "en gran tribulación..., si no se arrepienten".
Pero aquellos cuya existencia moral se deriva de esta corrupción, Yo los mataré -tal como Él dice, "Y a sus hijos heriré de
muerte". Pero en el momento en que ustedes tienen esta condición de la iglesia, como la engendradora de corrupción, entonces
entra el juicio de las naciones: "como vasos de alfarero serán desmenuzados" (Apocalipsis 2: 27 - Versión Moderna); y el corazón
del creyente es guiado hacia la venida del Señor, "y le daré la estrella de la mañana."
Yo me alegro de finalizar con esta promesa, ella está llena de bendición. Mientras tanto el Señor
mismo llega a ser el maná escondido para nosotros. Que Él pueda permitirnos y a todos Sus santos evitar todo lo parecido al
espíritu y a la enseñanza de Balaam. Nosotros somos uno con Jesús, miembros de Su cuerpo; somos de Su carne y de Sus huesos
y nada permanecerá sino esta unión con Cristo; puesto que el conocimiento de nuestra unión con Cristo, y la realización de
ésta en nuestras almas, es la única salvaguardia contra el espíritu seductor del día en que vivimos. Que el Señor nos otorgue
el ser fieles a esta bendita verdad de ser uno con Él, quien está a la diestra de Dios. Entonces las personas pueden intentar
interponerse entre yo y Dios por sus ordenanzas o su sacerdocio; pero yo puedo decir, 'No; yo soy traído muy cerca de Dios
como para que usted se interponga entre nosotros; y también muy cerca de Dios como para que usted me pueda acercar más. Allí
es donde la gracia me ha puesto; y todo lo demás no es más que un lastimoso despropósito'.
Somos llamados a juzgar lo malo en la iglesia, si podemos, porque Dios no puede aceptar a Balaam
y Jezabel. Por consiguiente, que el Señor nos permita recordar que el fracaso al interior de la iglesia debe ser juzgado.
Somos llamados a poner atención a esto especialmente, debido al día en que vivimos, que la iglesia, estando ella misma bajo
juicio, no puede ser una garantía para la fe o para cualquier otra cosa.
Fin de la tercera conferencia.-
TEXTO REVISADO EL: 16.10.2002.-
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