Las
Comisiones Finales en los Evangelios
J. N. Darby
Todas las citas bíblicas
se encierran entre comillas dobles ("") y han sido tomadas de la
Versión Reina-Valera Revisada en 1960, excepto en los lugares en que además de
las comillas dobles ("") se indican otras versiones mediante
abreviaciones que pueden ser consultadas al final del escrito.
Escritos Compilados, Misceláneos,
Volumen 32
Hay cuatro alocuciones o encargos
diferentes en los cuatro diferentes Evangelios, cada uno de ellos claros y consecuentes
con el carácter del Evangelio. En Mateo 28 es la exaltación del Mesías a toda
potestad en el cielo y en la tierra, de la cual emana la misión de discipular a
todos los Gentiles. Esta fue una comisión específica, contrastada con la misión
a las ovejas perdidas de la casa de Israel, — "los hijos". (Mateo 15:
26). Al ser Él rechazado por ellos, Su exaltación asumió un alcance más amplio.
Ellos debían discipular a todas las naciones. Tal fue la consecuencia de Su
rechazo por parte de Israel. El bautismo de los Gentiles no debía ser en el
bautismo de Juan o del Mesías sino en aquel cuya revelación plena fue mediante
Su muerte y resurrección, — a saber, en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo. Esta era la posición y la revelada comunión con Dios a la que ellos
fueron llevados; y todo eso fue puesto de manifiesto, por parte de Dios, tanto
para la exhibición de Sí mismo como para la participación de la gracia. No eran
Jehová y el Mesías, sino el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, algo primordial
y superior a la relación del Mesías en la tierra teniendo seguidores, o de
Jehová en el cielo, con independencia de lo bienaventurado que ello es. Ellos fueron
llevados a una relación distinta y conocida con la plenitud revelada de la Deidad,
y a estar en ella. Eran hijos del Padre, en comunión con el Hijo glorificado, y
el Espíritu Santo morando en ellos; y ellos conocían a los tres. Se trata de la
afirmación más formal de la revelación Cristiana como reemplazo del judaísmo; es
decir, la esfera es ampliada para abarcar a todas las naciones, y la ley de
Moisés es sustituida por la observancia de lo que Cristo ordenó. Los que salían
a discipular a los Gentiles eran mensajeros del Rey cuya presencia estaría con
ellos hasta el fin del mundo (o de la era), cuando Él mismo aparezca en la
gloria de Su reino.
Marcos, siendo más especialmente
el testigo del ministerio de Cristo, no presenta el principio del acercamiento
de la época comenzada ahora mediante Su muerte y resurrección, y fundamentado
en el lugar de poder donde Él estaba, sino el principio, el principio nuevo del
ministerio mismo y sus consecuencias. Leemos, Id por todo el mundo y predicad
el evangelio a toda criatura". (Marcos 16: 15). Podemos comparar con
Romanos 1 y con Colosenses 1: 23. El asunto no es aquí acerca del reino sino
acerca de salvación, y por eso se insiste en el bautismo como un hecho y una
confesión personal de Cristo, no en su forma, en contradicción con el Judaísmo.
El incrédulo será condenado.
En Lucas, adecuado a ese
Evangelio, no tenemos el cambio de época que fue puesto en marcha para sujetar
a todos los Gentiles a obediencia y reconocer a Cristo, o el carácter y la
extensión universal del Evangelio, sino su tema y alcance moral que involucra
por igual al Judío y al Gentil como pecadores; y esto es así porque él considera
especialmente al hombre. Por eso dice allí: "Así fue necesario que el
Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase
en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones,
comenzando desde Jerusalén". (Lucas 24: 46, 47). Es hermoso ver que si
bien la necesidad y la ruina del hombre son abordadas plenamente, no es
olvidado el testimonio de "el judío primeramente", aunque Jerusalén
fuese la primera en culpa así como en privilegio.
En Juan, como la filiación de
Cristo es el gran tema (quién era Él, — el Hijo de Dios, — en Persona), la
autoridad y el poder de Su Persona en misión fue la cosa expuesta. "Como
me envió el Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les
dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes remitiereis los pecados, les son
remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos". (Juan 20:
21 a 23). Tenemos aquí la autoridad de Aquel que envía desde Su Persona, Su
derecho y Su obra. Esta fue la autoridad delegada en gracia por el Hijo de Dios
rechazado pero resucitado, dando la paz a los Suyos y enviando con la paz a los
demás en un mundo que no lo conoce ni a Él ni conoce la paz.
Con respecto a estas comisiones,
(si bien el espíritu y el principio de todas permanece, y en la medida que
tenemos poder espiritual podemos llevarlas a cabo), con todo, yo creo que ellas
han sido pervertidas, y han caído como todo lo demás que es colocado en manos
del hombre. Así como, por ejemplo, la dispensación Judía recibió una herida
mortal por el becerro de oro, también esto lo hizo muy pronto; y aunque la
energía de la gracia de Dios y el Espíritu, de manera prerrogativa, pudieron
obrar y producir efectos sustentando y prolongando el poder y la misericordia
en justicia como tales, la cosa desapareció; pero es el mismo poder que
originalmente lo constituyó el que siempre vive y actúa, aunque no justificando
la iniquidad, pues es el poder del Espíritu de Dios. Y en la medida que
actuamos según esto, los resultados son producidos en cierta medida.
Aquí está la sabiduría
espiritual, para ver, y reconocer, e inclinarse bajo el sentido de la apostasía
(es decir, bajo el juicio de Dios sobre la injusticia del hombre, — Dios es
siempre permanentemente justo en todos Sus modos de obrar), y aun así, aferrarse
al poder viviente que es la energía
del Espíritu de Dios que obra de manera prerrogativa en la bendición. El
ejemplo extraordinario y la ilustración Escritural de esto es Pablo, — el
abortivo, el nacido fuera de tiempo, de otras esperanzas. (1ª Corintios 15:
8). Y Dios es glorificado en esto; pues el fracaso del hombre siempre saca a
relucir más y mejores cosas que lo que ha decaído y ha fenecido en sus manos,
aunque sea en la prueba,. La muerte de Esteban fue, de hecho, el punto de
inflexión y constituyó la ocasión para la introducción del carácter de la época
de la gracia tal como es puesto en práctica ahora.
En el llamamiento del centurión
por parte de Pedro (Hechos 10 y 11) Dios mostró que Él nunca se apartó de Su
propósito de asociar a los Gentiles como introducidos con los Judíos; y que, en
lo que respecta a la época de la gracia, ellos no llevaban la raíz, sino la
raíz a ellos. Y así dice Pablo, acatando esto en su ministerio: "Era
necesario que la palabra de Dios fuese predicada primero a vosotros; pero ya
que la desecháis, y os juzgáis indignos de la vida eterna, he aquí, nos
volvemos a los gentiles. Porque así nos ha mandado el Señor,
diciendo: Yo te he puesto por luz de las naciones (ver nota), para que lleves
la salvación hasta los fines de la tierra". (Hechos 13: 46, 47 – VM). De
este modo, ellos toman la interpretación espiritual de un pasaje significativo
de la dispensación Judía, como un mandamiento que guiaba la conducta de ellos,
aunque primero era necesario algo más. Y ello no fue más que seguir el propio
camino del Señor, asumir Su primacía e inclinarse ante ella ("Era
necesario", etcétera), y luego Su gloriosa misión según la energía del
Espíritu Santo. Sin embargo, Israel y Sión seguían siendo bien amados; y así Pablo
lo demostró siempre.
(Nota).Esta es una frase usada
acerca del rechazo de Jehová por parte de Israel en Isaías 49, donde además se
lee, "Por demás he trabajado, en vano y sin provecho he consumido mis
fuerzas"; mientras que Pedro fue el ministro de la circuncisión, y no
podía asumir este terreno, bienaventurado en el cargo como él fue.
J. N. Darby
Traducido del Inglés por: B.R.C.O. - Julio 2021.
Otras
versiones de La Biblia usadas en esta
traducción:
VM
= Versión Moderna, traducción de 1893 de H.
B. Pratt, Revisión 1929 (Publicada por Ediciones Bíblicas - 1166 PERROY,
Suiza).