LA ASAMBLEA
EN LA ADMINISTRACIÓN
J. T. Mawson
De la revista " The Christian's Friend : 1898.-
Todas
las citas bíblicas se encierran entre
comillas dobles ("") y han sido tomadas de la Versión Reina-Valera
Revisada en 1960 (RVR60) excepto en los lugares en que, además de las
comillas dobles ("") se indican otras versiones mediante
abreviaciones que pueden ser consultadas al final del escrito.
La asamblea de Dios fue formada en la tierra por el Espíritu Santo no
solamente para velar y esperar de los cielos a Cristo, sino para ser mientras tanto
expresiva de Su
pensamiento aquí abajo. Y eso no solamente en cuanto a lo que debe tener
lugar dentro de ella con respecto a su administración interna, y ante los ojos
del mundo como expresiva de la gracia de Dios, sino también a los ojos de esas
poderosas potestades
espirituales en los lugares celestes. Efesios 3: 10 es un pasaje muy notable, y
debería afectar enormemente a todo aquel que por gracia forma parte de esa
asamblea. "Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a
conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares
celestiales".
Jerusalén fue el lugar donde Jehová puso Su nombre, y los que deseaban
conocer Sus pensamientos en tiempos antiguos tenían que indagar allí en Su
santo templo; pero cuando Él vino a él, habiéndose encarnado en gracia
incomparable, lo encontró corrupto y corruptor, y Él, que era su gloria, se apartó
de él, dejándolo desierto. (Mateo 23: 37 y 38)
Jerusalén fracasó, y por consiguiente fue descartada por el Señor; sin
embargo, Él ha dejado un testimonio responsable ante Él aquí abajo, no ahora en
un lugar privilegiado o ubicación preferente, porque no es "ni en este
monte ni en Jerusalén" Juan 4: 19-24), ni es un edificio material
compuesto de "piedras grandes, piedras costosas" (1º. Reyes 5: 17); sino
que "donde dos o tres se hallan reunidos en mi nombre, allí estoy yo en
medio de ellos" (Mateo 18: 20 - VM). Bienaventurada y permanente
declaración de Aquel que murió para redimirnos, que vive en lo alto, la Cabeza
de Su cuerpo, la asamblea, y el Centro de todos los consejos y sendas de Dios.
El conocimiento de Su pensamiento, la expresión de él, Su autoridad, voluntad,
y carácter, iban a estar relacionados con los dos o tres que eran reunidos a Su
nombre, en vez de estarlo, como antes, con en templo en Jerusalén.
Los discípulos del Señor demostraron la bienaventuranza de estas Sus
palabras durante el luminoso período Pentecostal (Hechos 2), porque entonces
ellos fueron llenos por primera vez, y la gracia fluyó a través de los discípulos
en el nombre del Señor a los necesitados. Su nombre era todo, y ellos, la
asamblea, en sí mismos no eran nada, excepto sometidos y felices canales a
través de quienes Él administraba Su gracia a los hombres en el poder del
Espíritu Santo. Su nombre estuvo también allí para detección y juicio; y así
encontramos que Ananías y Safira fueron quitados tan pronto como el pecado de
ellos fue sacado a la luz. Este mismo poder y autoridad fue ejercitado para
quitar el mal por la asamblea compuesta de creyentes Gentiles en Corinto según
1ª. Corintios 5. La asamblea expresó allí la voluntad del Señor en juicio sobre
el transgresor en la acción unida de ellos. Luego, cuando ese juicio hubo hecho
su obra en su alma al llevarlo al arrepentimiento, la asamblea expresó la
voluntad de Dios en gracia, al restaurarlo a su lugar. (2ª. Corintios 2).
Pues bien, esto explica el significado del pasaje, "De cierto os
digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que
desatéis en la tierra, será desatado en el cielo" (Mateo 18: 18). Lo que
era hecho en el nombre del Señor en la asamblea como estando reunida a Su
Nombre, era ratificado en el cielo porque, como hecho en Su nombre, ello era lo
que Él hubiera hecho si hubiese estado corporalmente en medio de ellos; y de
esta forma, como hemos dicho, la asamblea era expresiva en la tierra de Su
pensamiento.
Pero así como Israel fracasó en su testimonio rendido a la presencia
de Jehová con ellos, así también la asamblea, establecida en responsabilidad en
la tierra, fracasó en el lugar de administración y de testimonio del Señor.
Esto fue evidente antes que los apóstoles fallecieran, porque Juan tuvo que
escribir acerca de una asamblea de la cual "los hermanos" fueron
expulsados. (3ª. Juan). Nadie afirmaría que esta acción de Diótrefes, a pesar
que fue 'atada' por una asamblea, fue ratificada en el cielo; porque ella fue
contraria al carácter del Señor y a Su voluntad revelada, y no pudo haber
tenido Su aprobación; al contrario, Él daría Su presencia y apoyo a los
expulsados en su aislamiento, pese a que Él soportó larga y pacientemente a la
asamblea de la que ellos habían sido expulsados. Pero cuán intensamente triste
es encontrar la historia del fracaso de Israel repetida en este respecto en la
asamblea en la actualidad. (Véase Isaías 66: 5; Ezequiel 11: 15 a 16).
Tal conducta no parecida a la de Cristo y el fracaso en la
administración interna de una asamblea fue sólo un síntoma de esa terrible
enfermedad que consiste en dejar "el primer amor", enfermedad que se
iba a propagar rápidamente hasta que toda la iglesia llegó a estar afectada por
ella. El fracaso en esto, en el amor, que es la raíz de la cual crece todo
fruto precioso y el manantial de toda salud y vigor espirituales, significó el
fracaso en todas partes. El pensamiento del Señor ya no fue buscado más cuando
surgieron cuestionamientos en el interior y la condición de cosas fue tal que no
podía haber sido conocida.
La iglesia se convirtió en el todo y Cristo en nada; la soberbia y la
voluntad de los hombres llegó a ser dominante, la contienda carnal prevaleció;
y las decisiones y edictos de la iglesia fueron la expresión de la voluntad de
poderosos líderes; no fueron la voluntad del Señor.
Sin embargo, el pensamiento de Dios para la asamblea se cumplirá,
porque en el día de la gloria de Cristo saldrá del cielo como hechura Suya — "la
santa ciudad, la nueva Jerusalén"
(Apocalipsis 21: 2). Una ciudad en la Escritura simboliza la administración. La
administración será aquí perfectamente conforme a Dios, porque la ciudad
descenderá "del cielo, de Dios…
teniendo la gloria de Dios ", el pensamiento del Señor será expresado
plenamente a través de ella, porque "el
Cordero es su lumbrera"; y Cristo tendrá en ella un vaso plenamente
competente para exhibir Su gloria a los hombres, porque "las naciones andarán a la
luz de ella"
(Apocalipsis 21: 24 – VM).
Pero observen bien lo que se dice de esta ciudad antes que estas cosas
sean afirmadas acerca de ella. "Ven acá;" dice el ángel, "te
mostraré la novia, LA ESPOSA DEL CORDERO" (Apocalipsis 21: 9). Resaltamos
esas palabras porque en ellas yacen la gloria y la perfección de esa ciudad, y
de este hecho, y de lo que ello significa, emana todo lo que es apto para un
vasto reino del cual ella es el centro. La iglesia es correcta con Cristo por
fin; Él habita sin un rival en sus afectos; ella conoce Su gran amor sin medida,
y responde a dicho amor sin contención; todo su corazón es de Él, ella es la
esposa, la esposa del Cordero.
Esta es ahora la piedra de toque:
'¿Qué piensa usted acerca de Cristo?' es la prueba
Para probar tanto su plan como su esquema,
No puede usted estar correcto en lo demás,
A menos que piense usted correctamente acerca de Él.'
No puede haber ningún servicio prestado correctamente a Él, ningún
testimonio puede ser presentado correctamente, ninguna acción puede ser tomada
correctamente, a menos que Él tenga Su lugar que Le corresponde en los afectos.
El Espíritu Santo no dará Su apoyo a los santos en ningún otro sentido; Su
primera gran obra es hacer que Cristo sea todo, y si este lugar no es concedido
a Cristo, entonces el Espíritu Santo es contristado y Su acción es
obstaculizada.
La palabra del Señor es válida para hoy en día, y la bienaventuranza
de Mateo 18: 20 todavía puede ser conocida, pero Cristo debe tener Su lugar que
Le corresponde entre aquellos que reclamarían para sí mismos dicha
bienaventuranza, de otra manera ella sería una pretensión impía. Y el nombre
del Señor lleva con él hoy en día la autoridad que tenía en el principio; Su
voluntad todavía puede ser conocida y llevada a cabo, y lo que verdaderamente
es hecho en Su nombre en la tierra es ciertamente atado en el cielo.
Si el pensamiento del Señor va a ser llevado a cabo, primero debe ser
conocido, y para esto debe existir sometimiento a Él, y una condición y un
carácter acordes con Su nombre. Nosotros ciertamente deberíamos aprender esto
del hecho de que Mateo 18: 20 ocurre en un capítulo en el cual los rasgos
morales del reino de los cielos son expuestos claramente. Pero si hay amargas
envidias y contiendas, murmuraciones y difamaciones entre los santos; si
facciones o partidos son formados en la asamblea, y se oye acerca del
enfrentamiento de un conflicto impío, incluso si ello se produce con motivo del
celo por alguna verdad de Dios, entonces el diablo ha conseguido introducirse,
y las decisiones a las que se llegan en tal estado de cosas deben ser
perjudiciales para todos los involucrados o interesados, y deshonrosas para
Cristo, y, ciertamente, no serán ratificadas en el cielo. Bienaventurado sería
si así lo vieran y confesaran los santos de Dios en la tierra.
El amor de Cristo fue el más selecto tesoro que la iglesia poseyó
cuando ella comenzó su carrera en la tierra. Es triste que se lo haya tratado
como si no valiera nada. Sin embargo, ese amor permanece, y puede ser conocido
aún en toda su frescura y poder por aquellos que lo anhelan. Que esto es así lo
demuestra el maravilloso llamamiento que el Señor hace a los corazones de Sus
santos en el capítulo final del libro del Apocalipsis, cuando Él dice, " Yo soy la raíz y el linaje de David, LA ESTRELLA
RESPLANDECIENTE DE LA MAÑANA". Y nosotros deducimos de esta Escritura que
este llamamiento debe despertar una respuesta en aquellos a quienes es hecho.
El Espíritu y la ESPOSA dicen "Ven". Ellos Le anhelan, y por el
tiempo que la noche de fracaso dé lugar a la mañana de Su gloria. Y en esta
respuesta al Señor por parte de los Suyos está el regreso al primer amor, y en
este anhelo de corazón por Él LA UNIDAD DEL ESPÍRITU asume su importancia
primordial {*}. La estrella resplandeciente de la mañana llega a ser la única
esperanza que hace que los ojos de los santos se vuelvan en una sola dirección;
Su amor los une en un solo vínculo, y les da un solo tema y un solo gozo.
{*} N.
del T.: Primordial = Principal o esencial.
Primitivo o primero. (Fuente: Real Academia Española - Diccionario de la
lengua española).
Entonces ellos ya no se dirán unos a otros (como en la actualidad),
"Alejaos de Jehová; a nosotros es dada la tierra en posesión"
(Ezequiel 11: 15), sino que cada uno que oye la voz del Señor se dará cuenta
cuán necesarios son para Él todos los Suyos, y les dirá en consecuencia,
"Ven". Y en el disfrute desbordante de Su amor clamará a gran voz a
los hombres sedientos, " Ven. Y el que tiene
sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la
vida gratuitamente".
"Donde dos o tres se hallan
reunidos en mi nombre, allí
estoy yo en medio de ellos" tiene validez incluso hoy en día (Mateo 18: 20
– VM). El Señor no puede soslayar Su nombre; y mayor que nuestro gozo al tener
Su presencia, según Mateo 18: 20, es Su gozo al estar allí. Pero Él no puede
vincular Su nombre con el mal, ni dará Su aprobación mediante Su presencia al
nocivo accionar de la voluntad del hombre. Él es "el Santo, el Verdadero"
(Apocalipsis 3: 7). Y aquellos que querrían tener Su presencia deben recordar
esto.
J. T. Mawson (1871-1943)
Otras
versiones de La Biblia usadas en esta
traducción:
VM = Versión
Moderna, traducción de 1893 de
H. B. Pratt, Revisión 1929 (Publicada por Ediciones Bíblicas - 1166 PERROY, Suiza).
Traducido
del Inglés por: B.R.C.O. – Marzo 2019.-