EDIFICACIÓN ESPIRITUAL CRISTIANA EN GRACIA Y VERDAD

CÓMO VENCER LA RELIGIÓN CARNAL (J.T.Mawson)

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Duración: 43 minutos y 57 segundos

CÓMO VENCER

 

Pláticas acerca del Libro de Jueces

J. T. Mawson

 

Todas las citas bíblicas se encierran entre comillas dobles ("") y han sido tomadas de la Versión Reina-Valera Revisada en 1960 (RV60) excepto en los lugares en que además de las comillas dobles ("") se indican otras versiones mediante abreviaciones que pueden ser consultadas al final del escrito

 

6.ª Plática: Cómo Vencer la Religión Carnal

 

Lectura Bíblica: Jueces 13: 1 a 5

 

¿QUIÉNES fueron estos Filisteos que mantuvieron a Israel en semejante esclavitud y los llevaron a semejantes miseria y pobreza? ¿Y qué representan? Ellos surgieron en Egipto (Génesis 10: 13, 14), pero aunque ellos habían dejado Egipto atrás y habían entrado en la tierra que Dios había prometido a Su pueblo, ellos no habían tomado Su camino; el camino de ellos había sido fácil y un atajo evitando el Mar Rojo y el Río Jordán. Estas cosas que prefiguraban liberación y bendición mediante la muerte y la resurrección de Cristo no tuvieron lugar en su historia. Ellos estaban en la tierra del pueblo de Dios pero no habían viajado hacia ella por el camino ordenado por Dios. (Éxodo 13: 17). En realidad, ellos no tenían derecho alguno en la tierra en absoluto pues Dios la había asignado a Israel. (Deuteronomio 32: 8, 9). Ellos son una representación o figura del Cristianismo secularizado, es decir, de la religión hecha aceptable para el hombre no regenerado. El Ritualismo y el Modernismo son algunos de los Filisteos de nuestro día; y son realmente supersticiones y filosofías paganas que han invadido la esfera de la fe y la convirtieron en una casa grande de vasos mezclados, pues leemos, "Empero en una casa grande, hay no solamente vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro: y algunos son para honra, y otros para deshonra". (2ª Timoteo 2: 20 - VM); y ellos están oprimiendo duramente al verdadero Israel de Dios. Ellos se acercan a Dios con los labios pero desprecian el ejercicio de corazón y la vida espiritual que han marcado los avivamientos de días anteriores. Afirman ser hijos de Dios pero no tienen derecho a esa relación porque no han recibido al unigénito Hijo de Dios por medio de la fe, y no han nacido de nuevo. (Juan 1: 12, 13). Ellos tienen apariencia de piedad pero niegan la eficacia de ella. (2ª Timoteo 3: 1 a 5).

 

Un Rasgo Notable

 

Un rasgo notable en la historia de estos Filisteos fue su ansiedad por obtener y estropear las posesiones más sagradas y preciosas del pueblo de Dios. Yo paso por alto el hecho de que tanto Abraham como Isaac estuvieron en peligro de ser despojados de sus esposas por ellos (Génesis, capítulos 20 y 26), pues estos incidentes surgieron de la propia cobardía y falta de fe en Dios de ellos ; pero, el capítulo 21 nos dice que ellos quitaron violentamente uno de los pozos de Abraham, y el capítulo 26 nos dice que ellos llenaron de tierra los pozos de agua que Abraham cavó. Lo hicieron porque envidiaban a Isaac; fue un trabajo malintencionado y desvergonzado. Luego, cuando Isaac cavó otros pozos, ellos los reclamaron y se esforzaron por conseguirlos. Estos pozos eran esenciales para la vida de los patriarcas y sus familias, y los capítulos 4 y 7 del evangelio de Juan nos dan el derecho de interpretarlos como representando al Espíritu Santo que nos es dado y que es indispensable para la vida del pueblo de Dios ahora. Pero, ¿qué lugar hay para el Espíritu Santo en la religión carnal de nuestro día? Allí donde prevalecen las supersticiones de los ritualistas y las críticas blasfemas y la duda científica, Él es un Espíritu contristado y apagado, los pozos han sido cegados, llenados con tierra; y tampoco el Espíritu tiene algún lugar en la formalidad muerta la cual, mientras se jacta de la corrección de su credo, no tiene fe ni vehemencia. Los Filisteos se apoderaron también del arca del pacto (1º Samuel 5: 2), y estuvieron en la tierra prometida como si fuera suya, y Joel 3: 5 dice de ellos: "Habéis llevado mi plata y mi oro, y mis cosas preciosas y hermosas metisteis en vuestros templos".

 

Lo equivalente a esto es visto en nuestro día en el hecho de que los hombres que no han entrado en el reino de Dios naciendo de nuevo sino que están en él solamente por profesión, son aceptados como líderes y maestros en él, y han añadido el nombre de Cristo a sus propias fábulas filosóficas, y han tomado las cosas preciosas y hermosas de nuestra santa fe y las han unido al hombre tal como él es en su naturaleza caída, como si no hubiese ninguna necesidad de regeneración y redención, y de una nueva creación en Cristo Jesús.

 

Los Cinco Príncipes de los Filisteos

 

Los Filisteos estaban gobernados por cinco príncipes (Josué 13: 3; Jueces 3: 3); y esta religión moderna también está gobernada por cinco príncipes, pues ella está gobernada por cinco sentidos. Sus adeptos, sus seguidores, están controlados por lo que es natural, y todo lo que está fuera del alcance de los sentidos es más o menos negado. Nada es para ellos el hecho de que la Escritura dice: "El hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque son cosas que se disciernen espiritualmente". (1ª Corintios 2: 14 – NBA). El hombre natural es lo único que les preocupa pues no conocen otro, y ellos cumplen esta Palabra misma al rechazar todo lo que es milagroso en la Palabra. La encarnación, la muerte sacrificial y la resurrección del Señor Jesús son negadas y ridiculizadas, y Sus milagros son descartados o minimizados mediante una explicación o excusa. Es rechazado todo lo que ofendería a un mundo que ha crucificado al Señor de gloria, o que el hombre natural no puede entender, ver o sentir.

 

Es algo singular que aunque este pueblo sólo poseyó una franja muy pequeña de la tierra de Canaán, ésta haya tomado su nombre de ellos, pues Filistea significa la tierra de los Filisteos, pero este nombre sólo se le da en la Escritura cuando su juicio es predicho. (Éxodo 15: 14; Isaías 14: 29, 31; Joel 3: 4). Ellos se hicieron prominentes por vez primera en Génesis 21 donde despojaron violentamente a Abraham de un pozo de agua, y fueron ellos los enemigos más persistentes de Israel a través de toda su historia en la tierra; y en el Antiguo Testamento hay más acerca de ellos que de cualquier otra nación, exceptuando a Israel, y la última mención de ellos en la Escritura es, "Pondré fin a la soberbia de los filisteos". (Zacarías 9: 6). Acerca de la condición de cosas que es el antitipo de ellos en nuestro día, el Señor ha dicho, "Te vomitaré de mi boca". En la Iglesia laodicense nosotros vemos a los Filisteos en plena vigencia.

 

Tanto el Racionalismo como el Ritualismo atraen al hombre natural que se alegra que su mente sea hinchada y sus sentimientos sean conmovidos, y ambos oscurecen a Cristo; pues, de hecho, Él no tiene lugar en ninguno de los dos. Muchos discípulos de corazón sincero, enredados en estas cosas y sin ver ninguna puerta para libertarse de ellas, deben estar gritando como María junto al sepulcro vacío: "Se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto". Preguntémonos, ¿Qué se puede hacer?

 

Pero, ¿es posible que Cristianos verdaderos se vean afectados e influenciados por lo que evidentemente no es de Dios? Sí, lo es. Los Cristianos a menudo se dejan llevar por la plausibilidad de los esfuerzos y las enseñanzas que profesan tener en vista la mejora de los hombres, cuando el fulcro y la palanca de tales mejoras no son de Dios sino de los hombres. También es fácil confundir el sentimiento natural con el verdadero sentimiento espiritual, y existe la tendencia en todos a apoyarnos en nuestro propio entendimiento en lugar de apoyarnos en la sabiduría del Espíritu de Dios. Nosotros necesitamos estar bien fundamentados en la solemne verdad de que "El hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender". (1ª Corintios 2: 14 – NBA). El evangelio no es de los hombres, ni proviene de hombres, pero no hay nada más en el cielo o en la tierra que puede bendecirlos. Sólo en el evangelio de la gracia de Dios el perdón de los pecados es ofrecido a los hombres. Es divino y proviene de Dios. Sólo por el Espíritu de Dios son conocidas sus glorias, y sólo los que han recibido el Espíritu pueden apreciarlas.

 

Los Filisteos fueron los más empedernidos de todos los enemigos de Israel y los mantuvieron en esclavitud durante un período más largo que cualquier otro, y a medida que Israel se debilitó en la fe el poder de ellos se hizo mayor; y tampoco fueron finalmente derrotados hasta que la supremacía de David, — tipo de Cristo en la victoria de la resurrección, — fue un hecho establecido en la tierra.

 

La Liberación de Israel

 

Al tratar con la manera de liberarse de este pueblo Filisteo encontramos al principio una característica muy singular. Los Israelitas, en este caso, no elevaron el clamor por liberación como en ocasiones anteriores. Parece que ellos aceptaron el yugo y se contentaron con su suerte. Esto se hizo muy evidente cuando Sansón comenzó a liberarlos, pues lo reprendieron diciendo: "¿No sabes tú que los filisteos dominan sobre nosotros? ¿Por qué nos has hecho esto?". (Jueces 15: 11). Y estaban tan completamente descontentos con todos sus esfuerzos que lo ataron con cuerdas y lo llevaron a sus enemigos.

 

Tenemos aquí un triste retrato de lo que existe en el día actual: a saber, la Iglesia se ha doblegado ante el dominio de estos Filisteos modernos, y, ¡cuán lamentable! muchos de los que son real y verdaderamente el pueblo de Dios parecen satisfechos con que ello sea así. Podemos estar seguros de que este estado de cosas no satisface a los que están verdaderamente ejercitados de corazón en lo que es para Su gloria.

 

Sin embargo, no es poco consuelo encontrar que si Israel era indiferente a su propia condición, Jehová no lo era y Él se dispuso a liberarlos a Su manera. El ángel de Jehová apareció a la esposa de Manoa, una mujer de la tribu de Dan. Ella no era la que los hombres habrían elegido. Ni siquiera se da su nombre y era una mujer estéril, — una deshonra entre el pueblo de Israel y despreciada a los ojos de las hijas. Pero esta mujer sin nombre y despreciada, de la más insignificantes de las tribus de Israel, fue el vaso escogido por Dios a través del cual Él pudo realizar Su propia voluntad. Nosotros vemos así que es enfatizada la gran verdad de que Sus caminos no son los caminos de los hombres. "Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad" (Apocalipsis 3: 17), es el lenguaje jactancioso del Cristianismo secularizado que anda en el destello irregular de su propia luz tenue. Pero, "Lo necio del mundo escogió Dios… y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia". (1ª Corintios 1: 27 a 29).

 

"He aquí que tú eres estéril, y nunca has tenido hijos; pero concebirás y darás a luz un hijo", fue el mensaje de parte de Dios a la mujer, y este mensaje ella lo recibió en fe sencilla y sin reservas. Su debilidad y su deshonra son puestas de manifiesto con denuedo para que pudiese ser evidente que esta liberación iba a venir de Dios y no por el poder del hombre. Fue de la debilidad, de la esterilidad y de la muerte de donde Dios iba a sacar fuerza y victoria.

 

Pero, si la debilidad y la deshonra caracterizaron a la mujer a los ojos de los hombres, ella tuvo una fe perfecta e incuestionable en las benignas intenciones de Dios hacia ella, y esto debió haber sido lo más precioso y aceptable a Sus ojos. En aquel entonces ella era la esposa de Manoa, cuyo nombre significa «descanso.» La confianza en Dios y el descanso del corazón son como una sola cosa; están firmemente unidos y no pueden ser separados.

 

El hecho de que la confianza en Dios produce el descanso del corazón fue ilustrado de manera notable en el Apóstol Pablo. En sus días había apariencia de piedad sin la eficacia de ella, y los falsos maestros hacían grandes estragos entre aquellos por los que él había trabajado tan celosamente. Sin embargo, él no se amilanó ni se avergonzó, porque sabía en quién había creído; su confianza estaba en el verdadero David, en Jesús, el cual había resucitado de entre los muertos. De modo que, aunque él presenta el alejamiento de muchos de la verdad, él está lleno de descanso en cuanto a todo ello.

 

"Acuérdate", él escribió a su hijo en la fe Timoteo, "de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio". (2ª Timoteo 2: 8).

 

Si nosotros dejamos a un lado su confianza de corazón y las cosas que podrían haberlo distraído, tal como son presentadas en la segunda epístola a Timoteo, veremos qué recursos y fuerza él tuvo en Jesucristo.

 

2ª TIMOTEO 1

 

"Ya sabes esto, que me abandonaron todos los que están en Asia". (Versículo 15).

 

"Pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído". (Versículo 12).

 

2ª TIMOTEO 2

 

"La palabra de ellos carcomerá como gangrena… quienes se extraviaron con respecto a la verdad… y trastornaron la fe de algunos". (Versículos 17, 18 – RVA).  

 

"A pesar de todo, el sólido fundamento de Dios queda firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos". (Versículo 19 – RVA).

 

2ª TIMOTEO 3

 

"Los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados". (Versículo 13).

 

"Pero persiste tú en lo que has aprendido… Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia". (Versículos 14 a 17).

 

2ª TIMOTEO 4

 

"En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon". (Versículo 16).

 

"Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas". (Versículo 17).

 

Lo Grande y Esencial

 

La característica sobresaliente en aquel que iba a derrocar el poder de los Filisteos fue el Nazareato. Dos veces se repite el anuncio a la esposa de Manoa donde el ángel de Jehová declaró: "el niño ha de ser nazareo, separado para Dios". (Jueces 13: 5 – VM). Ahora bien, un Nazareo tenía que estar separado de ciertas cosas; pero más importante que todo esto era que él era separado para algo. Él lo iba a ser «para Jehová», un vaso dedicado al servicio de Dios.

 

Él se caracterizaba por la abstinencia del fruto de la vid, tenía que estar separado de lo que pudiera contaminar, y su cabello tenía que permanecer sin cortar. Estas tres cosas también las encontraremos siendo muy prominentes en la segunda epístola de Pablo a Timoteo.

 

1.— El fruto de la vid es un tipo, indudablemente, de los deleites de la vida natural, y el Nazareo de hoy en día prestará atención a la exhortación: "Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado". (2ª Timoteo 2: 3, 4).

 

2.— La separación de la contaminación es muy necesaria y el hombre de Dios es instruido a ello: "Apártese de la iniquidad todo aquel que nombra el nombre del Señor… Si pues alguno se habrá limpiado de éstos, separándose él mismo de ellos, será un vaso para honra, santificado, útil al dueño, y preparado para toda obra buena". (2ª Timoteo 2: 19, 21 – JND).

 

3.— La cabeza con el cabello sin cortar era evidentemente un signo de dependencia, — de debilidad aferrándose a la fuerza. El cabello largo es la gloria de la mujer; es la señal de su dependencia del hombre como vaso más frágil. Este es el lugar en el que Dios la ha colocado y la verdadera gloria es la ocupación perfecta del lugar en el que uno está colocado. Pero del hombre se dice: "La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello? Pues él es imagen y gloria de Dios". (1ª Corintios 11: 7 a 15). El lugar del varón era liderar; él fue hecho señor de esta creación; los demás iban a depender de él, pero él sólo debía confiar en Dios. ¡Lamentablemente! en la caída él quiso independizarse de Dios y de ahí todo el dolor, la aflicción y la muerte.

 

El cabello de las mujeres es una de las características de esos terribles escorpiones que atormentarán a los hombres durante el período del juicio del que se habla en Apocalipsis 9. Se dice que tenían en sus cabezas como coronas de oro, y sus caras eran como caras de hombres, y tenían cabello como cabello de mujer. Su primera apariencia es grandiosa e imponente; parecen ser poderosos e independientes; pero detrás de todo esto es evidente que deben su fuerza a alguien más: dependían de Apolión el Destructor. (Apocalipsis 9: 11). El rostro del verdadero Nazareo tenía que ser el rostro de un hombre: tenía que ser valiente e inquebrantable en presencia del enemigo, pero también tenía que llevar el cabello largo, como el de las mujeres, porque todo su poder residía en depender de Dios. Este debía ser el más prominente de todos los rasgos que lo caracterizaban, aunque ello se convirtiera en una vergüenza para él a los ojos de los demás: y si esto se perdía él se volvía tan débil como los demás hombres. El apóstol Pablo fue un verdadero Nazareo cuando escribió: "De buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo… porque cuando soy débil, entonces soy fuerte". Él había aprendido que la dependencia total significaba el verdadero poder, pues el Señor le había dicho: "Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad". (2ª Corintios 12: 9, 10). Esta es ciertamente la enseñanza espiritual para nosotros que nos proporcionan las trenzas sin cortar (guedejas) del Nazareo.

 

Esta debilidad que se aferra a la fuerza del Señor es vista claramente en 2ª Timoteo: "Tú, pues, hijo mío, fortalécete en la gracia que hay en Cristo Jesús". (2ª Timoteo 2: 1 - NBA). "De todas ellas me libró el Señor". (2ª Timoteo 3: 11 - NBA). "El Señor estuvo conmigo". (2ª Timoteo 4: 17 - NBA).

 

El Señor Jesús, Nuestro Ejemplo Perfecto

 

El Señor Jesús fue el verdadero Nazareo, totalmente consagrado a Dios. Su servicio voluntario no fue impedido por los consuelos y las alegrías de esta vida. Cuando Él vino al mundo no tuvo más refugio que un establo, y en lugar de cuna, un pesebre. Las zorras tenían sus guaridas y las aves del cielo sus nidos, pero Él no tuvo ni hogar ni lugar de descanso en la tierra. Él siempre rehusó dejarse influenciar por quienes habrían elegido para Él una senda más fácil y, a ojos de ellos, más natural.

 

Él anduvo sin mancha y sin contaminación por el mundo: y dolorosas tentaciones Le acosaron constantemente pero nunca fue entrampado; las cosas pecaminosas que atraían a otros hombres no tuvieron ningún encanto para Él. Él estuvo siempre y completamente separado de los pecadores y totalmente consagrado a la voluntad de Dios.

 

Luego, por último, Él siempre fue Uno absolutamente dependiente. Su lenguaje fue: "Mañana tras mañana me despierta, despierta mi oído para escuchar como los discípulos". (Isaías 50: 4 – LBA).  En todo lo que Él hizo y dijo fue enseñado por Su Padre, cuya voluntad vino a hacer día a día. Esta voluntad se cumplió; ni más ni menos. Su comida fue hacer la voluntad de Su Padre. Él no tuvo otro motivo para vivir que la gloria de Su Padre, y a lo largo de toda Su vida terrenal dependió completa y totalmente de Dios, de modo que pudo decir: "Sobre ti fui echado desde la matriz". (Salmo 22: 10 – VM).

 

En Él hay gracia suficiente para capacitarnos para andar en Sus pisadas, y al hacerlo, la vida victoriosa del Nazareato será nuestra.

 

El Nazareato Fue la Fuerza de Sansón

 

Mientras Sansón mantuvo esta condición inviolada él fue un vaso adecuado para el poder de Dios, y en la primera frescura y fuerza de esto él es una débil prefiguración de Cristo y Su obra.

 

Tenga usted en cuenta que Sansón vino al mundo con el propósito expreso de derrocar a los Filisteos y libertar así al pueblo de Dios; y entendiendo que ésta era su misión, no es de extrañar que un joven león, un tipo del poder de Satanás, rugiera contra él. (Jueces 14).

 

Pero Sansón fue más que un rival para el león y lo despedazó como se despedaza un cabrito. De la misma manera, todos los poderes de las tinieblas se reunieron contra el Señor Jesucristo porque Él vino a poner de manifiesto todo lo que era falso y a establecer todo lo que era verdadero. Pero, en la muerte Él obtuvo la victoria; al morir derrotó al enemigo; y así como el cuerpo muerto del león de Sansón produjo alimento y dulzura, la muerte de Jesús produce vida y alimento para el alma y gozo verdadero para el corazón. Nosotros vemos la realidad y la fidelidad del amor divino exhibidas en ese gran conflicto y en esa victoria, y toda nuestra bendición la debemos a aquel amor.

 

La Miel Estuvo en Sus Manos (Jueces 14: 9)

 

La mano que hirió al león tomó la miel, el singular fruto de su victoria, y Sansón la compartió con sus padres mientras caminaban en compañía de él.

 

El gran antitipo de esto debería producirnos gozo abundante. Toda bendición está en la mano poderosa que derrotó el poder de la muerte, y es el deleite de nuestro Señor Jesucristo dispensarnos lo que Él sostiene con tanta seguridad.

 

Algunos, en la vanidad de sus imaginaciones, quieren hacernos creer que la salvación, y en realidad toda bendición, ha sido depositada en la Iglesia para nosotros, y que no podemos conocer ni realizar estas cosas aparte de ella. ¡Qué desgracia para nosotros si esto fuera así!; porque la Iglesia, como vaso responsable del testimonio aquí, ha fracasado por completo, ya que ha unido sus manos con el mundo que rechazó al Señor. Pero Cristo nunca puede fracasar: Él se ha levantado victorioso por encima de toda la ruina y los despojos que el pecado y la muerte han causado, y todas las promesas de Dios son "sí y amén" en Él, y al adherirnos a Él tendremos nuestros corazones alimentados y gozosos por medio de los dulces frutos de Su muerte.

 

Los Filisteos que vinieron al banquete de bodas y que sólo estaban nominalmente unidos a Sansón, no probaron la miel del cuerpo muerto del león, y todo el asunto no fue más que un enigma para ellos. Estos Filisteos representan a aquellos a los que ya se ha hecho referencia, los que son profesantes sin poseer la vida, los que han aceptado la apariencia de Cristianismo sin la eficacia (2ª Timoteo 3: 5). Para todos ellos, la verdad de Dios no es más que una serie de doctrinas que hay que discutir y enigmas que hay que resolver, porque "el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque son cosas que se disciernen espiritualmente". (1ª Corintios 2: 14 - NBA). No hay nada en la muerte de Cristo que atraiga a los tales; ellos no pueden entender la bendición que sale de la muerte; no pueden entender cómo puede salir alimento del devorador, o dulzura del fuerte. "Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura". (1ª Corintios 1: 23).

 

Pero, lo que es un perfecto enigma para los hombres no renovados, sean ellos religiosos o sabios, es para nosotros que somos salvos, poder y sabiduría de Dios. Al poderoso devorador, — la muerte, — se le ha hecho producir comida para nosotros, y del Fuerte ha salido dulzura; porque la gloria plena del amor de Dios que todo lo vence y no cambia ha resplandecido en la muerte de Jesús. La sabiduría y el poder de Dios fueron vistos allí en toda su grandeza y las almas de los que ven estas cosas son salvadas y satisfechas. Nunca es demasiado el énfasis que se puede hacer acerca de esto, porque es sólo cuando nosotros vivamos en la realidad de estas cosas que venceremos a los Filisteos; y siempre existe el peligro de ocuparse sólo en la doctrina, incluso con respecto a los que son verdaderamente convertidos. Nosotros debemos tener una doctrina correcta y retener la forma de las sanas palabras (2ª Timoteo 1: 13), pero debemos saber cuál es el trasfondo de las palabras, o lo subyacente, y cuáles son las realidades que expresan las doctrinas. Muchos están perdiendo el tiempo tratando de dilucidar cuestiones intrincadas y discutiendo dogmas, y al mismo tiempo pierden la dulce miel que puede ser disfrutada en compañía del Señor. Esta resolución de enigmas es un trabajo árido y sin provecho; y que podamos darnos un festín con la miel es el deseo del Señor para nosotros.

 

La Intención de los Filisteos

 

El siguiente acontecimiento importante en la historia de Sansón fue el intento de los Filisteos de hacerlo prisionero. Ellos se dieron cuenta de que él llegaría a ningún acuerdo con ellos. Él fue un enemigo público decidido, así que "los filisteos subieron y acamparon en Judá, y se extendieron por Lehi. Y los varones de Judá les dijeron: ¿Por qué habéis subido contra nosotros? Y ellos respondieron: A prender a Sansón hemos subido". (Jueces 15: 9, 10). El objetivo de ellos fue prender al Nazareo y dejarlo indefenso. Satanás trabaja hoy en términos similares; y la actual falsificación exánime del Cristianismo verdadero muestra muy claramente el éxito que él ha tenido.

 

Es doloroso ver que los hombres de Judá se aliaron con los Filisteos en este propósito: ellos no tuvieron ningún deseo de liberarse de su yugo: consideraban a Sansón como un perturbador de su paz y lo reprendían, diciendo: "¿No sabes tú que los filisteos dominan sobre nosotros? ¿Por qué nos has hecho esto?" (Jueces 15: 11). Pero, ¿acaso no es ésta también la tendencia del día actual? Si alguno levanta una voz de advertencia contra las malas doctrinas o las prácticas mundanas que abundan, se le considera un perturbador, se le debe cerrar la boca, se le debe prender y refrenar. Se le dirá que es un error ir a los extremos; que la moderación es la gran aspiración. Pero, juzgada mediante ese estándar, una temperatura tibia tiene su justificación, y el fuego resulta condenable porque es extremadamente caliente. Pero, ¿qué dice el Señor? "Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca". (Apocalipsis 3: 15, 16).

 

Cristianos, necesitamos despertar a la justicia. Necesitamos ser impulsados y llenados con un fervor de consagración a Cristo que consumirá toda nueva cuerda con la que una profesión indiferente nos ataría, para que sin trabas podamos contender "ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos" (Judas 3 – NBA), y así permanecer fieles a nuestro Señor.

 

El Lugar de Poder

 

Pero Sansón habitó en la cueva de la peña de Etam. Es cierto que él permitió que sus hermanos lo ataran durante un tiempo, pero cuando el Espíritu de Jehová vino sobre él, sus cuerdas parecieron como el lino quemado en el fuego, y con la quijada de un asno mató a mil hombres. La cueva de la peña es, evidentemente, el lugar desde donde se obtiene la victoria. Representa la estabilidad y la fuerza; lo que es inamovible, y sobre lo cual las tormentas deben golpear en vano. Nuestro Señor se ha convertido en una peña para nosotros. Él ha puesto un fundamento amplio y profundo, y ningún asalto o tormenta puede sacudir ese fundamento. El que edifica sobre dicha peña está seguro para siempre. La peña es Él mismo. Todos los pensamientos e intenciones de Dios están asegurados en Él, como Aquel levantado de entre los muertos, "el cual ha abolido la muerte, y ha sacado a luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio". (2ª Timoteo 1: 10 – VM).

 

Si nosotros queremos ser victoriosos, debemos adherirnos a Él estrechamente en este bienaventurado carácter: y así seremos preservados de la depresión y la derrota. Además, sólo a medida que probamos la realidad de Su poder y Su gracia nos mantenemos libres de lo que no es más que una falsificación vacía, y sabiendo a Quién hemos creído, estamos seguros de que el sólido fundamento de Dios se mantiene firme a pesar de todos los intentos por derribarlo. Entonces podremos enseñar con mansedumbre a los que han caído en este lazo del diablo, — a saber, religión sin realidad, — y el resultado puede ser que ellos reconozcan la verdad. (2ª Timoteo 2: 25, 26).

 

A menudo se ha puesto de relieve que el momento de la victoria es el momento de mayor debilidad, y Sansón sintió esto. Él estaba muy sediento e invocó a Jehová, y dijo: "Tú has dado esta grande salvación por mano de tu siervo; ¿y moriré yo ahora de sed, y caeré en mano de los incircuncisos?" (Jueces 15: 18). Este era su temor: caer en manos de los incircuncisos, estar en poder de ellos. Ahora bien, se habla constantemente de los Filisteos de esta manera. La circuncisión, que habla de cortar y apartar la carne, no tenía lugar con ellos; y, siendo este el caso, era correcto que el Nazareo temiera caer en poder de ellos. Ojalá hubiera más de este temor hoy en día; ello haría que nosotros fuésemos más como Sansón en su dependencia de Dios.

 

De Qué Manera es Mantenida la Vida Victoriosa

 

Pero Dios tenía una provisión para Su siervo abatido pero dependiente: se trató del pozo de agua.

 

"Entonces abrió Dios la cuenca que hay en Lehi; y salió de allí agua, y él bebió, y recobró su espíritu, y se reanimó. Por esto llamó el nombre de aquel lugar, En-hacore, que significa «la fuente del que clamó.» (Jueces 15: 19).  No es la primera vez en la Escritura que el agua y la roca son encontradas juntas. Ambas son necesarias para nosotros pues es por el agua, que nos sugiere la vida en el poder del Espíritu, que la vida del Nazareo se mantiene en frescura y vigor.

 

"En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado". (Juan 7: 37 a 39).

 

Aquí está la provisión para el mantenimiento de la vida del Nazareo; porque es por el Espíritu de Dios que el alma es mantenida en contacto con las cosas de Cristo, la nueva vida es mantenida en su frescura y vigor, y el Nazareo es renovado día tras día. Además, el poder para ayudar a los demás es dado por el mismo y solo Espíritu.

 

Sansón juzgó a Israel durante veinte años. Aunque los Filisteos estaban allí, él mantuvo lo que era para Dios a lo largo de todo ese período.

 

¿Deseamos nosotros contender valientemente por la verdad, mantenernos firmes por Cristo, guardando Su Palabra y no negando Su Nombre? Entonces, tres cosas son absolutamente necesarias: —

 

En primer lugar, El Nazareato, — Consagración al Señor.

En segundo lugar, La Roca, — El conocimiento de la perfecta estabilidad de todos los propósitos de Dios en Cristo resucitado de entre los muertos.

En tercer lugar, El pozo de agua, — La dependencia del Espíritu de Dios para refrigerio del alma y poder para el servicio.

 

La Pérdida del Nazareato

 

Pasamos ahora de las victorias de Sansón a su terrible derrota. La triste y vergonzosa historia no nos es ocultada, pues Dios quiere enseñarnos no sólo cómo recorrer la senda de la victoria, sino también poner en claro para nuestra advertencia el terrible resultado de alejarse de Él, para que no confiemos en nosotros mismos.

 

Leemos, "Fue Sansón a Gaza". (Jueces 16: 1).

 

Aquí está el comienzo de ese curso descendente. Es cierto que él sobrevivió en Gaza, aunque los de Gaza estaban decididos a matarlo. Él no había renunciado en aquel entonces a su Nazareato y todavía demostraba ser más fuerte que la fuerza de los Filisteos, que es el significado de Gaza. Tomó la puerta y los pilares y su cerrojo, y los llevó hasta la cumbre del monte que está frente a Hebrón. (Jueces 16: 2, 3).

 

Pero, la confianza en sí mismo pareció caracterizarlo, y debe haber olvidado que su fuerza estaba en la dependencia de Dios. Él no prestó atención a la advertencia que su huida de Gaza debiese haber sido para él, pues después sucedió que amó a una mujer en el valle, o junto al arroyo de Sorec, cuyo nombre era Dalila. (Jueces 16: 4).

 

Sorec significa «viña», y es muy lamentable ver al victorioso Nazareo, que había habitado en la peña y había bebido del pozo en Lehi, bajar ahora a beber del arroyo que fluía por el valle de las viñas. Como Nazareo había rechazado el fruto de la vid, y al comienzo de su carrera había matado un león en las viñas. Allí venció al fuerte. Ahora, en el valle de las viñas, él cae como víctima de Dalila, cuyo nombre significa «debilidad».

 

Aquí están los pasos descendentes:—

 

Él amó a una mujer en el valle de Sorec. (Versículo 4).

Le declaró todo lo que había en su corazón. (Versículo 7).

Ella lo hizo dormir sobre sus rodillas. (Versículo 19).

Las siete trenzas (guedejas) de su cabeza fueron rapadas. (Versículo 19).

Jehová se apartó de él. (Versículo 20).

Los Filisteos lo prendieron. (Versículo 21 - NBA).

Le sacaron los ojos, lo ataron con cadenas de bronce y lo pusieron a girar el molino en la prisión. (Versículo 21 - NBA).

 

Esta fue la profundidad de la degradación a la que lo llevó su alejamiento de Dios. Aquel cuyo nombre significa «semejante al sol» es visto moliendo para los enemigos de Jehová en la ceguera y la oscuridad de su perdido Nazareato.

 

Hay una mención de una prisión en las Escrituras antes de esto. José fue arrojado a ella porque se mantuvo firme en su consagración a Dios y en su determinación de no pecar contra Él. Esa consagración significó mucho padecimiento, pero fue la senda de la victoria. Aquí hay un contraste deplorable. La prisión de José significó la victoria; la prisión de Sansón significó la derrota total. Lo que una hueste de Filisteos y toda su fuerza no habían logrado, su propio deseo desenfrenado lo había provocado. El que había liberado a sus hermanos de los Filisteos estaba atado por ellos. El Nazareo de Dios se convirtió en esclavo del diablo. El que se llevó las puertas de Gaza es conducido de nuevo a través de esas puertas como prisionero, y el que había hecho temblar y huir a sus enemigos es ahora una diversión para ellos en la festividad de su dios. Si nosotros habíamos encontrado estímulo en las hazañas de Sansón, aprendiendo de ellas lo que un individuo puede lograr cuando depende de Dios, ahora se nos advierte contra la confianza en uno mismo al ver cuán bajo puede caer el hombre fuerte.

 

Si nosotros queremos escapar de tal derrota debemos saber dónde reside nuestra fuerza; debemos conocer el secreto de "En-hacore", «la fuente del que clamó» (Jueces 15: 19), cuyo secreto es la dependencia de Dios y el juicio del yo.

 

Recuerde usted que no fue la fuerza de los Filisteos lo que venció a Sansón. Sus seducciones lo apartaron del camino de la consagración a Dios. No fue el temor a la ira de ellos lo que lo venció. Él fue seducido y atrapado por las sonrisas de Dalila; fue traicionado por su aparente amistad. El deseo del demonio es engañar a todos los que son fieles al Señor, entramparlos con aquello que no es de Dios. Esto es lo que Pablo temía para el pueblo de Dios cuando escribió: "Porque celoso estoy de vosotros con celo de Dios; pues os desposé a un esposo para presentaros como virgen pura a Cristo. Pero temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestras mentes sean desviadas de la sencillez y pureza de la devoción a Cristo". (2ª Corintios 11: 2, 3 - LBA). Y este peligro es mayor que nunca en estos postreros días.

 

Efectivamente, es posible que el Nazareo caiga; es posible que los que han vivido la vida de devoción a Dios sin estorbos queden atados por las cadenas de bronce de una religión sin vida y formal; incluso es posible encontrar a los tales moliendo en los molinos de un mundo escarnecedor y que rechaza a Dios. Existen aquellos que una vez fueron eminentes por su verdadera separación de corazón de la amistad del mundo, que ahora son hallados asociados con él, — unidos con los que desprecian la Cruz de Cristo y niegan su virtud, — en la promoción de esquemas y políticas en las que Dios no tiene parte alguna. Ellos vuelven a edificar lo que destruyeron, y sirven a aquello contra lo cual se oponían y protestaban y, sin duda, se burlan de aquello a lo que sirven. "¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios". (Santiago 4: 4). Estas son palabras mordaces para los tales, y nosotros no osamos suavizarlas. Ahí están con toda su fuerza incisiva: nuestra tarea es prestarles atención.

 

La consecuencia de este adulterio espiritual, de este descenso hasta comprometerse con el mundo, es la pérdida de la visión y el poder espirituales.

 

"Sus nazareos eran más puros que la nieve, más blancos que la leche; Más sonrosados eran sus cuerpos que el coral, su talle más hermoso que el zafiro. Su aspecto se ha oscurecido más que el hollín; no los reconocen por las calles; Su piel está pegada a sus huesos, seca como un palo." (Lamentaciones 4: 7, 8 – RV1977).

 

Una Gran Recuperación

 

Pero, así como el niño aprende el carácter del fuego al quemarse y se niega a tocarlo en lo sucesivo, así el pueblo de Dios a menudo aprende lecciones de gran valor a través de su fracaso; y así Dios triunfa y el bien sale del mal.

 

Fue así en el caso de Sansón. En su cautiverio sintió la traición de la amistad de Dalila y se volvió a Jehová. "El cabello de su cabeza comenzó a crecer". (Jueces 16: 22). Él juzgó lo que lo había cegado y debilitado y adoptó una actitud sumamente intransigente frente a ello, con el resultado de que él obtuvo una victoria mayor de la que hubiese sido posible en cualquier momento durante sus días más resplandecientes. Dicha victoria significó la muerte para él mismo; sin embargo, la victoria fue grande y real.

 

Es un gran consuelo recordar que el Señor no cambia y que siempre está dispuesto a perdonar y a restaurar.

 

«Sin embargo, es dulce descubrir que,

Si las nubes han oscurecido mi vista,

Cuando ello pasa, Hacia mí como antes,

Amador eterno, Tú eres resplandeciente.»

 

La gracia del Señor es mayor que todo el pecado de Su pueblo. Su amor inextinguible arde hacia ellos en todo su resplandor y no puede ser obscurecido. Él "es el mismo ayer, y hoy, y para siempre jamás". (Hebreos 13: 8 – VM).

 

Si hemos sido entrampados por el mundo para conformarnos con él, — si hemos sido inducidos a renunciar a la senda de la consagración de ojo sencillo al Señor, y de la dependencia indivisa de Él para juguetear con el mundo y hemos sentido la amargura de hacerlo, aquí hay un estímulo para nosotros. Aquel que no fue sordo a la oración de Sansón oirá nuestro clamor y nos dará la liberación y la victoria.

 

Pero el yo dentro de nosotros que fue entrampado por el mundo debe ser juzgado por nosotros así como el mundo que nos entrampó. Esta es ciertamente la lección que la muerte de Sansón nos enseñaría.

 

Juzgar al mundo y juzgar al yo significa apartarse completamente de ambos para volverse únicamente al Señor. Esta fue la senda que Pablo recorrió. Él tuvo que resistir a Pedro, el cual dejó el lugar del Nazareo para moler en el molino de una religión legal y carnal. (Gálatas 2: 11 a 14). Pero para sí mismo él dice: "Mas nunca permita Dios que yo me gloríe sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo; por medio de la cual el mundo me ha sido crucificado a mí, y yo al mundo". (Gálatas 6: 14 – VM).

 

Ahí estuvo el fin del mundo religioso y del Pablo que se dejaba entrampar por él. La Cruz de Cristo había revelado el verdadero carácter de ambos, mientras que la grandeza del amor que la Cruz revelaba había convertido a Pablo en un Nazareo para siempre; y ya que era Nazareo, él era un hombre triunfante y alegre; porque el Nazareo es invencible mientras mantiene su condición de Nazareo. Esa senda está abierta para todos. Ello puede significar persecución y el rechazo del mundo; porque los que toman esta senda ciertamente serán objeto de burla por ser inflexibles y limitados, e incluso tendrán que llevar las marcas del Señor Jesús en su cuerpo (Gálatas 6: 17); pero el triunfo final, la corona de justicia y la sonrisa del Señor están al final del conflicto. Él ha dicho: "Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias". (Apocalipsis 3: 21, 22).

 

J. T. Mawson

 

Traducido del inglés por: B.R.C.O. – Mayo 2021

 

Otras versiones de La Biblia usadas en esta traducción:

JND = Una traducción del Antiguo Testamento (1890) y del Nuevo Testamento (1884) por John Nelson Darby, versículos traducidos del Inglés al Español por: B.R.C.O.

LBA = La Biblia de las Américas, Copyright 1986, 1995, 1997, 2000 por The Lockman Foundation, Usada con permiso.

NBA = Nueva Biblia de las Américas, Copyright 2005 by The Lockman Foundation.

RVA = Versión Reina-Valera 1909 Actualizada en 1989 (Publicada por Editorial Mundo Hispano) RV1977 = Versión Reina-Valera Revisión 1977 (Publicada por Editorial Clie).

VM = Versión Moderna, traducción de 1893 de H. B. Pratt, Revisión 1929 (Publicada por Ediciones Bíblicas - 1166 PERROY, Suiza).

Título original en inglés:
HOW TO OVERCOME - How to Overcome Carnal Religion
by J. T. Mawson
Traducido con permiso
Publicado por:

Versión Inglesa
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