LOS CAMINOS DE DIOS
Gobierno, Gracia, y Gloria
Frederick G. Patterson
De la Revista "The Bible Treasury", Vol. 5, 1865-1865
Todas
las citas bíblicas se encierran entre
comillas dobles ("") y han sido tomadas de la Versión Reina-Valera
Revisada en 1960 (RVR60) excepto en los lugares en que, además de las
comillas dobles (""), se indican otras versiones, tales como:
LBLA =
La Biblia de las Américas, Copyright
1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, Usada con permiso.
Capítulo 1. — El Alcance General de los Tratos de Dios.
Capítulo 2. — La historia Pasada del Pueblo de Israel
Capítulo 3. — Los Tiempos de los Gentiles y Su Juicio.
Capítulo 4. — La vocación de la Iglesia, y Su Gloria.
Capítulo 5. — La Corrupción de la Cristiandad.
Capítulo 6. — El Juicio de Israel y de las Naciones introductorio del
Reino.
Capítulo 7. — La Gloria, o Reino.
Capítulo 8. — Satanás desatado
por un poco de tiempo, el Gran Trono Blanco, y el Estado Eterno.
Capítulo 9. — Conclusión.
Capítulo 8. — Satanás desatado
por un poco de tiempo, el Gran Trono Blanco, y el Estado Eterno.
Después del fin del reino, antes que Cristo entregue el reino al Padre,
y Dios sea "todo en todos" (1ª. Corintios 15:28), nosotros
encontramos otro testimonio de la ruina del hombre. Habiendo contemplado a
Cristo, y habiendo sido puestos en medio de las bendiciones del reino y de
haber sido rodeados por ellas, aun así nos enteramos que el hombre es siempre
lo mismo. Nosotros tuvimos el testimonio de la Escritura con respecto a que todos
los que están al comienzo del reino son justos. Los habitantes del mundo habían
aprendido justicia por medio de los juicios que lo introdujeron, pero nosotros
no tenemos el mismo testimonio en cuanto a los que nacerán durante la duración
del reino. Y la escena final nos demuestra el hecho de que la gracia, y nacer
de nuevo, son tan necesarios entonces, como lo son ahora, para que el hombre
sea llevado a Dios. Es evidente, de esto, que habrá un deterioro durante la
duración del reino.
Después del término del reino, Satanás es soltado por un poco de tiempo,
y sale a los cuatro ángulos de la tierra (él nunca regresa a las regiones
celestes), y así las naciones son puestas a pruebas por última vez, y los no
renovados caen, el número de los cuales es como la arena del mar, en sus manos.
Los que son engañados así, suben contra el campamento de los santos en la
tierra, y son destruidos por el fuego del juicio de Dios — son separados así de
los fieles por el juicio. Satanás es lanzado entonces en el lago de fuego,
donde la bestia y el falso profeta habían estado, después de lo cual el gran
trono blanco es establecido; y la tierra y los cielos huyen de la presencia de
Aquel que está sentado en él; y no se halló lugar para ellos. Los inicuos
muertos están de pie delante del trono, y son juzgados por Aquel que juzga el
secreto de los hombres (Romanos 2) ¡y el que los conoce! Este juicio es según
las obras de ellos, y la responsabilidad de ellos. El libro de la vida fue
abierto pero ninguno de ellos fue hallado inscrito en él, y ellos son lanzados
en el lago de fuego. La muerte, el último enemigo, es destruido, y el Hades, el
lugar de los espíritus que han partido, ya no existe más; todo su contenido es
lanzado en el lago de fuego. {Apocalipsis 20}
"Entonces vendrá el fin, cuando El entregue el reino al Dios y
Padre, después que haya abolido todo dominio y toda autoridad y poder. Pues
Cristo debe reinar hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus
pies. Y el último enemigo que será abolido es la muerte. Porque DIOS HA PUESTO
TODO EN SUJECIÓN BAJO SUS PIES. Pero cuando dice que todas las cosas le están
sujetas, es evidente que se exceptúa a Aquel que ha sometido a El todas las
cosas. Y cuando todo haya sido sometido a El, entonces también el Hijo mismo se
sujetará a aquel que sujetó a El todas las cosas, para que Dios (Padre, Hijo, y
Espíritu Santo) sea todo en todos." (1ª. Corintios 15: 24-28 – LBLA).
El estado eterno sigue a continuación, cielos nuevos y tierra nueva
"en los cuales mora la justicia"
(2ª. Pedro 3), no en los cuales "para
justicia reinará un rey" (Isaías 32:1), sino "en los cuales mora la justicia",
porque todas las
cosas han sido llevadas a un orden y sujeción plenos, de modo tal que la
bendición emana de Dios. ¡Dios mora entre los hombres! No obstante, en este
estado de bienaventuranza suprema nosotros encontramos que la Esposa, la Nueva
Jerusalén, tiene su propio lugar peculiar, ¡ella es el tabernáculo de Dios
entre los hombres! {Apocalipsis 21:3}. Él enjuga toda lágrima, y ya no hay muerte,
ni hay más dolor, ni llanto, ni clamor, ni dolor; porque las cosas de antes
(las primeras cosas), relacionadas con el pecado, han pasado. El vencedor tiene
a Dios como su Dios, y él será su Hijo. Y no obstante — pensamiento solemne
para los que se oponen a la verdad — aun en este estado eterno, cuando el reino
intermedio del Cordero haya pasado, y Dios sea todo en todos, el castigo eterno
continúa a través de los interminables siglos de la eternidad, uno al lado del
otro, ¡con la bendición eterna! A Dios "sea gloria en la iglesia en Cristo
Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén." (Efesios
3:21).
NOTA — Es posible que nosotros hayamos observado que en Apocalipsis 20 y
parte de Apocalipsis 21, es seguida por la descripción del estado milenial de
la Desposada, la Esposa del Cordero. El capítulo 20 comienza con Satanás siendo
atado al comienzo del reino, y continúa a lo largo del tiempo del reino, o 1000
años, hasta el versículo 7, se ocupa después del intervalo de los últimos actos
de maldad de Satanás cuando es desatado por un poco de tiempo; y finalmente el
juicio de los muertos, y la destrucción del último enemigo, la muerte, antes
que Cristo entregue Su reino a Dios (a Aquel que es Padre), y Dios es todo en
todos; de modo que los versículos 1-8 del capitulo 21 siguen en su orden consecutivo
hasta el estado eterno, tal
como los versículos que hemos citado en 1ª. Corintios 15. Después, el Espíritu
comienza a describir aquello que no había sido presentado antes, las glorias
mileniales de la Jerusalén Celestial, durante los días del reino, como es
evidente de los versículos 10, 14, 26, y los versículos 1 y 2 del capítulo 21. La
división en capítulos y versículos ha desconectado así el orden verdadero.
F. G. Patterson
Traducido del Inglés por: B.R.C.O. – Octubre 2017.-