SIETE
CONFERENCIAS ACERCA DE LOS MENSAJES PROFÉTICOS A LAS SIETE IGLESIAS
J. N. DARBY
APÉNDICE
Las notas precedentes de las conferencias
cuyo objetivo fue la edificación práctica de los santos de Dios brindan espacio
para expresar con más precisión lo que yo creo que son los estados sucesivos de
la iglesia, a los cuales la condición moral revelada en cada una de las
iglesias es aplicable respectivamente.
El lector de las 'Conferencias' recordará
que él no debe esperar encontrar en ningún caso la energía activa del Espíritu
de Dios que produce la bendición de la iglesia, sino la forma o condición de la
iglesia profesante después que esa energía ha estado en acción y que la
responsabilidad del hombre entra a actuar. Puede haber una medida de bendición,
o gran culpabilidad. Pero la energía del Espíritu Santo no puede ser el objeto
del juicio.
De hecho, la primera iglesia muestra la
decadencia de los santos de la primera condición de bendición producida por el
poder del Espíritu Santo. Esto señala de manera suficiente la época a la que se
refiere mientras caracteriza, de una manera general, el resultado para la
iglesia profesante completa, como un sistema establecido por Dios en este
mundo, como una luz en el mundo (y aquí la iglesia es considerada como tal); no
en su seguridad como el verdadero cuerpo viviente de Cristo, según el poder de
redención asegurado por el poder inagotable de Cristo.
Ella había dejado su primer amor. Éste
fue el punto que señaló que el hombre había fracasado bajo la bendición de
Dios. Si la iglesia, como vista en el mundo, no volvía a hacer sus primeras
obras, ésta sería quitada. Éste ya era su estado en los días apostólicos
inmediatamente después de su primer establecimiento; porque así es el hombre.
La responsabilidad bajo el don del Espíritu Santo, el fracaso, la amenaza de
remoción si no había un retorno a su primer estado, — tal es la palabra a
Éfeso. Ella es llamada a volver a la obra del Espíritu Santo, en resultado
práctico al principio. Había mucho que aún era bueno, entre otras cosas, el
hecho de mantener los vínculos de relación natural como lazos morales, y el
juicio de aquellos que pretendían la enseñanza autorizada. Pero había un
práctico alejamiento de corazón de Cristo.
Esto pronto pavimentó el camino para
poner a la iglesia en tribulación (no obstante, durante un tiempo limitado).
Los pobres del rebaño, los fieles, serían sometidos a las imputaciones
injuriosas de aquellos que profesan haber establecido derechos de ser el pueblo
de Dios, y a persecución desde afuera. Esto caracterizó a la iglesia. Este
estado duró desde los emperadores Nerón a Diocleciano.
Después de esto, otro estado de cosas
caracterizó a la iglesia. Ella había pasado a través de la persecución, y había
habido mártires fieles. El mundo, dónde estaba su morada terrenal, había sido
su enemigo. Ahora las doctrinas, o más bien la enseñanza, entró, lo que la
llevó a la asociación con el mundo, — a cometer fornicación, y a comer cosas
sacrificadas a los ídolos; y de este modo, cuando él no pudo maldecir y
destruir como un enemigo, Balaam no había terminado con Israel; él aconsejó la
corrupción como amigo. Hubo también doctrinas que llevaron a malas obras que
aprobaron la ruptura de los lazos morales directos. La fidelidad personal fue
llamada de en medio del mal. Esto continuó desde el emperador Constantino, — ya
estaba entrando encubiertamente antes, pero ahora caracterizó a la iglesia y
continuó haciéndolo así hasta que se convirtió en un sistema establecido; y el
Catolicismo Romano, como tal, fue madre de hijos en la iglesia profesante.
Así es Tiatira. Jezabel no es simplemente
una profetisa que seduce a los siervos de Dios, como aquellos que sostenían la
doctrina de Balaam; ella es la madre de hijos. Aquellos que se asociaron con
ella estarían en gran tribulación, — sus hijos bajo juicio absoluto. Ya aquí la
llamada para oír está después de la separación del remanente. En las tres
primeras iglesias esto estaba todavía en relación con el cuerpo entero; y, más
aún, todo arrepentimiento y restauración del cuerpo en general son descartados,
y se ofrecen la venida de Cristo y el cambio entero de dispensación como la
esperanza de los santos. Yo entiendo que esto finaliza la historia profética
general del cuerpo entero en general.
Tenemos a continuación el protestantismo
(yo no digo la Reforma, como una obra del poder activo de Dios en el Espíritu
Santo, sino), el gran resultado público entre los hombres en la Cristiandad
profesante. Por consiguiente, Cristo es visto otra vez con todo en Su mano para
la iglesia. Acerca de la propia iglesia, ella tiene un nombre de que vive, pero
está muerta. No es ninguna Jezabel dando a luz hijos de corrupción y
prostitución e idolatría; pero no hay ninguna respuesta a lo que se ha recibido
y oído. Ella sería visitada en juicio al igual que el mundo en la venida de
Cristo. (Compárese con 1ª Tesalonicenses 5). Se puede comentar que los estados
característicos generales descienden hasta el final, como Éfeso, Tiatira,
Saardis, Filadelfia y, obviamente, Laodicea, aunque algunos pueden comenzar
tarde.
Pero no todo iba a ser dejado en este
estado. No iba a haber restauración de la fuerza. Si me permiten hablar de esta
forma, los siete Espíritus y las siete estrellas eran inútiles en la mano de
Cristo, si no eran para condenar. Pero habría un grupo fiel a Cristo, guardando
Su palabra, no negando Su nombre, teniendo sólo un poco de fuerza, pero que
abre la puerta ante él. Es expuesto el carácter de Cristo, no Su poder; y la
consistencia, la obediencia, la dependencia, y poseer a Cristo, son señalados
por el Espíritu Santo como caracterizando a aquellos acerca de quienes Cristo
mostraría que Él había amado. Ellos fueron consolados con el pensamiento de que
Él estaba viniendo pronto.
El resultado permaneció, aparte de éstos
despreciados, — el resultado para el cuerpo profesante general. No fue la
corrupción de Jezabel, sino la tibieza, tener una idea elevada de lo que ella
tenía, pero sin la justicia divina, sin el discernimiento espiritual, sin los
frutos de un carácter espiritual. Ella fue vomitada de la boca de Cristo. Así
fue el final del mundo profesante, tan claro como el de Jezabel. Por tanto, la
historia característica completa de la iglesia profesante es presentada desde
los días de los apóstoles hasta que es absolutamente rechazada, o juzgada por
el juicio de Dios: una advertencia ya dada a Éfeso, pero ejecutada, después de
una paciencia maravillosa, en Jezabel y Laodicea, Cristo entonces, como en Su
título en el mensaje a Laodicea, tomando el lugar de testigo, el cual la
iglesia no fue capaz de mantener. El Señor nos dé ahora un verdadero carácter
Filadelfio.
Fin
de las SIETE CONFERENCIAS ACERCA DE LOS MENSAJES PROFÉTICOS A LAS SIETE
IGLESIAS, por J.N.DARBY (pronunciadas en Londres, Inglaterra, en 1852)
Traducido
del Inglés por: B.R.C.O. en 2001. – Texto revisado en Junio 2021