EDIFICACIÓN ESPIRITUAL CRISTIANA EN GRACIA Y VERDAD

LA NEUTRALIDAD (H. C. Anstey)

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La Neutralidad

 

Su Valor en las Cosas de Dios Puesto a Prueba y Examinado Brevemente por medio de la Escritura

 

Por: Herbert C. Anstey

 

De la revista 'The Bible Treasury': Vol. 12

 

1ª. Tesalonicenses 5: 21

 

"Examinadlo todo; retened lo bueno."

 

Todas las citas bíblicas se encierran entre comillas dobles ("") y han sido tomadas de la Versión Reina-Valera Revisada en 1960 (RVR60) excepto en los lugares en que, además de las comillas dobles (""), se indican otras versiones mediante abreviaciones que pueden ser consultadas al final del escrito:

 

Es bueno que algunas veces hagamos una pausa en medio del fragor y el ajetreo de este mundo, y consideremos el rumbo y el final de las cosas en las que nuestro día está sumido, y en medio del cual es la voluntad de Dios que nosotros andemos por un tiempo. El hecho de que el mundo, como un sistema, va a la deriva hacia la hora de su juicio, es algo que se desprende con certeza de todo el testimonio de la Escritura. El Cristiano ha sido llamado a salir de él, y es exhortado a andar en separación de él. (Véase Juan 15: 19; Romanos 12: 2; Santiago 4: 4; 1ª. Juan 2: 15 y ss.).

 

Pero, además del mundo, existe aquello que podríamos denominar 'sus formas religiosas', formas a las que el hombre se refiere como 'El Mundo Cristiano', y en estas formas, mucho es aceptado como correcto, con muy poco examen de la Escritura. Una de estas formas es la admisión de la neutralidad por parte de algunos, como una vía de escape del triste y confuso estado actual de la iglesia en la tierra.

 

Si usted no lo ha hecho aún (yo me dirijo a todos los hermanos y hermanas en el Señor), mire silenciosamente alrededor a todos aquellos que hacen profesión del Cristianismo hoy en día. En medio de mucho que es irreal, recuerde usted que todo creyente es un miembro del cuerpo de Cristo (Efesios 5: 30, 31, 32), y una piedra viva en aquella una sola asamblea en la tierra (Mateo 16: 18; Efesios 2: 22) y una también de esa "iglesia del Dios viviente" (1ª. Timoteo 3: 15), en la que Dios mismo habita. (1ª. Corintios 3: 16, 17). Permítame preguntarle, ¿Encuentra usted, como ese miembro individual, que esta asamblea es, en su doctrina y práctica, idéntica con esa descripción de ella escrita en los Hechos de los Apóstoles, y en las Epístolas del Nuevo Testamento?

 

Usted dirá quizás, «dado que los tiempos y las costumbres han cambiado tanto, esa realidad no es esperada hoy, porque no tenemos apóstoles vivos.» Pero independientemente de cual sea su respuesta, yo se que, como estudiante serio de la Palabra de Dios, y de lo que está escrito allí acerca de la iglesia (más correctamente asamblea) si a usted yo le preguntara, ¿es ella exteriormente idéntica a todo lo que ella era en aquel entonces?, su respuesta será, de una u otra forma, en esencia, «No.»

 

Me permitirá, entonces, hacerle otra pregunta ¿Por qué yo lo encuentro a usted congregándose con esa determinada compañía de creyentes en nuestro Señor Jesús, y no con otras determinadas en su localidad, quienes son igualmente (tal como usted cree) hijos de Dios por medio de la fe en Cristo Jesús, tal como usted? Y este es el tipo de respuesta que yo he recibido de algunos, «Oh, yo creo, desde mi poco conocimiento de la Escritura, que aquellos con quienes me reúno están más en lo correcto y más de acuerdo con sus enseñanzas que los demás que usted nombra, y usted sabe que si nosotros no tenemos toda la espiritualidad y energía de la iglesia en sus tempranos días, ni todas sus doctrinas y prácticas divinamente enseñadas, tenemos, al menos, una medida de ellas, y debemos acercarnos lo más que podamos a la perfección de la Escritura; ese es el motivo por el que me reúno con ellos, y sostengo lo que hago.» Yo descubro, en esta respuesta, el rechazo de la neutralidad como un principio — un rechazo estimulado por el instinto divino. Y nadie negará que también está la confesión de que la iglesia se ha desviado de la verdad.

 

¿No se atemorizaría usted si yo niego (como lo hacen algunos) su derecho de conciencia a juzgar así? ¿No retrocedería usted horrorizado si yo afirmo (como algunos lo hacen) que aunque usted es un Cristiano, con una Biblia abierta en su mano, y el Espíritu Santo como su maestro, ni usted ni ningún otro individuo tiene la capacidad para juzgar, y retirarse de lo que la Biblia condena, sino que usted debe continuar con determinados males que su luz le ha revelado, como existentes y ratificados en la iglesia profesante hoy en día, en lugar de tomar el terreno de Dios y la distancia de Dios del mal? — lugar al que, ellos te dicen, ¡que es prácticamente imposible que usted llegue alguna vez! Y aunque yo no tengo intención alguna de hacer tales afirmaciones profanas, sin embargo, yo sugeriría humildemente que la palabra 'neutralidad', por muy atractiva que pueda parecer a primera vista, significa esto, cuando se le sigue el rastro hasta su genuino objetivo. Porque la neutralidad no afirma que todo en la iglesia profesante es correcto y Escritural; decir esto sería destruirse a sí misma, porque entonces, ¿para qué la neutralidad? Por tanto, ella tampoco niega totalmente su derecho a separarse del mal, pero establece para usted un lugar de detención en su senda de separación, un lugar que dista de lo que Dios ha establecido. Si ella no hace esto, ¿para qué la neutralidad? Nosotros vemos, entonces, que ella tiene una medida de lo negativo, pero no ha alcanzado lo positivo. Dice, «Usted puede separarse del mal, pero sólo hasta cierto punto, en el cual debe detenerse.» Ella le dice que usted puede salir por un determinado camino fuera del campamento, siempre que usted se satisfaga sin alcanzarle a Él — con quien no puede haber neutralidad alguna — y que es Aquel que ha de ser hallado allí (Hebreos 13: 13).

 

Pero observe—si yo no le alcanzo a Él, yo no he alcanzado mi meta en esta Escritura, ni tampoco ese poder (Su propia presencia) que es la consecuencia de una verdadera separación. Cuando la iglesia es considerada como una portadora de luz, y con el mal allí entorpeciendo la luz, Él llega a ser el testigo fiel en lugar de ella, como la medida única de santidad, separación, y verdad. "Estas cosas dice el que es santo, el que es veraz." (Apocalipsis 3: 7 – VM). Entonces, ¿cuál debe ser la medida de mi separación individual? Sólo Él, y sólo Su compañía: yo no debo detenerme habiendo dado un paso, yo tengo que alcanzarle a Él, y para hacer esto, puedo tener que dar muchos pasos; porque Su distancia del mal es mi meta.

 

Y aquí, yo deseo hacer la observación de que esa libertad de conciencia es enseñada, y es más, se insiste en ella, en la Escritura, siempre que el Espíritu Santo considera estos días actuales. Desde tempranos días, la separación del mal ha sido siempre el testimonio y la exhortación del Espíritu Santo. (Josué 24: 24). Asimismo, de Su enseñanza yo deduzco que me debo alejar de la corrupción de lo que una vez fue bueno, y que aunque Hechos 2: 42-47 describió una vez la asamblea — llamada ahora generalmente la "iglesia" — no obstante, el Espíritu Santo enseña que la iglesia (así llamada en la Cristiandad profesante en los postreros días) no es una guía confiable para ninguna persona Cristiana; ella debe ser examinada y comprobada por medio de la Palabra de Dios.

 

Una palabra más antes de que pasemos a la Escritura misma que demuestra esto.

 

Tomaré la iglesia de Roma como un ejemplo de la iglesia profesante en la tierra. Usted ha examinado sus afirmaciones, su doctrina, y su práctica, por medio de la Palabra de Dios. Cuando usted se convirtió, probablemente usted estaba informado de que solamente esta (o alguna otra comunidad religiosa, pues yo sólo tomo esta como ilustración) era la iglesia verdadera. Pero al examinarla, usted encontró que ella se había alejado mucho, muy lejos de la verdad. Por tanto, usted rechazó sus pretensiones y su doctrina como autoridad, y por consiguiente, usted no es lo que se denomina un 'Católico Romano'. Pero habiendo examinado uno, otros cuerpos de Cristianos lo invitaron a usted a unirse exteriormente en la tierra a la comunión de ellos. Si usted tuvo alguna autoridad para examinar a uno de ellos, ¡usted tendría la misma autoridad para examinarlos a todos! Es correcto, entonces, preguntar:

 

1. ¿Se ha desviado de la verdad la (así llamada) iglesia?

2. ¿Anticipa la Escritura una desviación tal?

3. ¿Tenemos nosotros la misma autorización (la palabra de Dios) para afirmar que en el postrer día la iglesia no es una guía confiable para ninguna persona Cristiana?

4. ¿Se me dan a mí, como siendo esta persona, instrucciones acerca de cómo actuar?

 

La Escritura proporciona respuestas para todas estas preguntas para el oído que desea enseñanza. "Aquel que rehúsa la corrección, desprecia su misma alma." (Proverbios 15: 32 – VM). Nosotros debemos encontrar, y encontraremos, que la Escritura enseña que es posible que la neutralidad exista. Pasaremos ahora a su testimonio.

 

Para una respuesta a la primera pregunta, yo leo, "de vosotros mismos se levantarán hombres, hablando cosas perversas, a fin de apartar a los discípulos, para que vayan en pos de ellos." (Hechos 20: 30 – VM). Estas palabras fueron dichas por el Apóstol Pablo a los ancianos de Éfeso en vista de que ellos no iban a ver más su rostro. Este testimonio con respecto a lo que existiría en la asamblea después de su muerte, ¿indica desviación? Si lo hace, y si no es alentador, ¿cuál fue su recurso para los fieles? "Os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados." (Hechos 20: 32). Él no habla de la enseñanza de la iglesia como una guía confiable, ni tampoco insinúa la 'neutralidad' en cuanto a las cosas perversas mencionadas; la Palabra ha de examinar el todo, y ha de ser la guía infalible de las ovejas, cuando los mismos que debieran conducir el rebaño se extravían.

 

En 2ª. Timoteo 2 él trae ante nosotros la figura de una casa grande, en la que hay vasos, "algunos son para honra, y otros para deshonra." (2ª. Timoteo 2: 20 – VM). Él ya había hablado de que todos los de la provincia de Asia se habían apartado de él (1ª. Timoteo 1: 15 – VM), y en este temprano día en la historia de la iglesia, él había indicado el error de Himeneo y Fileto (2ª. Timoteo 2: 17), error que carcome en la asamblea, él dice, "como gangrena." Y ahora, en vista de todo esto, a saber, el cumplimiento parcial de sus propias palabras a los ancianos de Éfeso, ¿qué dice él? Exhorta a los fieles a limpiarse (separarse) de ellos, él no dice que asuman una posición intermedia (neutral) entre el vaso para honra y el vaso para deshonra, no, él dice que el fiel debe limpiarse (separarse) "de" estos, y seguir "tras la justicia, la fe, el amor, la paz, "con "los que invocan al Señor con corazón puro. (2ª. Timoteo 2: 22 – JND). Nosotros tenemos aquí una senda perfecta, tenemos a ambos, lo negativo y lo positivo, ante nosotros, distinguidos con inerrante sabiduría y divina precisión.

 

Además, él habla de los postreros días y los tiempos peligrosos (2ª. Timoteo 3) cuando hay una apariencia de piedad, pero el poder de ella es negado, y además él dice al fiel. "apártate también de los tales." (2ª. Timoteo 3: 5 – VM). ¿Pueden las palabras indicar más claramente la desviación de la verdad? Y no se trata aquí del mundo, sino de aquellos que tienen una apariencia de piedad — los profesantes religiosos. Él habla de una época cuando los que profesan la religión "teniendo comezón en las orejas, amontonarán para sí maestros" — mientras apartan de la verdad sus oídos. (2ª. Timoteo 4 – VM). Y además él dice, " Tú empero sé vigilante en todas las cosas, sufre trabajos,… Porque ya yo estoy para ser ofrecido en sacrificio…"

 

Cuando el Apóstol Juan escribió, él habla del último tiempo como estando presente en aquel entonces, y de que el espíritu del Anticristo ya estaba allí y en acción. (1ª. Juan 2: 18; compare usted también, para la gradual decadencia colectiva: 2ª. Juan 5-10; 3ª. Juan 9-11). Judas habla de ciertos hombres impíos que, ya en su día, habían entrado disimuladamente entre ellos, a quienes se los va tratar en juicio por el Señor en Su venida (Judas 4, 12, 14, 15, 17 – VM), encomendando a los fieles para guía a "las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo", no encomendándolos a la iglesia, ni a la neutralidad como un recurso.

 

Apocalipsis 2 y 3 traen ante nosotros al propio Señor Jesús ocupado con la iglesia profesante en la tierra, vista allí como establecida en responsabilidad como portadora de luz para resplandecer para Él hasta Su regreso. Y el carácter en que Él es revelado es el de juicio. Si en ella hay eso que entorpece su luz, y con lo cual nosotros podemos no obstante continuar, en el terreno de la neutralidad, no es así con Él. Él debe condenarlo, exhortar a los individuos a vencerlo, y finalmente debe retirar lo verdadero de la masa corrupta, la cual ha empantanado un testimonio colectivo, y que, en consecuencia, deja de ser un testimonio para Él en la tierra. (1ª. Tesalonicenses 4: 16, 17; Apocalipsis 3: 16; 18: 1, 6, 16, etc.).

 

Pues bien, mi lector Cristiano, independientemente de cuál sea el fracaso colectivo y la falta de fidelidad, ¿no desea usted seguir individualmente adelante como un fiel portador de luz para Él? Entonces, ¿puede usted recurrir a la iglesia o asamblea en la tierra para que lo guíe, cuando desde los días de Juan, el escritor del Apocalipsis, el Espíritu ha declarado que ella había sido infiel? "El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias."

 

Por consiguiente, la pregunta 2 queda respondida. La pregunta 3 ha sido prácticamente atendida. En ninguna parte en la Escritura se le dice al creyente individual que recurra a la iglesia en la tierra, siempre se le dice que recurra a la Palabra para guía.

 

Pues bien, en cuanto a la última pregunta, la número 4, ¿Se me dan instrucciones a mí, como creyente individual, con respecto a de qué manera actuar? Yo no sólo quiero saber lo que tengo que rechazar, sino aquello a lo que tengo que aferrarme: sin ambos conocimientos no tenemos una norma perfecta. Las Escrituras presentan las dos cosas.

 

Si nosotros somos creyentes, como se señaló anteriormente, ya somos miembros del cuerpo de Cristo, no tenemos que 'unirnos' a ninguna compañía de personas en la tierra para llegar a serlo. Dios añadía a la asamblea en los días de los apóstoles (Hechos 2: 47), y Dios todavía añade. Con respecto a nuestro andar en comunión con los Cristianos, ello es tan sencillo ahora como lo fue en los días de los apóstoles, si nos vamos a guiar por la palabra de ellos. Entre sus escritos, la Escritura del Nuevo Testamento, Efesios 4: 2 y 2ª. Timoteo 2: 22, son muy importantes para regular nuestro andar juntos. Para el andar individual, Cristo mismo es nuestro único modelo (1ª. Juan 2: 6; Filipenses 2: 4; 1ª. Juan 3: 2, 3) —esta última Escritura mostrándonos nuestra medida: "Él es puro."

 

¿Es esperar demasiado de los Cristianos, y de todos ellos, que ellos deban examinar si estas cosas son así, y que no toleren nada en la asamblea en la tierra, que la palabra de Dios condena? No, porque la Palabra de Dios dice, "Examinadlo todo; retened lo bueno." (1ª. Tesalonicenses 5: 21). ¿Y qué dice la neutralidad? Dice que usted puede examinar algunas cosas, pero no todas las cosas. Entonces, ¿es ella de Dios?

 

Pero hay lenguaje más claro contra ella en la Escritura, porque Dios no encubre ni engaña. La Escritura declara que la neutralidad o la indiferencia son incluso abominables ante los ojos de Dios.

 

Porque si somos Cristianos, consideremos la Palabra de Dios en cuanto a nuestra relación. "Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella." (Efesios 5: 25). "Serán una sola carne." (Efesios 5: 31). Querido lector, ¿puede usted introducir 'neutralidad' aquí? ¿Algo conmueve al Esposo y la Esposa permanece indiferente? ¿Algo conmueve a la Cabeza, y los miembros no lo van a sentir? "Somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos." (Efesios 5: 30; 1ª. Corintios 12: 26). "Éste es un gran misterio; yo hablo empero con respecto a Cristo y a la iglesia." (Efesios 5: 32 – VM).

 

A Laodicea, la última etapa de la iglesia en la tierra, Él dice, "Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca." (Apocalipsis 3: 16, 17). Es decir, cuando la asamblea llega a ser claramente 'neutral', ella es nauseabunda y abominable para Él. Pero permitamos que otros pasajes de la Escritura testifiquen.

 

"El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama." (Lucas 11: 23). La indiferencia y la neutralidad están excluidas aquí. "El que no es contra nosotros, por nosotros es." (Lucas 9: 50). "El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió." (Mateo 10: 40). En todos estos pasajes no hay el más mínimo indicio de neutralidad — "Ninguno puede servir a dos señores… No podéis servir a Dios y a las riquezas." (Mateo 6: 24). No, tenemos que estar contra el Señor o a favor de Él, debemos recibirle o rechazarle, debemos recoger con Él o desparramar, ni tampoco se nos deja que escojamos ser neutrales con respecto a cualquier cosa que lo afecte a Él como Cabeza. Ya está establecido por Él, "No podéis."

 

Ahora bien, la neutralidad no es una completa ignorancia, hay una medida de luz en ella; aunque es cierto que Dios es paciente con la ignorancia, y la instruye — "Encaminará a los humildes por el juicio, Y enseñará a los mansos su carrera." (Salmo 25), tan ciertamente lo es, que aquello que tiene una medida de luz, y no lo pone en práctica, será juzgado en breve por el Señor.

 

La neutralidad equivale a Zoar, la pequeña ciudad, a la cual el justo Lot había huido en busca de refugio desde los días de Génesis 19. Ella no es Sodoma, está muy lejos de esa ciudad impía, pero no es el "monte" (véase Génesis 19: 17), el lugar de seguridad de Dios. Zoar es un lugar al que se puede llegar sin mucha dificultad, porque está en la llanura, y no hay ningún arduo ascenso de montaña delante de los que llegarían a ella. Se trata de un principio ampliamente difundido en nuestro día, el cual una vez desenmascarado, sólo habla claramente cuando dice, «Saquemos lo mejor de los dos mundos.» Ello es, no obstante (y así es cada paso desde el mal) un paso en la dirección correcta, pero un lugar de descanso que dista de ser la meta, este se convierte en un lazo, y será en breve tiempo el lazo más sutil del enemigo, porque será recibido por todas partes. La neutralidad dista de ser un centro vivo, la Persona de Cristo, ella espera Su juicio, y lo recibe en Laodicea. "Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes." (Lucas 12). Y es la Cristiandad la que ha asumido el lugar del siervo.

 

Algunos dicen, al mismo tiempo que reconocen la confusión y el mal existentes, «Bueno, doy gracias a Dios por que no pertenezco a ninguna iglesia en la tierra.» Permítame preguntarle entonces, ¿Dónde está usted? Habiendo usted salido del campamento, ¿ha llegado a Él? ¿A Él que es santo, a Él que es verdadero? ¿Ha llegado Su voz hasta lo más recóndito de su corazón, diciéndole, a pesar de toda la confusión, "he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar."? Y habiendo llegado a Él, ¿existe el rechazo de todo lo que Él rechaza, siendo Él la medida de su distancia del mal — Él el estándar a ser alcanzado? ¿Y conoce usted acerca de algunos otros que han hecho estas cosas, la pequeña compañía contemplada en 2ª. Timoteo 2: 32, y en Mateo 18:20? Y si el mal creciera y fuese aprobado entre estos, y Su presencia desconocida de manera práctica, usted y yo, en fidelidad, debemos salir nuevamente a Él que nos invita por "el Espíritu" a venir. (Apocalipsis 3: 13, 22). Dejando el mal nosotros debemos salir a Aquel "que es santo, el que es veraz," (Apocalipsis 3: 7 – VM), satisfechos por agradarle a Él, aunque tengamos que padecer por ello y llevar "su vituperio." (Hebreos 13: 13; 11: 26).

 

¡Ah! Sí, querido lector, y además, es solamente por "un brevísimo tiempo" que somos dejados aquí para Él. Él regresará en breve (Juan 14: 1-3; Hebreos 10: 37 – VM) y nos corresponde a cada uno de nosotros velar por nuestro testimonio. La responsabilidad es individual y es nuestra. Es algo solemne y no trae descanso alguno, no llegar al lugar de Dios para el alma, pero hay una consideración aún más solemne que esta, porque es el ámbito del 'Laodiceanismo' lo que es repulsivo para el Señor. ¿Dónde está usted, como uno en testimonio para el Señor en medio de la confusión actual? La neutralidad será la característica preponderante de la iglesia profesante en su última etapa (Apocalipsis 3: 15) cuando el Señor la rechazará como no siendo ya un testimonio para Él. Nosotros estamos avanzando rápidamente hacia ello. Los principios de la neutralidad aumentarán con rapidez aterradora, y llegarán a ser adoptados más claramente más tarde, y serán recibidos por la mayoría como los principios correctos en los que gloriarse (Apocalipsis 3: 17).

 

Finalmente, yo preguntaría, ¿acaso no es un lazo quedar satisfecho con dar un paso en la dirección correcta, no habiendo sido alcanzada la meta? Yo pienso que lo es, y repito esas palabras de Génesis 19, "no mires tras ti (Filipenses 3: 13), ni pares en toda esta llanura; escapa al monte." Nosotros estamos entregados al Señor para todas estas cosas (como dice el apóstol en Judas 25) y en el mismo lenguaje que él usó, amado lector, el cual habló en la plena perspectiva de la apostasía de estos últimos días, en los que le toca vivir su porción, yo diría, " Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.

 

Herbert. C. Anstey

 

Traducido del Inglés por: B.R.C.O. – Febrero 2019.-

 

Otras versiones de La Biblia usadas en esta traducción:

 

JND = Una traducción literal del Antiguo Testamento (1890) y del Nuevo Testamento (1884) por John Nelson Darby (1800-82), traducido del Inglés al Español por: B.R.C.O.

VM = Versión Moderna, traducción de 1893 de H. B. Pratt, Revisión 1929 (Publicada por Ediciones Bíblicas - 1166 PERROY, Suiza).

Título original en inglés:
NEUTRALITY by H. C. Anstey
Traducido con permiso
Publicado por:

Versión Inglesa
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