EDIFICACIÓN ESPIRITUAL CRISTIANA EN GRACIA Y VERDAD

1.1 Cristo, Cabeza Sobre Toda la Asamblea, La cual es Su Cuerpo (F. G. PATTERSON)

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Cristo, Cabeza Sobre Toda la Asamblea,

La cual es Su Cuerpo

 

Sermones Acerca de la Iglesia de Dios

 

Sermón 1, Parte 1

 

F. G. Patterson

 

Todas las citas bíblicas se encierran entre comillas dobles ("") y han sido tomadas de la Versión Reina-Valera Revisada en 1960 (RVR60) excepto en los lugares en que, además de las comillas dobles ("") se indican otras versiones mediante abreviaciones que pueden ser consultadas al final del escrito.

 

Esta tarde, en la misericordia del Señor, deseo traer ante ustedes, amigos amados, el gran tema de la iglesia de Dios, la cual, junto con Cristo mismo, es el centro de todos los consejos de Dios para Su gloria. Es muy dulce, cuando somos conscientes de nuestra relación como hijos — hijos de Dios nuestro Padre — ser confirmados y enseñados en nuestra relación con Cristo como "miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos" (Efesios 5: 30). De Él nunca se dice que es 'hueso de nuestros huesos'; pero de nosotros se dice que somos "de su carne y de sus huesos", cuando Él subió a lo alto, después de Su obra en la cruz por la cual somos salvos.

 

La iglesia es esa estructura maravillosa en la que Dios exhibirá en todos los siglos, y por toda la eternidad, las "abundantes riquezas de su gracia". Cuán rico es Él y cuán lejos pudo ir Su gracia se verá en "su bondad para con nosotros en Cristo Jesús". (Efesios 2: 7).

 

La Biblia es la historia de dos hombres — "el primer hombre Adán", el hombre responsable, u hombre creado; y "el postrer Adán", el hombre del propósito y del consejo de Dios. La historia del hombre responsable finalizó en la cruz. El "segundo hombre" — "el postrer Adán" — entró, y en bienaventurado y santo amor tomó voluntariamente la copa de la ira y murió, para que Dios fuese libre, en justicia, para soltar las compuertas de Su amor. El torrente se elevó en Su corazón, pero necesitaba un canal justo en el cual fluir. Dicho torrente estaba contenido en el corazón de Cristo, por poco que lo podríamos haber concebido, cuando Él dijo, "¡cómo me angustio hasta que se cumpla!" Lucas 12: 50). ¡Él derramó Su alma hasta la muerte y la corriente fluyó! El corazón fue así libre para fluir a los pecadores — al más vil — al más abyecto; llevándolos mediante la redención sobre su corriente poderosa, para colocarlos en lo alto — sentados "en los lugares celestiales en Cristo Jesús". (Efesios 2: 6 – LBLA).

 

Ustedes no encuentran los propósitos y consejos de Dios revelados en la Escritura hasta que la cruz ha pasado. Ella está moralmente al final de la historia del mundo. El los tratos de Dios anteriores a la cruz, ustedes tienen al hombre responsable probado y expuesto. El Señor Jesús descendió y sacó a relucir el hecho de que el hombre estaba irremediablemente perdido. Si el mundo Le hubiera recibido ello habría demostrado que había algo bueno latente en el corazón del hombre que necesitaba solamente este nuevo cultivo para desplegarse. ¡Pero no! El hombre no tenía corazón para Jesús en aquel entonces, tal como sabemos. Sabemos esto cuando pensamos de qué manera deseamos, de manera natural, vivir sin Jesús. Los hombres hablarán de cualquier cosa menos de Él. En la religión él puede vestirse, y enorgullecerse, porque ella le da alguna importancia a sus propios ojos; pero la presentación del Señor Jesús prueba el corazón que así puede engañarse a sí mismo, cuando Él no tiene allí lugar alguno.

 

En este lado de la cruz en el cual estamos ahora, después de la obra llevada a cabo en ella, ustedes tienen históricamente el Hombre del propósito de Dios en la gloria — el velo rasgado, y la gracia de Dios predicada "a todos", y no más tratos de Dios hasta que Su paciencia se agote, cuando el juicio de los vivos finaliza la escena, e introduce la era milenial. Nosotros tenemos que ver con Él ya sea en gracia o en juicio. Para conocerle a Él en gracia nosotros hemos pasado de muerte a vida; conocerle en juicio ¡es un eterno ay!

 

Cuando la cruz hubo pasado, todos los consejos de Dios que existían antes de la fundación del mundo se revelan a nosotros en la Palabra, y eso por vez primera. Es sumamente interesante seguir el rastro de lo que entonces sale a la luz – cuando el Señor Jesús, el segundo Hombre, está en la gloria de Dios.

 

En breve yo llamaré a que presten atención a alguna de esas cosas. En Hebreos 9: 26 ustedes leen, "ahora, una sola vez en la consumación de los siglos, él ha sido manifestado para efectuar la destrucción del pecado, por medio del sacrificio de sí mismo" (Hebreos 9: 26 – VM). Esto fue llevado a cabo mediante el padecimiento y la muerte en la cruz. Yo voy a señalar todos los "ahora" de la Escritura en cuanto a estas cosas.

 

1. En Romanos 3: 21 a 26. "Pero ahora, aparte de la ley, la justicia de Dios ha sido manifestada,"; por otra parte, "para demostrar en este tiempo [ahora] su justicia", etc. (Romanos 3: 21 a 26 – LBLA). El juicio que se necesitaba para establecer la justicia de Dios contra el pecado fue derramado sobre la cabeza de Jesús; y Dios Lo llevó a lo alto como Hombre, hombre que Le había glorificado soportando todo para Su gloria, y Lo puso sobre Su propio trono — mostrando así Su justicia, Su consistencia consigo mismo al hacerlo. Por tanto, el evangelio es la revelación de la justicia de Dios, porque es Su propia consistencia consigo mismo al ministrar Su gracia en el terreno del sacrificio de Cristo. Nosotros somos "justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús", y Dios es justo y el justificador de aquel que cree en Jesús. En vez de exigir justicia al hombre, está la administración de ella a él, y la de la justicia de Dios en lugar de la del hombre, desde la gloria donde Cristo está.  Los santos del Antiguo Testamento estaban en el terreno de la "paciencia, o tolerancia" de Dios. Nosotros, como Cristianos, estamos en Su justicia (compárese Romanos 3: 25 con el versículo 26). Existió 'el pasar por alto' [no "remisión"] de los pecados pasados, es decir, de épocas pasadas. El perdón fue prometido (Jeremías 32), pero no predicado o anunciado (Hechos 13: 38). Supongan el caso de un hombre que tenía una deuda y cuyo acreedor se abstuvo de cobrar debido a que un hombre rico se había convertido en garante de su obligación. La deuda estaba allí, pero el acreedor se abstuvo de insistir en su reclamación. Pero si este hombre rico llegó más tarde y devolvió todo el importe, ¡el deudor quedó libre! Así es con nosotros, en contraste con los santos de antaño con quienes Dios tuvo paciencia — la cruz demuestra ahora Su justicia al hacerlo — nosotros estamos en el terreno de la justicia de Dios que es manifestada ahora gloriosamente ¡porque Cristo está en el cielo! (Juan 13: 31, 32; Juan 16: 10; Juan 17; 4, 5). Nosotros que creemos poseemos una conciencia limpia que ningún santo de los tiempos del Antiguo Testamento pudo jamás tener, aunque él conociera a Dios en bienaventurada confianza, y encontrara que Él es un Dios de gracia. La cruz es ahora la demostración de cuán justa fue esta paciencia de Dios para con ellos.

 

2. En 2ª. Timoteo 1: 9, 10. "Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad (Griego, afdsarsía) por el evangelio", etc. (véase también Tito 1: 1 a 3).

 

3. Luego en Efesios 3: 10, "Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales". (Véase también Romanos 16: 25, 26, etc.).

 

Por tanto, encontramos el cese de la historia del primer hombre en responsabilidad en la cruz, la cual se situó moralmente en "la consumación de los siglos" (Hebreos 9: 26). En la cruz el hombre consumó su culpa, y allí el bendito Hijo de Dios bebió voluntariamente la copa de la ira, y no sólo quitó nuestros pecados, sino al hombre que pecó al soportar el juicio de Dios que le fue impuesto. Entonces Dios tomó al hombre que tanto Le glorificó, y Lo puso en la gloria en la exhibición de la justicia. La promesa de la vida eterna hecha "antes de los tiempos de los siglos", fue revelada, al final de la historia del hombre en la muerte de Cristo, aquel que tenía el poder dela muerte fue también anulado; y el propósito eterno de Dios en la iglesia es dado a conocer.

 

Ustedes tienen así todos estos "ahora" de la Escritura cuando la cruz ha pasado y Cristo está en la gloria de Dios, habiendo consumado la redención. El pecado es quitado para el creyente; la justicia es manifestada; la vida eterna es concedida. Había una cosa más para que la multiforme sabiduría de Dios pudiera ser conocida: a saber, la iglesia de Dios.

 

Permítanme comentar en cuanto a la palabra "iglesia". Dicha palabra ha hecho más daño, y ha creado más malentendidos en cuanto a los propósitos divinos que casi cualquier otra expresión. Seamos claros de inmediato en cuanto a esto, a saber, que la palabra ¡no está en la Escritura! Sin duda ustedes la tienen en su excelente (en su mayor parte) Versión Autorizada en Inglés, y en la Versión Reina-Valera Revisada en 1960 en Castellano. Pero no es una representación verdadera de la palabra Griega original. En todos los casos ella debería ser traducida "asamblea". Si tuviéramos que hablar de la asamblea de Inglaterra, de Escocia, de Irlanda, nosotros no entenderíamos lo que ello significa. Cuando nosotros usamos la palabra iglesia, se trata de una palabra convencional, habitual, la cual trasmite un pensamiento humano acerca de una institución humana.

 

Por ejemplo: tomen ustedes el bien conocido pasaje en Mateo 18: 17, "Dilo a la iglesia"; léanlo como "dilo a la asamblea", y el pensamiento de muchos de que ello se refiere al cuerpo enseñante o al cuerpo sacerdotal, u a otra organización, desaparece.

 

Ahora bien, la Escritura no proporciona la duración del intervalo durante el cual Cristo está oculto en los cielos, y el Espíritu Santo está morando en la tierra, en contraposición con Su obrar en otras épocas. 'Tiempos y sazones' pertenecen a los Judíos y a la tierra. El actual intervalo no es, en absoluto, un "tiempo", propiamente dicho. El tiempo es contado cuando Dios tiene que ver con la tierra y con cosas terrenales.

 

¿Qué es, entonces, la "asamblea de Dios", contemplada en la verdad de la expresión? Es el cuerpo de una Cabeza que se ha ido a lo alto; formada por el Espíritu Santo enviado desde el cielo, para ser el vaso para la expresión de Cristo mientras Él está oculto del mundo, y antes que Él sea manifestado en gloria. Tal como tenemos en Efesios 1: 22, 23: "y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo."

 

Para facilitar el despliegue de mi tema, yo lo he dividido en tres títulos:

 

Cristo, "Cabeza sobre todas las cosas";

Cristo, "Cabeza… a la asamblea";

"La cual es su cuerpo".

 

 Traducido del Inglés por: B.R.C.O. – Marzo 2019.-

 

Otras versiones de La Biblia usadas en esta traducción:

 

LBLA = La Biblia de las Américas, Copyright 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, Usada con permiso.

VM = Versión Moderna, traducción de 1893 de H. B. Pratt, Revisión 1929 (Publicada por Ediciones Bíblicas - 1166 PERROY, Suiza).


Título original en inglés:
"Blackrock Lecture 1: 1. Christ, Head Over All the Assembly,
Which Is His Body", by F. G. Patterson 
Traducido con permiso

Versión Inglesa